Pasó de ser un becario más de la Universidad de Murcia a estar en la diana de toda la industria cinematográfica y de productoras de televisión tanto españolas como extranjeras. Este fue el giro radical que protagonizó la vida del murciano Alberto García Sola, un estudiante de la Facultad de Informática, que en 2007, con solo 22 años, se convirtió en el creador del portal Series Yonkis. “En aquellos años, para mí, la informática era una mezcla de pasión y hobby”, subraya a EL ESPAÑOL. Lo hace en una conversación telefónica de casi 11 minutos, empleando un número oculto. Este detalle, a priori, podría ser baladí de no ser porque es tan celoso de preservar el anonimato de su imagen, que ni siquiera existen fotos del protagonista de la causa más compleja contra la propiedad intelectual que será juzgada en la historia de la judicatura de este país, a partir del lunes, en la Ciudad de la Justicia de Murcia y en la que se pide una indemnización de 550 millones de euros. “No soy una persona mediática”, avanza.
Este diario ha realizado un minucioso rastreo por internet y tan solo ha podido encontrar unas imágenes de Alberto García Sola, que estaban vinculadas a un blog sin actividad desde hace años, en las que aparece sonriente durante una animada cena en un restaurante chino junto a compañeros de facultad de la Universidad de Murcia (UMU). Solo un día después de hablar con el informático y descargar esas imágenes, este espacio de internet estaba capado con el siguiente mensaje: ‘Este blog solo admite a lectores invitados’.
Han pasado doce años desde que se pusiera en marcha el portal Series Yonkis dedicado a facilitar a los internautas enlaces para el visionado ‘on line’ de series, películas y documentales. En este tiempo ha cambiado mucho aquel chico, natural de Lorca, que administró un blog en el que ofrecía numerosos post con consejos informáticos, dudas científicas, reflexiones sobre sus sueños, chistes, mensajes de las fiestas lorquinas en honor a San Clemente y que empleaba ‘nicks’ y correos electrónicos tan irreverentes como ‘alberto666’ y alberto@ketefollen.com. “Tengo un perfil investigador”, advierte a sus 35 años.
“Profesionalmente, mi vida ha cambiado mucho, ya no trabajo en ningún sitio web”. No habla en vano porque además de licenciarse, este ingeniero informático ha aprovechado los últimos años para hacer un máster y un doctorado, configurando un brillante currículum profesional: ha formado parte del Grupo de Investigación de Sistemas Inteligentes y Telemática de la UMU; ha trabajado en la Universidad de Murcia; y en septiembre de 2013 fue incluido en el listado del Boletín Oficial del Estado de los aspirantes que superaron la oposición al Cuerpo Superior de Sistemas y Tecnologías de la Información de la Administración del Estado… En definitiva, una mente inquieta y brillante.
“Actualmente tengo mujer, un hijo, y otro en camino; la gente en mi trabajo no sabe nada de aquello”. De esta forma tan genérica se refiere a Series Yonkis, una web que supuestamente ha causado unos daños al sector audiovisual que ascienden a 546.166.421 euros, según las estimaciones realizadas por la acusación particular que ejercen, respectivamente, la Entidad de Gestión de los Derechos de los Productores Audiovisuales (EGEA) y la Federación Antipiratería. “Mi idea es decir la verdad de lo que ocurrió”, afirma con seguridad Alberto, a horas de que arranque la primera de las cuatro sesiones que dejarán vista para sentencia esta causa en la que también se sentarán en el banquillo de los acusados: el administrativo francés Alexis Hoepfner y los empresarios catalanes David Martínez y Jordi Tamargo.
Todos ellos, según el escrito de conclusiones provisionales de la Fiscalía, como supuestos miembros de la mercantil Burn Media que en abril de 2010 presuntamente cerró la compra de Series Yonkis. La operación se materializó en Barcelona, cuando el portal estaba en la cresta de la ola, y el informático murciano recibió supuestamente la friolera de 610.000 euros por el software, los dominios, la programación, bases de datos y contenidos del portal que echó a andar a caballo entre la Universidad de Murcia, un piso de la avenida Juan Carlos I de Lorca y otro de la plaza Circular de Murcia. Este diario se desplazó a este inmueble, ubicado en un edificio espigado, en pleno centro de la capital del Segura, con una fachada que evidencia el paso de los años. El objetivo era conocer qué recordaba el vecindario de aquel universitario, pero ninguno de los consultados aportó datos de interés al periodista. “¿Series Yonkis?”, se preguntaba extrañada una vecina.
