Aún no se como llamarla. Me debato entre pronunciarla “T” (té), como la infusión, o “Ti”, como el pronombre personal que designa la segunda persona del singular. Faltan menos de 90 días para que llegue a su quiosco, amigo. Para que lance mi decimoprimera revista (traje Rolling Stone a España en 1999) y aún no tengo todo, todo acabado. No es nada raro. Muchas puertas se van abriendo sólo cuando se han abierto previamente otras. Así que aprovecho este artículo para confirmar, y confirmarme a mi mismo y también a su familia editorial en New York (Alice Ting, Anita Patil y demás familia), que la revista en España se llamará T (T) Magazine (ti magazin) y tendrá su casa en Doctor Fourquet 3, en la calle de las galería de arte de Madrid. Será vecina de Helga de Alvear y su galería referente, a la sombra del Museo Reina Sofía, a escasos cien metros de las escarpias que sujetan el Guernica de Pablo Picasso, arropada por la familia de Spainmedia.
El flechazo se produjo entre curris en la anciana Nueva Delhi, en la India. Nos habíamos conocido antes, algún domingo de desayuno pausado con jet lag y tarta de zanahoria en el Maialino, el café del Hotel Gramercy y en Nueva York, muy recomendable para el brunch del domingo. Pero fue en el contaminado Delhi, en 2011, durante el congreso mundial de editores, el FIPP, cuando el equipo de The New York Times, más empeñado en vender los contenidos sindicados del diario, se puso en contacto conmigo.
Nuestra adaptación de Esquire y su rotundo éxito en España daba que hablar en todo el sector. Esquire España había revitalizado la propuesta de la legendaria Esquire US y Hearst presumía de su hermano español para encontrar nuevos socios entre los maduros mercados europeos. Yo ya estaba pergeñando el lanzamiento de FORBES y no tenía la cabeza abierta para nuevos proyectos. ¡Aún conservo el lapicero de promoción y la libreta del New York Times que me dieron por cortesía! ¡Merchandising de feria!”-pensé, “Sí, pero merchan del Times…”. Para un periodista es como si al presidente del club de fans de los Beatles, McCartney le lanza la púa el día que tocaron Get Back en la azotea de Apple Corps. Por cierto, no dejen de consultar la tienda online del New York Times, es un ejemplo de buena memorabilia periodística.
T Magazine nació en agosto de 2004 y conviene aclarar que no es el dominical del diario que se llama New York Times Magazine y se publica con periodicidad semanal. T Magazine es una revista independiente, con redacción propia, y editor propio que en estos 13 años se ha convertido en una de las mayores referencias mundiales en la información de diseño, interiorismo, moda y lifestyle. Ya, ya sé que todos hablan de lo mismo pero T Magazine es desde su nacimiento una autoridad.
Su primer director (hasta 2010) fue el italiano (qué elegante) Stefano Tonchi, hoy director de la revista W, tras haber pasado por Esquire US y L´Uomo Vogue. Tras dos años, casi de interinidad, de Sally Singer (51 años), hoy directora creativa de Vogue.com, la cabecera cayó en manos de Deborah Needleman, ex de la revista del Wall Street Journal, fundador de Domino. Needleman comenzó su carrera como asistente de fotografía, escribió de jardinería en Slate (su marido es el fundador), antes de Microsoft y ahora en el portfolio de medios de Jeff Bezos, y también trabajó en House and Garden como redactora jefe. Con Needleman, que acaba de dejar la publicación, y el New York Times, pronto anunciará su sustituto, T Magazine ha conocido su gran expansión (desde 2010 se distribuye en todo el mundo con el International New York Times) y tiene ya ediciones en Qatar (2010), Japón (2016) y Singapur (2017).
La edición española que editaré el próximo 1 de marzo será la primera en Europa y como dice el venerado editor Arthur Ochs Sulzberger Jr (66 años), presidente y editor ejecutivo de The New York Times: “T Magazine is really critical for NYT (Ti-ma-ga-zin es realmente importante para el Times)”.
Tras el congreso de Delhi visite la nueva redacción del New York Times en la octava con la 41, en el espectacular edificio de Renzo Piano para escuchar la propuestas de T Magazine y me fui envenenando. Algunas decenas de cafés y brownies en el Dean and Deluca de la planta baja ayudaron a ilusionarme. Tuve la ocasión de hablar mucho con Aren Duplessis, entonces director de arte de la revista dominical, y hoy rescatado por Jonathan Ive (Apple) para su “secreto” equipo creativo en Cupertino (California). El proyecto fue poco a poco tomando forma en mi cabeza y en mi portfolio de proyectos tras nuevas reuniones, algunas en el Fipp de Toronto, y otras en Londres y Madrid.
T Magazine Spain ofrecerá los mejores contenidos no sólo de la revista americana, sino también de su edición online (vayan y echen un vistazo y comprobarán qué gozada de puntos de vista, de rigor y de producciones), sino también lo que veamos de interesante de nuestros colegas internacionales. Producir junto a la redacción de Tokio es una de las propuestas que más me apetecen.
En el equipo, ya a bordo, cuatro talentos que ya se han enrolado conmigo en otras travesías. Ildara Cuiñas, como subdirectora, nos va a recordar que buscamos una audiencia femenina y pondrá sobre la mesa de contenidos toda su experiencia como directora de moda de Esquire España. David Moralejo, como redactor jefe, ha compartido conmigo el proceso de creación de TAPAS, que en menos de dos años ha obtenido el Premio Nacional de Gastronomía y el título de Mejor Revista del año 2016. Y Ángel Perea, desde su estudio Kembeke (juntos le dimos forma a Forbes España y TAPAS), junto a Cristina Diéguez, en la edición gráfica, vestirán temas y reportajes con la solvencia gráfica que caracteriza a nuestras revistas.
Entre mis preocupaciones no hay otra que definir muy bien nuestra propuesta, aportar algo nuevo al quiosco, incorporar el formato de podcast que tan buenos resultados nos está dando en redes sociales, estar a la altura del New York Times y que nadie se confunda, ganar dinero para ser independientes. Lo conseguiremos, claro que sí.
Esta semana la presentaremos en sociedad en una cena privada en casa de James Costos y Michael Smith, que con mucha generosidad se han ofrecido para acoger el compromiso entre la vieja dama del New York Times y los “chavales” de Spainmedia. ¡Vivan los novios!