Debuta el Girona, el equipo del procés, de los Guardiola y los jeques del City

Si alguna vez el Girona es beneficiado por algún error arbitral, los rivales podrán quejarse de que al club le ayudan porque es el equipo del gobierno. Esta broma, bastante recurrente en los últimos tiempos, se debe a que el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, es aficionado y socio de honor del equipo franjirrojo. Porque la tierra tira: a pesar de que el president es un reconocido barcelonista, desde este sábado -día en el que el club debuta en Primera Divisón- tendrá el corazón dividido a causa de la subida a la máxima categoría del club de su ciudad.

Es el Girona FC un club particular. Es el equipo de la provincia con más independentistas de Cataluña. De hecho, el presidente de la Generalitat vinculó el éxito futbolístico del club con la independencia. Desde la entidad, sin embargo, no se han pronunciado de forma oficial a favor ni en contra del proceso soberanista.

Otra de las curiosidades del Girona FC es que nunca ha jugado en primera, pero parte con un plantel de promesas de calidad. Y eso se debe a su acuerdo con el Manchester City, uno de los nuevos ricos del fútbol internacional. El equipo catalán se ha convertido en una especie de sucursal del equipo 'citizen'. El fondo de Abu Dhabi que posee la mayoría de las acciones del club mancuniano también ha comprado las del Girona FC. Ha hecho igual que con otros equipo del mundo, como el Nac de Breda (Holanda), el New York City (Estados Unidos) o al Atlético Torque, de la segunda división uruguaya.

EL JEQUE Y LOS GUARDIOLA

El acuerdo se alcanzó gracias a la intervención de Pere Guardiola, hermano de Pep Guardiola, entrenador del Manchester City. Pere Guardiola es la cara visible de Media Base. Es una empresa de representación de deportistas que tiene en nómina a nombres como Andrés Iniesta o Sergio Llull. Media Base tiene una estrecha relación de colaboración con el equipo inglés. Pere Guardiola fue el que propuso a Abu Dhabi Group, el grupo que posee el Manchester City, acercarse al Girona. Y el acercamiento culminó en compra. El jeque del City, por medio de su filial City Group, se quedó casi con la mitad de las acciones del club catalán. Por su parte, la empresa de Pere Guardiola se quedó casi con toda la otra mitad. Dejaron un porcentaje de acciones residual para los socios de toda la vida.

La compra ha derivado en un acuerdo de colaboración que permite al Girona FC contar con jugadores cedidos por el equipo de la Premier. Jóvenes promesas que aún no están formadas como para ser parte del once del City, pero en los que se tienen depositadas muchas esperanzas. Nombres como Pablo Maffeo o el canterano madridista Rubén Sobrino llegaron a Gerona gracias a este acuerdo. Los jugadores llegan a la liga española, se foguean en un club modesto como es el Girona, donde se les da confianza y minutos, y vuelven a Manchester con la mili hecha.

Tan estrecha es la relación entre ambos clubes, que en el partido que se disputó esta semana para que el Girona se presentase ante su afición, el rival fue el Manchester City de Guardiola. Y, contra todo pronóstico, ganaron los catalanes por un gol a cero.

EL GHANÉS QUE ANIMA MONTILIVI

Más allá de sus contactos con los Emiratos o de contar entre sus socios con el presidente de Cataluña, el Girona FC cuenta con otras particularidades. Por ejemplo, su aficionado más emblemático. El Girona también tiene a su estandarte en las gradas, como la Abuela del Betis, L'Avi del Barça (que ya no va al campo por cuestiones de salud), Toñín el torero en el Bernabeu o Manolo el del Bombo con la selección española. El aficionado más carismático y conocido del Girona FC es un subsahariano de 35 años que se llama Effah Kingsford, pero al que todos conocen como El Sisplau.

Sisplau (contracción de 'Si us plau', que significa 'Por favor' en catalán) es la expresión que más repetía este ghanés nacido en 1982. Llegó a Girona hace algo más de diez años tras una larga travesía por el desierto. De Ghana pasó a Mauritania, de allí a Fuerteventura en una patera y de allí a la península. Ahora trabaja en un matadero. Cuando llegó a Girona, tuvo claro que se dejaría la piel por el equipo de la ciudad. Y así lo hizo. Armado con un bombo, como Manolo, animaba la grada de Montilivi, que es el nombre del estadio del Girona.

ANIMEN 'SI US PLAU'

Una vez, un malherido Girona, más cerca de los puestos de descenso a Segunda B que del ascenso a primera, jugaba en casa contra el Numancia. El inefable Effah Sisplau se giró hacia la grada y vio la decepción y la falta de ánimo en las caras de la hinchada. Empezó a pedir el apoyo de la afición con una de las pocas expresiones que conocía bien en catalán: “Les pedía que animasen por favor. Que 'si us plau' animasen”. Aquella petición consiguió calentar los ánimos de Montilivi y Effah se convirtió en un héroe para la grada. Hasta tal punto llega la veneración de los aficionados por Effah Kingsford, que los meses que ha estado en su Ghana natal viendo a su familia, los aficionados le reclamaban. Cuando volvió, lo hizo en mitad de una ovación, como si se tratase de un jugador emblemático que vuelve tras una larga lesión.

“El Girona ha subido en parte gracias a mí. Yo soy responsable del ascenso en un 30%”, afirma sin titubear Effah, cuyas lágrimas dieron la vuelta al país después de que el Girona perdiese el ascenso directo contra el Zaragoza. Las cámaras de televisión recogieron a un subsahariano con un bombo, llorando en la grada, inconsolable por el resto de aficionados. Ahora, el Sisplau ha visto cómo su sueño se hacía realidad.

El Girona es un club modesto, pero dentro de la clase baja de la liga española tampoco es de los más pobres. El acuerdo de colaboración con el Manchester City le ha supuesto una inyección económica que ha hecho ascender su presupuesto hasta los 40 millones. Hoy debuta contra el Atlético de Madrid, otros rojiblancos. El Girona viene con la moral por las nubes, porque el otro día recibió al Manchester City y les ganaron por 1 a 0. Con esta vocación de matagigantes debuta en primera, esperando que pase el Barça por Montilivi. Ese día, Puigdemont tendrá el corazón partío.