Tal era la cantidad de internautas que movilizó esta página en aquellos años que se llegó a convertir en uno de los veinte portales más visitados de España. En una entrevista a Alberto García Sola, publicada por El Mundo, en enero de 2012, se afirmaba que Series Yonkis estaba en el disparadero de la Oficina Federal de Investigación (FBI) de Estados Unidos: “El reciente cierre de Megaupload por parte de las autoridades de EEUU, con la detención de sus responsables, ha vuelto a poner en el ojo del huracán este sitio, que se menciona en la acusación del Departamento de Justicia de EEUU y del FBI”.
Habrá ‘overbooking’ de peritos
La cuestión más peliaguda del juicio será determinar el alcance del supuesto daño que realizaron los encausados contra la industria. Por ello, se prevé que a lo largo de las distintas vistas intervengan un total de 15 peritos. El motivo de este ‘overbooking’ pericial lo aclara a este diario el fiscal que lleva el caso, Pablo Lanzarote: “Aquí lo más difícil será cuantificar la indemnización por responsabilidad civil y determinar el importe del perjuicio económico causado por la difusión de cada película, cada serie y cada documental”. De hecho, en su escrito de conclusiones provisionales, Lanzarote avanza que el importe de responsabilidad civil dependerá del informe pericial. La pena de cárcel a la que se enfrentan cada uno de los cuatro encausados asciende a dos años.
Lanzarote atiende a este diario en su despacho de la cuarta planta de la Ciudad de la Justicia de Murcia, mientras repasa con detalle las distintas carpetas con los informes de la Guardia Civil y su escrito que data de un lejano 2014. “Tengo que repasarlo todo”. El caso ha sido complicado porque algunos de los encausados han llegado a estar en Miami, por los cambios de abogados, por los mandamientos judiciales emitidos para rastrear PayPal, ‘nicks’, correos electrónicos, servidores de España a Hong Kong…
“Series Yonkis era una actividad con ánimo de lucro porque tenía ‘banners’ de publicidad, ofrecía suscripciones ‘premium’ y contaba con una organización sistematizada con carátulas de las películas y clasificación por género, con enlaces que te llevaban a otros sitios web donde estaban alojados los contenidos para verlos en ‘streaming’ o descargarlos directamente al disco duro”, sostiene el fiscal con convicción. La expectación mediática que ha generado el inicio del juicio es máxima, tal y como admite Lanzarote: “Esta es la primera causa que se plantea en España contra la propiedad intelectual mediante el empleo de links”.
- ¿Cuál será su línea de acusación?
- La sentencia del ‘caso Svensson’, emitida el 13 de febrero de 2014 por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, que considera que el hecho de facilitar enlaces sobre los que se puede pulsar para acceder a obras protegidas debe calificarse como un acto de comunicación público. Hasta ese momento, en España no estaba clara la jurisprudencia sobre la piratería en internet y había una discusión sobre si facilitar enlaces a internet encajaba, o no, en el artículo 270.
Pablo Lanzarote argumenta que la citada sentencia del Tribunal Europeo “creó jurisprudencia”, y por tanto, este lunes expondrá ante el Juzgado de lo Penal número 4 de Murcia que desde Series Yonkis se infringió supuestamente la propiedad intelectual y el artículo 270 del Código Penal que protege los derechos de autor.
Estados Unidos y Suiza
“Lo ocurrido fue un acto de comunicación y puesta de contenidos al servicio de una comunidad indeterminada”, concluye el representante del Ministerio Público. Alberto García Sola presuntamente operó y administró Series Yonkis, entre otros, desde terminales informáticos que estaban ubicados en el Campus de Espinardo de la UMU y en su domicilio. Esto solo fue en el inicio, en 2007, ya que un informe de octubre de 2008 elaborado por el Grupo de Delitos Telemáticos de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, ya advertía de que los contenidos del portal inicialmente bautizado como Series Yonkis, después conocido como Películas Yonkis, “se encuentran alojados en los conocidos coloquialmente como discos duros virtuales”. Este documento detallaba que adquirió tal dimensión el portal creado por el informático murciano, que las películas estaban comprimidas en formato Div’X y facilitaban un enlace que redirigía al visitante a una IP que estaba alojada en Suiza. A nada menos que 1.618 kilómetros de la Región de Murcia.
