La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a 19 años y medio de prisión al "violador del metro de Opañel", que se confesó culpable de cinco agresiones sexuales a mujeres en 2017 junto a ese lugar, y al que también impone diez años de libertad vigilada y prohíbe residir en ese barrio.



Según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, la Sección 23 de la audiencia madrileña también ha condenado a Anthony Fernando V. S., ecuatoriano de 23 años que está en prisión desde diciembre de 2017, a someterse a un tratamiento de reinserción, a no acercarse a las víctimas a menos de 500 metros y a no comunicarse con ellas durante diez años a partir de su salida de la cárcel.

Se trata del hombre que fue detenido en diciembre de 2017, tras meses de investigación, acusado de violar a una joven y agredir sexualmente a otras cuatro entre febrero y junio de ese año junto al metro de Opañel, en dos casos en la misma noche. Dos de ellas eran menores de edad, de 16 y 14 años.



El acusado vivía a pocos minutos andando de ese lugar y utilizaba siempre el mismo "modus operandi": elegía a sus víctimas en el interior del suburbano y, tras salir de la estación y aprovechando la oscuridad de la noche y la poca presencia de viandantes, las seguía durante unos metros hasta que las abordaba por la espalda.

La sala considera probado que el acusado atacó el 26 de febrero de 2017 a las siete de la mañana a una joven de 20 años a la que seguía desde el metro de Opañel, a la que golpeó, violó y le quitó 20 euros. Esta víctima tuvo lesiones y un fuerte trastorno postraumático que le ha dejado secuelas.

Solo una hora y media más tarde abordó a una menor de 16 años, a la que inmovilizó asfixiándola, le robó el teléfono y las llaves y tocó por encima de la ropa, sin lograr quitársela.

Siete días después, el 5 de marzo, en este caso a las 01:50 de la madrugada, el procesado atacó a una joven de 18 años, a la que tiró al suelo, golpeó y tocó libidinosamente.

Esa misma madrugada pero ya a las 06:45 se acercó a una joven de 19 años a la que también efectuó tocamientos.

Y el 18 de junio a las 07:30 siguió a una menor de 14 años, le quitó el móvil, la agredió y la tocó.

La sala subraya que en esa época el procesado, que reconoció los hechos durante el juicio, era adicto a la cocaína y al hachís, "por lo que tenía levemente afectadas sus capacidades". 

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