Crece la alarma por el paradero de Natalia: descartan la huida e investigan a su entorno
La Policía francesa redobla esfuerzos y descarta una aventura en solitario después de que se le perdiese la pista hace ya ocho días.
8 mayo, 2019 14:02Noticias relacionadas
Crece la angustia en el caso de la desaparición de Natalia Sánchez Uribe, la estudiante española de Erasmus a la que se le perdió el rastro el pasado 1 de mayo en París. Según fuentes próximas a la investigación consultadas por EL ESPAÑOL, la Fiscalía de París ha incrementado el nivel de alerta y los investigadores ya habrían descartado la hipótesis de la marcha voluntaria de la mallorquina. Natalia, según cuentan, no se fue por su propia voluntad.
Explican estas mismas fuentes a EL ESPAÑOL que la policía ha incorporado a la búsqueda a un grupo especial de agentes especializados en desapariciones. Y es que el caso cada vez se complica más. A medida que pasan las horas, crece la incertidumbre porque no se dispone de ninguna pista fiable que, por el momento, pueda conducir a la resolución del caso. El hecho de que la chica no contase con un núcleo fijo de amigos en la capital francesa abre el abanico de posibilidades a la hora de establecer un posible móvil de la desaparición.
Cuentan estas fuentes que “los investigadores están siendo herméticos con todo el mundo. Desde que se produjeron los atentados [yihadistas] trabajan así, prácticamente sin compartir información”. No obstante, sí que se sabe que se está tratando el caso como si de un rapto se tratase. Por el momento tampoco descartan otras hipótesis como el suicidio. La que sí que se cae por el momento es la de que hubiese conocido a alguna persona y se hubiera fugado con ella.
Las desapariciones no son habituales
“Es una cuestión de indicios. Nadie cree que la chica se haya marchado dejando las pertenencias en un parque. No tiene sentido”, explican a EL ESPAÑOL, añadiendo además que “no es algo habitual. Aquí en París no son muy comunes este tipo de desapariciones. Y si hay alguna zona que pueda ser más complicada en este sentido sería en las ‘banlieus’ (suburbios obreros de las afueras de París). Desde luego no en Pantheón (la zona en la que se encuentra la facultad de Derecho y Economía de La Sorbona, donde Natalia cursaba sus asignaturas) ni en Tolbiac (la calle en la que se encuentra la otra escuela de economía”.
¿Y el barrio donde residía Natalia? “Es una zona más alejada del centro, pero tampoco se trata de un barrio especialmente conflictivo”, aclaran estas fuentes, refiriéndose a la calle Paul Fort, en el distrito XIV de la capital francesa. Se encuentra a media hora aproximadamente de la universidad. Ese camino lo realizó varias veces la estudiante mallorquina, dado que se estaba mudando de forma temporal. El contrato de alquiler había expirado el 30 de abril, por lo que Natalia procedió a abandonar la casa y trasladarse de forma provisional al piso en el que reside una estudiante catalana amiga de Natalia. Allí, supuestamente, iba a quedarse los últimos 15 días de su aventura francesa. Según adelanta Europa Press, las pesquisas se centran ahora precisamente ahí, en interrogar al entorno más próximo de la desaparecida.
La extraña aparición dela mochila
Los medios franceses empiezan ahora a hacerse eco de esta desaparición, dada la repercusión que está teniendo en España. Llama la atención entre los parisinos el montón de incógnitas que rodean al caso. Por ejemplo, que la desaparición se produjese a plena luz del día. “Los parques grandes están cerrados por la noche en esta ciudad”, aclaran a EL ESPAÑOL. Al hilo de este punto, sorprende también que sus pertenencias, su mochila y su ordenador, apareciesen en un parque público seis días después de que se perdiese el rastro de Natalia y no de inmediato. “Un ordenador y una mochila en la calle serían detectados enseguida por alguien, ya sea la policía o algún ciudadano que se lo encuentre. Ya sea para devolverlo o para quedárselo. Que se hayan encontrado intactos y en la calle tantos días después es desconcertante”.
En este punto también hay discrepancias. Hasta ahora se creía que los enseres personales de Natalia aparecieron en un parque próximo a la universidad de La Sorbona. Pero un conocido de Natalia que reside en París (y no quiere dar su nombre) lo desmiente. “La mochila apreció en un parque que se llama Longchamps y está a las afueras de París”, asegura. Todo contradicciones.
