El director general de Tráfico, Pere Navarro, ha propuesto una reforma del carné para que se amplíe el número de puntos que se detraen por el uso del teléfono móvil al volante (de los 3 actuales a 4 o 6) y por no llevar el cinturón de seguridad (de 3 a 4).





Se trata de una de las propuestas que Navarro ha expuesto en la Comisión de Seguridad Vial del Congreso, donde ha instado a los grupos políticos a consensuar algunas medidas para rebajar la siniestralidad, entre ellas la retirada de más puntos por esas infracciones.





Pero, también, unificar a 90 kilómetros por hora la velocidad máxima en todas las carreteras secundarias o convencionales (en las con arcén de 1,5 metros es ahora de 100 km/h), que sean obligatorias algunas clases presenciales sobre seguridad vial para obtener el carné de conducir y que los profesores de autoescuela se formen de forma reglada en la formación profesional.





Ha sugerido, asimismo, aumentar el número de radares para el control de la velocidad. "Lo siento, pero es el único medio que tenemos", ha dicho Navarro antes de comparar los 7.200 aparatos de este tipo que tiene el Reino Unido y los 4.000 de Francia con los 1.000 de España.





También ha avanzado que en octubre se incorporarán 250 nuevos agentes a la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil y en 2019 lo harán otros 400.





Navarro ha dejado en manos de la Comisión de Seguridad Vial de la Cámara la toma de estas decisiones, pero en su comparecencia ha querido exponer las líneas generales de las medidas que su organismo considera necesarias para mejorar la accidentalidad.





Ha recordado que España tiene una media de 39 fallecidos en accidente de tráfico por un millón de habitantes, por debajo de los 49 de la media europea, y solo están por delante de nuestro país Suecia, Reino Unido, Países Bajos y Dinamarca.





No obstante, ha señalado que España se colocaría en mejor posición si se hiciera una "corrección" para tener en cuenta dos factores singulares: los 85 millones de turistas, que en muchos casos alquilan coche o viajan con los propios y los 5,2 millones de motos que circulan por nuestras carreteras.



Tras apostar por el debate en materia de seguridad vial porque hablar de ellos reduce las muertes, Navarro ha abogado por la puesta en marcha de medidas concretas, que deben plasmarse en la ley, y por la movilización de la sociedad civil.





Unas medidas que deben tener en cuenta los datos de la siniestralidad vial en 2017 y que marcan dónde deben concentrarse los esfuerzos.





Así, ha recordado que el 77 por ciento de los fallecidos en accidente mueren en las carreteras convencionales, sobre todo pro salidas de vía y choques frontales (en ambos casos la velocidad excesiva está presente), y que el 46 por ciento de los muertos pertenece a colectivos vulnerables (peatones, ciclistas y motoristas).





Y es ahí donde se quiere incidir, así como en las distracciones (el móvil sobre todo), ha especificado Navarro. 

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