Yurena, la joven amante de los animales estrangulada por su novio

Viernes, 31 de marzo. Ayoze Gil, de 34 años, se dirige a casa de su madre y le confiesa que acaba de asesinar a su pareja, Yurena López Henríquez, de 23 años. La madre le convence para acudir a comisaría y confesar el crimen. Allí desvela que ha estrangulado a la joven, después ha embalado su cuerpo y lo ha introducido en su coche, un Seat Ibiza blanco, con la intención de deshacerse del cuerpo.

Era de noche y cuando la Policía y el personal del Servicio de Urgencias Canario (SUC) se acercan al lugar de los hechos, en el barrio de Lomo Magullo, en Telde (Gran Canaria), sólo pueden certificar que Yurena había sido asesinada unas horas atrás, en torno a las 16:30.

Este lunes, 3 de abril, el agresor, que permanece detenido en la comisaría de la Policía Nacional de la ciudad, será trasladado a la sede judicial de Telde. Allí comparecerá ante la magistrada Virginia Peña, titular del Juzgado de Instrucción Nº2, especializado en casos de violencia machista.

Yurena y Ayoze llevaban dos años de relación. Vivían juntos en una casa del barrio junto a sus perros. Según informa el diario Telde Actualidad, ambos trabajaban en las tierras de una finca rural de la familia de Ayoze Gil. Yaiza, amiga de la asesinada, querría que fuese recordada como "una gran amante de los animales, alegre, siempre dispuesta a ayudarte".

Por qué una discusión nunca es el desencadenante

Algunos medios recogían que las constantes discusiones entre ambos propiciaron el asesinato. Sin embargo, como apunta la psicóloga Marta Ramos, que trata a mujeres maltratadas en el Centro de Atención, Recuperación y Reinserción de Mujeres Maltratadas (CARRMM), declaraciones así hacen que "la responsabilidad recaiga en ambos". "No se puede decir que una discusión es el desencadenante ni la explicación de un asesinato machista. Hay una víctima y un agresor. O quizá es más correcto decir que ella es una persona victimizada: está sufriendo las consecuencias de los problemas que padece otra persona. Si él la maltrata física y/o psicológicamente no es por discusiones. Ellas no pueden hacer nada para frenar esa relación de maltrato: tú no tienes que cambiar para que él te acepte más, no tienes que vestir diferente, ni discutir menos".

También medios como La Opinión han publicado que Yurena le comentó a su madre que Ayoze no la trataba bien y que quería dejar la relación. Y añaden: "Ese fue el germen del crimen". La psicóloga experta en violencia machista Concha López Casares señala que "el maltratador consigue que sus parejas se crean inútiles, tontas y sin ningún valor".

Se llama disociación traumática: "La persona se desdobla y no se ve a sí misma cómo es, sino como su torturador le dice que es". Esto implica que el germen del crimen no es nunca que ella consiga salir de esa espiral de maltrato y decida poner fin a la relación, como podría ser el caso, sino "el extremo más salvaje con el que el maltratador decide seguir controlando a su víctima". "Nadie cuestiona el término 'víctimas del terrorismo', pero a las víctimas de violencia de género se las culpa. Se intenta buscar en ellas una explicación a lo ocurrido".

Yurena López Henríquez, de 23 años, es la vigésima mujer asesinada por un hombre desde que comenzó el año. Se suma a la lista de víctimas mortales de la violencia machista en España en 2017 en la que también están Matilde de Castro, de 44 años; una mujer de 25 años cuyo nombre se desconoce; Blanca Esther Marqués, de 48; Toñi García Abad, de 33 años; María de los Ángeles, de 77 años; Virginia Ferradás, de 55 años; Cristina Martín Tesorero, de 38 años; Ana Belén y Ana, madre e hija de 46 y 18 años; Carmen González Ropero, de 79 años; J.D.L.M., de 40 años (solo se conocen las iniciales); Laura Nieto Navajas, de 26 años; María José Mateo García, de 51 años; Leidy Yuliana Díaz Alvarado, de 34 años; Margaret Stenning, de 79; una mujer de 91 años cuyo nombre se desconoce; Mariló Correa Pérez, de 47 años; así como Gloria Amparo Vásquez, de 48 años; así como Erika Lorena Bonilla Almendárez, de 32 años.

En total, la serie 'La vida de las víctimas' contabiliza 20 mujeres asesinadas. EL ESPAÑOL está relatando la vida de cada una de estas víctimas de un problema sistémico que entre 2003 y 2016 ya cuenta con 872 asesinadas por sus parejas o exparejas.