Los investigadores aportan en su informe imágenes de la web, con aclaraciones como que ofrecía una barra de búsqueda y “una serie de menús que clasifican los contenidos por orden alfabético, género, idioma y últimas películas añadidas”. También, precisan, que se empleaban dos servidores: uno de ellos era Veoh y el otro Megavídeo, este último alojado en Estados Unidos y que permitía supuestamente a los internautas contratar distintas suscripciones. “La cuenta ‘Premium’ es de pago y se puede contratar un mes por 9,99 euros, hasta dos años por 79,99 euros. Existe también la denominada cuenta ‘Platinium’, vitalicia por 199,99 euros”, según enumeran los investigadores del Grupo de Delitos Telemáticos. Todo ello les lleva a concluir que el portal web “no es un mero enlazador”, sino que la actividad de Películas Yonkis “proporciona el acceso de forma exclusiva a material audiovisual protegido por derechos de propiedad intelectual”.
La debacle del autónomo informático
El 15 de enero de 2009 se inició la debacle de Alberto, quien por aquel entonces estaba dado de alta como trabajador por cuenta propia. Aquel día, el Grupo de Delitos Telemáticos de la Guardia Civil envió un oficio al Juzgado de Instrucción número 2 de Arganda del Rey en el que señalaba al informático murciano como “responsable único de la página Películas Yonkis, y por ende, el encargado de administrar dicho sitio web, el cual obtendría beneficios económicos derivados de la publicidad”. La Benemérita apuntaba que en una cuenta de Bankinter, a nombre de este licenciado, master y doctor en Informática, “se registraron, solo en el año 2008, un total de 28.886 euros ingresados mediante transferencias recibidas”.
Tal dato contrastaba para los investigadores con el hecho de que estaba dado de alta como autónomo, “no realizando ninguna actividad laboral”. A pesar de todo ello, también contaba con fondos de inversión y productos en Morgan Stanley, La Caixa, Bankinter, BBVA, Banco Santander y Caja de Ahorros de Murcia, “desconociéndose el origen de estos ingresos”.
El oficio de la Guardia Civil solicitaba al juzgado una autorización para proceder al registro de los domicilios que frecuentaba Alberto García Sola, en Lorca y Murcia. El 12 de febrero de 2009 se detuvo a este crack de la informática, en el céntrico piso de la plaza Circular de la capital del Segura. Los agentes copiaron bit a bit cuantos soportes de almacenamiento digital encontraron a su paso, interviniendo 3.900 archivos de fotografía con carátulas de películas, una sanción de la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones contra el portal Series Yonkis, una comunicación de Sony Pictures informando a Alberto García Sola de que no disponía de los derechos de autor de 26 películas disponibles en Peliculas Yonkis.
También localizaron, según los informes que obran en la causa, “archivos estadísticos de las visitas a las páginas web Películas Yonkis y Series Yonkis, consistentes en 6.095.348 visitas en el mes de noviembre para la primera web y 12.576.745 visitas para la segunda; y la previsión de beneficios para el año 2009 que ascendería a 64.981 euros con respecto a Series Yonkis”. La Guardia Civil certificó la defunción virtual de estos portales el 8 de mayo de 2014, por lo que el fiscal Pablo Lanzarote considera que Alexis Hoepfner, David Martínez y Jordi Tamargo continuaron supuestamente "con la misma ilícita actividad” tras la compra del ‘negocio’ a Alberto García Sola en el año 2010.
Tanto Cristóbal Martell como Carlos Sánchez Almedia, dos de los abogados que ejercerán la defensa de los encausados, no han querido realizar declaraciones a EL ESPAÑOL antes del juicio. No quieren desvelar sus líneas de defensa antes del lunes: ese día empezará el juicio contra la web de descargas española que atesora el récord de haber sido perseguida por la Guardia Civil durante más de un lustro. “No quiero declarar nada antes de la vista porque no quiero influir al juez ni que se haga ninguna idea preconcebida de mí”, concluye el murciano Alberto García Sola.
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