Daniel y Laura (nombres falsos para proteger su identidad) se conocieron en el instituto Xoan Montés de Lugo. Ella acababa de comenzar la Secundaria, él iba un curso por delante. Salieron durante unos meses, pero cuando ella quiso romper la relación, él comenzó a ser más agresivo. En realidad, ya había ejercido violencia sobre ella antes, solo que Laura, a sus 13 años, no había sabido identificarla porque no tenía las herramientas necesarias para hacerlo.
Según explican desde la Fiscalía de Menores de Lugo, Daniel comenzó a amenazar a Laura por WhatsApp cuando esta rompió con él. Ella recibía mensajes como "te voy a joder la vida", "ojalá te hubiera pegado igual que a XXX [nombre de su anterior novia]", "ya verás como vas a acabar llorando cuando te joda de verdad", además de insultarla con descalificativos machistas como "puta" o "perra".
La violencia no fue solo verbal y psicológica. A veces Laura tenía hematomas en el cuerpo a causa de "los pellizcos que le daba" Daniel. Según el auto, el menor la agredía porque apostaba con sus amigos a ver si era capaz de "darle cachetes en las nalgas", tal y como recoge el auto, o de agredirla de alguna otra manera.
Ella, finalmente, denunció el maltrato al que había sido y seguía sometida. La medida impuesta por el Juzgado de Menores de Lugo es una orden de alejamiento que prohíbe al agresor de 14 años "aproximarse a menos de diez metros y de comunicarse por cualquier medio con la menor". Sin embargo, ambos seguirán estudiando en el mismo instituto.
Orden de alejamiento de 10 metros
La información de la orden de alejamiento se dio a conocer esta semana pero "la denncia por malos tratos venía de atrás", según dijo Ramón Carballo, subdelegado del Gobierno en Lugo: "Se trata de una sentencia que dictamina una orden de alejamiento de ese niño sobre la niña, que estaba siendo acosada por parte de él", añadió. Carballo aseguró que "llama la atención" que se produzcan estos casos "entre tan jóvenes". "Son hechos que tenemos que condenar en cualquier edad, pero claro que nos llama la atención que gente tan joven como esta ya tenga que tener una orden de alejamiento".
En marzo de este año, en Benidorm, la Policía detuvo a un chico de 26 años por agredir a su novia de 17. A través de una cámara de seguridad vieron cómo el agresor le propinaba una paliza a la menor con patadas y puñetazos. La chica caía al suelo y él aprovechaba para seguir golpeándola. El maltratador llegó a declarar que "la agresión había sido consentida por ella" y que por eso no le había denunciado.
Ese mismo mes, un joven de 19 años era detenido por agredir a su novia de 17 y acuchillar a su madre cuando esta fue a buscar a su hija tras la agresión. Fue en Torrelavega (Cantabria). También en abril de este año, en Pamplona, un joven de 16 años abusó sexualmente de otra joven menor de edad. La Policía la encontró a las tres de la madrugada sola, tras el ataque.
Violencia machista en menores
La socióloga Carmen Ruiz Repullo hizo un estudio en 2016 sobre la violencia machista en adolescentes. Aseguraba que este maltrato que sufren las menores es tan severo como el que puede sufrir una mujer adulta y que, además, surge desde el primer momento debido al control tecnológico extendido entre los jóvenes.
Según datos del Ministerio de Sanidad e Igualdad, más del 28% de las chicas sufrieron "control abusivo a través del móvil" en 2016 y hasta un 5% fue objeto de las mal llamadas 'pruebas de amor': intercambiar fotos de contenido sexual a petición de la pareja. El nivel más extremo de la violencia machista es el del asesinato. Según datos oficiales, entre 1999 y 2015, el número de mujeres menores de 21 años asesinadas asciende a 50. Además, según la Macroencuesta española de Violencia contra la Mujer de 2015, el 21% de las mujeres menores de 25 años que han tenido pareja han sido víctimas de violencia de género, frente al 9% de las mujeres en general.
En Andalucía tuvo mucha relevancia un estudio realizado por Fundación Mujeres y la UNED. Se tomó una muestra en los Centros de Educación Secundaria de 2.289 chicas y chicos de tercero y cuarto de ESO. El 10% de los adolescentes consideraba que el hombre es el que debe tomar las decisiones importantes en la pareja, junto a un 24% que se mostraba de acuerdo con que el lugar de la mujer está en la casa con su familia. Más del 20% pensaba que la mujer es más débil que el hombre. En relación a la violencia machista, el 50% cree que las mujeres aguantan mientras que el 25% piensa que las causas de esta violencia están en el alcohol y las drogas. Además, las creencias sobre el amor romántico están muy presentes en la adolescencia, que confunde entre otras cosas celos y sufrimiento con amor.