Paco, el cómplice de la viuda negra: amante, cuñado y cuidador en el psiquiátrico
- El otro detenido por el crimen del destornillador en Alicante, Francisco P.O., es el excuñado de Conchi.
- Natural de Onil (Alicante), convenció a su amigo José Luis para que se casara con la mujer.
- Conchi, la viuda negra en silla de ruedas, se levantó para matar a su cuarto marido tras una cena romántica
Una chispa, una mirada. Francisco P.O., Paco, es un hombre grácil, expresivo, menudo. Su rostro, ajado, suele reflejar de manera cristalina sus sentimientos, a pesar de que sus ojos se escondan detrás de unas gafas. A través de sus cristales, todo es nítido. Por eso es fácil reconocer la felicidad en él cuando así lo siente. Por eso no cuesta vislumbrar ahora a un hombre hundido.
Paco, de 58 años, era un viejo conocido de Conchi, la viuda negra de Alicante. Entre los dos presuntamente asesinaron, con un destornillador, a José Luis, el flamante nuevo marido de ella. Y la relación se remonta muchos años atrás: ambos son naturales del mismo pueblecito alicantino, Onil, de algo más de siete mil habitantes y a media hora en coche de la capital. Pero no era lo único que compartían.
Eran amigos. Luego, cuñados, puesto que Paco se casó con una de las hermanas de Conchi, que ya ha fallecido. Después, iniciaron una relación sentimental. Y, finalmente, colaboraron en la agresión brutal que acabó con la vida de José Luis. Su destino parece ir de la mano: las autoridades los detuvieron a la vez. Son el anverso y reverso del mismo crimen.
Su falso cuidador para todo
La Policía Nacional trata ahora de dilucidar qué pudo llevar a Paco y Conchi a tomar aquella decisión fatal. Pero si algo está claro es que ambos eran un equipo. En la impostura mantenida por ambos, cada uno cumplía con su rol milimétricamente. Paco lo era todo para Conchi: vivían juntos -él afirmaba estar “loco de amor”, según cuentan fuentes de su entorno a EL ESPAÑOL-, él la había sacado de la residencia en la que estaba interna por un problema de salud mental y, en su patraña contra el seguro -ella fingía, según las mencionadas fuentes, sufrir una discapacidad que la hacía ir en silla de ruedas y por la que estaba pendiente del cobro de una importante indemnización-, hacía las veces de su cuidador.
Aunque de cuidador, nada. Paco se las apañaba haciendo pequeños arreglos de fontanería o mecánica. Era un chapuzas. En la actualidad, residía en un piso en Sax junto a Conchi, que ella había adquirido recientemente. Llevaban juntos algo más de un año.
Él fue quien le propuso a José Luis que se casara con la mujer. Eran viejos amigos y se conocían de hacía más de una década. “Paco le pidió el favor a José Luis”, relata un buen amigo del fallecido a este periódico. Jamás pasaron una noche juntos, ni mantenían ninguna relación. “Le había dicho que sufría él una enfermedad, un cáncer de pulmón y colon terminal y que él [Paco] se iba a morir”. Si su amigo aceptaba y contraía matrimonio con Conchi, evitarían que ella volviera al psiquiátrico.
La sacó de la clínica
Porque el propio Paco fue quien la había sacado de allí. Según mantienen desde el seno de la familia de ella, él se las arregló para conseguir que la dejaran salir una vez falleció la madre de Conchi, su exsuegra, hace un par de años, en contra del criterio familiar. Poco después comenzarían su relación sentimental. El ahora detenido bebía los vientos por Conchi. Y no dudaba en contárselo a sus vecinos en Sax.
Incluso en la gran estafa de su amante, Paco tuvo un papel coprotagonista. Cuando Conchi alegó que se había quedado inválida de cabeza para abajo, rápidamente adujo que Paco era su cuidador. Su chico para todo. Le hacía las veces de masajista, fisioterapeuta. Empujaba su silla de ruedas para llevarla allá donde fuera necesario. Tiró de ella hasta los Juzgados de Sax el pasado 4 de agosto para que contrajera matrimonio con su amigo José Luis. Incluso le ponía los cigarrillos en la boca para que su amada pudiera fumar.
Al final, su complicidad va a tomar una vertiente legal. Este lunes por la noche, uno sujetaba a la víctima mientras que el otro la apuñalaba con un destornillador. Ahora, los dos detenidos se han negado a declarar ante la Policía y el juez ha decretado prisión sin fianza para ambos. No es la primera vez que Paco se enfrentaba a las autoridades: ya tenía antecedentes tras ser detenido en 2012 en una operación antidroga en Elda, además de varias detenciones por robos entre 1983 y 2004.