Natalia se encontraba perdida en la ciudad. Había confesado a sus contactos más çintimos que no había encontrado su lugar y que no tenía un núcleo de amigos fijo. Rodrigo, un estudiante consultado por EFE, explicó que había conocido a la chica una noche en la que estaba de fiesta y salió a fumar con unos amigos. Entablaron conversación porque ella les escuchó hablar en español. Allí les confesó lo mismo que deslizó en sus redes sociales: que no se encontraba a gusto en esa situación. Días después, asegura el testigo, vio a Natalia tomando café con un chico. “Me alegré al ver que se estaba relacionando con otras personas”, concluyó esta fuente.
El casero que se duchó en su piso
Otro de los personajes que ha entrado en escena en las últimas horas es Angel Pavia, un actor italiano en paro, de 42 años, y casero de Natalia. Pavia se plantó el día 2 en el piso de Paul Fort, porque el alquiler de la chica había vencido y, aunque él afirma que trataba de ponerse en contacto con ella por Whatsapp, no lo consiguió. La esperó durante toda la noche, asegura. “¿Estás viva?” llegó a escribirle según La Vanguardia. Pero Natalia no contestó. En ese lapso de tiempo, Angelo utilizó el inodoro y la ducha. Después se quedó dormido en el sofá. Angelo asegura que no tiene nada que ver con la desaparición, pero que e había percatado de que en el inmueble entraba gente nueva en los últimos días. Gente, señala, cuyo aspecto no le gustó.
El hermetismo policial va de la mano con el de la familia de Natalia. Sus padres se encuentran en París para seguir las pesquisas y ayudar en la medida de lo posible. Cuando la desapareció se hizo pública, el padre de Natalia ya advirtió de que no quería que el caso de su hija se convirtiese en un circo mediático. Siguiendo las directrices de los investigadores, ni la familia ni lo amigos más proximos a Natalia han querido hablar. EL ESPAÑOL se ha puesto en contacto con más de una decena de estas personas próximas a Natalia Sánchez, pero todos han declinado hablar. Entre ellos, la chica catalana con la que Natalia tenía que vivir los 15 días después de abandonar su piso de la calle Paul Fort.
Viviendo con extraños
Natalia es una persona que ha cambiado de residencia a menudo en los últimos tiempos. De padres granadinos, es natural de Palmanova (Mallorca), pero estudiaba Economía en Bellaterra (Barcelona), en la Universitat Autónoma de Barcelona. También había estado viviendo en Londres. Durante todas esas estancias fuera de Baleares, Natalia había compartido “piso con extraños”, tal y como explicaba en un mensaje en una página de Erasmus para encontrar piso o compañeros.
Así, la situación a 8 de mayo es la siguiente: Natalia sigue desaparecida. Sus enseres personales aparecieron en la calle 6 días después de que se le perdiese el rastro. Su casero Angelo Pavia que fue a verla el día después de su desaparición, pero no pudo contactar con ella y optó por esperarla en la casa y pegarse una ducha. También hay una amiga catalana y un amigo italiano con los que presuntamente tendría que acabar viviendo esos últimos 15 días y cuyo aspecto llamó la atención negativamente de Angelo. También hay estudiantes que corroboran la versión de que la vida social de Natalia no era especialmente activa y que se le había visto hablando con diferentes personas (desconocidas todas por el entorno de la chica) en los días previos a su desaparición.
La Fiscalía sigue investigando, ha puesto en el caso a un grupo especializado que descarta casi por completo a huida voluntaria. Pero, de momento, no hay más noticias. Hoy día 8 de mayo es festivo nacional en París. Nadie trabaja en los edificios de la administración. Pero los gendarmes no descansan. En permanente contacto con la familia, exploran todas las vías posibles.
La única hipótesis que por el momento se cae es que Natalia se haya marchado por su cuenta a vivir una aventura en solitario. Ni el rapto, ni el suicidio están descartados ahora mismo. Sus amigos callan, su familia también. Y los parisinos, en el día de su fiesta nacional, cada vez sienten más congoja al desconocer qué pasó con la chica que ha desaparecido en su ciudad.