José Roselló, el padre de Julen, en declaraciones a la Guardia Civil, ha contado cómo su hijo cayó al pozo. Él se fue a ayudar al dueño de la parcela a hacer la comida mientras su mujer y su prima se quedaban a cargo de los niños. Estaba echando ramas al fuego, observó cómo su hijo corría por la zanja hacia la esquina donde estaba el pozo (entre 10 y 15 metros) y vio cómo caía al agujero. “Escuché a mi hijo llorar durante 30 segundos”, reconoció. Después, se puso a quitar las piedras que había alrededor para que no cayeran nada mientras le hablaba para tranquilizarlo. Al parecer, según les habían contado los dueños de la finca, el agujero estaba tapado.
Este relato del padre es parte de la documentación que la Guardia Civil ha entregado en el Juzgado de Instrucción número 9 de Málaga al que ha tenido acceso Diario Sur. En ella, el pocero afirma que él había tapado la boca del pozo con una piedra de 15 kilos: "Yo lo dejé así. Quitaron todo el material que había, 7.000 metros cúbicos de tierra", ha confesado. Y el maquinista, a su vez, ha ratificado su versión: "Tras quitar la arena, se veía el agujero del pozo a ras de suelo. Al irme de la parcela, vi cómo se ponían con el pie unas piedras que había en la zanja".
A partir de ahí, todas las declaraciones hechas por la familia de Julen a la Guardia Civil coinciden. La familia habría llegado a la finca a las 13:00 horas. Habían decidido pasar el día en familia. El novio de la prima, que había comprado la parcela en octubre en el paraje del Tío Miguel, se ofreció a hacer la paella y le pidió al resto que estuvieran pendientes de los niños.
A los 45 minutos, cuando estaba cocinando, escuchó a José gritar: "¡Julen!". Cuando se acercó, vio que lo que tapaba el pozo estaba al descubierto. Entonces, cogió a su mujer y a su hija, las subió al coche y se fue a la casa más cercana a pedir auxilio. Bajó a la carretera y paró varios coches para que llamaran a los servicios de emergencias.
La prima del padre, cuando sucedieron los hechos, estaba junto a su hija y, de repente, vio cómo Julen desaparecía. Corrió a buscarlo, vio el agujero y escuchó como el niño caía al pozo.
La madre, al mismo tiempo, también escuchó llorar a su hijo dentro del pozo. Entonces, empezó a chillar desesperada. "Yo me encontraba mal y me fui de la mesa a un sitio donde había unos sacos de arena para hacer una llamada a mi encargado y decirle que no iba a ir a trabajar. Escuché chillar a todos. Al asomarme a la boca del pozo escuché a mi hijo llorar y vi cómo mi pareja quitaba de los bordes piedras y arena para que no cayeran dentro. Dejé de escucharlo llorar y empecé a gritar".
Contradicciones entre la versión del pocero y el novio de la prima de José
Antonio, el dueño de la finca y el primo de la novia de José, reconoce que le encargó la obra del pozo a David, el pocero, pero que no sabía qué documentación se necesitaba. "Es algo que no había hecho nunca", declaró a la Guardia Civil. "Él hizo el pozo y lo dejó sin tapar", sentenció.
La versión del pocero es diferente a la de Antonio. "Él me dijo que tenía la documentación para hacer el pozo. No me la enseñó, pero confié porque en la parcela ya había otro pozo hecho", contó a la Guardia Civil.
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