La historia se repite en menos de una semana. Tolo Cursach, el magnate del ocio nocturno en Mallorca, observa desde la cárcel de Palma cómo su imperio se desmorona. El sábado 1 de abril estaba prevista la fiesta de reapertura de temporada de la discoteca Tito's, propiedad de Cursach, pero justo unas horas antes el Ayuntamiento de Palma decidió su cierre cautelar por graves deficiencias de seguridad en el edificio y en caso de evacuación por incendio. Le daba tres días para ponerlo a punto, y, en pocas horas, el Grupo Cursach reaccionó y se afanó en subsanar las deficiencias indicadas. Avisaron al ayuntamiento de que ya estaba todo listo, pero no obtuvieron ninguna respuesta. Tito's no pudo abrir.
Este lunes 3 de abril se cumplió el primer mes de Tolo Cursach en prisión. Treinta días en los que se ha sucedido una noticia tras otra alrededor de la investigación de su emporio. Dos semanas después del ingreso en la cárcel, la Policía Nacional detuvo a Jaime Lladó, el legendario director de Tito's. Un excelente anfitrión y relaciones públicas, creador de las conocidas fiestas temáticas de la sala. Este verano Froilán, el sobrino del rey, se pasó una noche por allí (el Palacio de Marivent está a apenas tres kilómetros de Tito's) y posó con el histórico director de la discoteca más famosa de Palma. En su perfil de Instagram Lladó acompañó la foto con este texto: “La realiza en el vip de Titos. D. Felipe Juan Froilán. Juventud pero llevada con señorío. Muy agradecido por su honorable visita”. El mensaje terminaba con el icono de la bandera de España. Lladó es un enamorado de la moda extravagante y fiel consumidor de Versace. Días después de aquella foto Lladó posaba en Titos con Aída Nízar, personaje surgido de una de las ediciones del programa de televisión Gran Hermano.
Después de declarar ante el juez Manuel Penalva, Lladó quedó en libertad con cargos. Tanto el magistrado como el fiscal, Miguel Ángel Subirán, investigan la trama de corrupción dentro de la Policía Local de Palma y sitúan a la discoteca Tito's como lugar de celebración de fiestas privadas a las que eran invitados policías y políticos, con prostitutas y drogas, como agradecimiento por los supuestos favores prestados en los chivatazos sobre las inspecciones de los locales del Grupo Cursach.
Cuatro días después del cierre cautelar de Tito's el ayuntamiento decretó el cierre por no poder analizar toda la documentación que aportó el Grupo Cursach. Una vez analizada, se inspeccionará de nuevo el local. Un proceso que puede demorarse varias semanas. Por si fuera poco, este lunes el ayuntamiento de Calvià decretó la “clausura total” de otra de las joyas del grupo, la discoteca BCM, situada en Magaluf, ya lista para su reapertura, prevista para el 13 de abril, Jueves Santo.
BCM abrió en 1988 y pronto se convirtió en lugar de encuentro de la sociedad mallorquina. Un veterano de la noche recuerda que BCM “era casi una isla propia en esa zona estratégica. Aquello era el no va más de gente guapa, artistas y grupos musicales”. Sin embargo, a mediados de los noventa “se degradó con la droga y la prostitución”, recuerda con añoranza. El glamour inicial se transformó en un lugar para gente más joven y, sobre todo, para los extranjeros. “Los tiqueteros lo jodieron todo”, cuenta este testigo a EL ESPAÑOL.
Otra persona que conoce BCM desde sus inicios recuerda la cantidad de personajes de todos los ámbitos que acudieron a la inauguración, como la tenista Gabriela Sabatini, el doctor Cabezas, Gil y Gil, el Potro de Vallecas, Marta Sánchez, Julia Otero, Pitita Ridruejo o Charo Pascual, una de las primeras mujeres del tiempo. “El día después -recuerda-, Televisión Española cerró el telediario con la fiesta de BCM”. La Toya Jackson, Samantha Fox o los Milli Vanilli también pisaron el escenario de la discoteca, donde se organizó el certamen de belleza Miss Comunidad Europea. Armando Armenteros también tuvo espectáculo propio en la discoteca de Magaluf.
“BCM fue una apuesta personal de Cursach en el nuevo concepto de macrodiscotecas. Desde el principio se hizo para los ingleses pero los mallorquines se quedaron boquiabiertos ante una sala de esa magnitud”, cuenta esta persona que afirma que “BCM era una referencia para los clubbers ingleses y suecos” (personas que se recorren medio mundo buscando la mejor música electrónica).
La primera vez que David Guetta pinchó en Mallorca lo hizo en BCM y una de las últimas en hacerlo fue Paris Hilton. “Recuerdo una noche en la que Cameron Douglas, el hijo del actor Michael Douglas (con casa en Mallorca) también acabó pinchando. BCM ha sido y sigue siendo una referencia de las discotecas europeas”.
En el año 2015 se iniciaron unas obras en la que fue considerada la mayor discoteca de toda Europa en sus años mozos. Ahora el ayuntamiento del municipio ha decidido la clausura total de BCM, después de 27 años operando sin licencia, por una relevante omisión de datos tras la concurrencia de las irregularidades en las obras iniciadas hace dos años.
Golpe mediático: los políticos y el don de la oportunidad
En esta historia, como en todas, el contexto en el que se produjo el cierre de Tito's no puede quedar al margen. La semana pasada comenzó revuelta en lo político cuando Diario de Mallorca publicó que el partido MÉS, el socio de gobierno de la socialista Francina Armengol, había dado contratos a dedo a su jefe de campaña por más de 150.000 euros. La noticia cayó como una bomba en el Ejecutivo autonómico porque dos de las seis contrataciones se habían hecho desde la Vicepresidencia, otras dos desde la Consejería de Transparencia -la consejera tuvo que dimitir, una más desde el área de Agricultura y la última desde la Concejalía de Urbanismo del ayuntamiento de Palma que ostenta Toni Noguera.
En este clima se produce el cierre de Tito's a menos de dos días de la fiesta de reapertura. El hasta ahora teniente alcalde, Toni Noguera (de MÉS) se convertirá en el mes de mayo en el alcalde de Palma (la vara de mando se la repartieron a dos años cada uno los socialistas y los ecosoberanistas de MÉS). Inmersos en el escándalo de los contratos sin concurso público, el anuncio del cierre cautelar de Tito's se convirtió en la cortina de humo perfecta para desviar la atención mediática y centrarla en los negocios del magnate que da trabajo a alrededor de 5.000 personas y que la semana pasada renunció a continuar como administrador de sus empresas.