“Iñaki es una persona con un gran fondo espiritual y moral. ¡De una pieza! Sensible, atento, muy bien educado. Como marido y como padre es puntual”.
Así definía la reina doña Sofía a su yerno Iñaki Urdangarin en el libro de Pilar Urbano La Reina de cerca (Planeta 2009). Nueve años después, en junio de 2018, el Tribunal Supremo sentenció que, al margen de las habilidades descritas con innegable amor por su suegra, el marido de la infanta Cristina poseía otras cualidades no tan excelsas: fue condenado como responsable de gravísimos delitos de malversación, prevaricación, fraude a la Administración, dos delitos fiscales y otro de tráfico de influencias dentro del conocido caso Noós. Fruto de sus actos obtuvo una grave pena: cinco años y diez meses de prisión.
El pasado jueves 19 el ex duque de Palma salía por primera vez de la cárcel de Brieva (Ávila), donde llevaba ingresado desde el 18 de junio de 2018, para realizar labores de voluntariado social en el Hogar Don Orione situado en Pozuelo de Alarcón (Madrid). El juez de Vigilancia Penitenciaria nº 1 de Castilla y León había aceptado su recurso (el director de la prisión y la Fiscalía se habían opuesto en una primera instancia a su solicitud) para poder realizar programas de atención especializada fuera del centro penitenciario. “Es una posibilidad que el Reglamento Penitenciario, concretamente el artículo 117, permite a los reclusos catalogados en segundo grado para poder salir a trabajar fuera de prisión o para realizar labores de voluntariado o ayuda a la sociedad”, comenta un abogado que ha llevado más de un caso en este sentido. “Yo no lo interpreto como un privilegio, aunque es cierto que su aplicación a determinados presos como Oriol Pujol o Iñaki Urdangarin, y su denegación a otros muchos, genera un ambiente de discriminación a los internos que han demandado acogerse a esta posibilidad y la ven denegada”.
Lo cierto es que a partir del pasado jueves, y de ahora en adelante dos días a la semana, en principio martes y jueves (ocho horas cada día), el convicto Urdangarin acudirá al Hogar Don Orione, que es uno de los centros referentes en la atención integral a jóvenes y adultos con discapacidad intelectual, física y sensorial más severa que existe en nuestro país.
Los residentes, con discapacidades severas
“Los residentes que atendemos en este centro son enfermos con grandes dependencias y con discapacidades muy severas”, confirma el padre Pablo Salvatierra, sacerdote de la Congregación de la Divina Providencia (los conocidos como orionistas) y párroco de la iglesia “Reina de los Ángeles” en Pozuelo de Alarcón, ligada al Hogar Don Orione. “Es una labor muy dura la que realizan los voluntarios que colaboran con nosotros. No todo el mundo vale para esta misión. Hemos tenido personas que han querido cooperar con nosotros y han tenido que abandonar porque las realidades humanas y las desgracias físicas e intelectuales que se ven en nuestro Hogar son muy extremas”, señala el sacerdote. “Hay personas que por su excesiva sensibilidad o por la dureza de los casos extremos que atendemos no son capaces de realizar esta labor. Se necesita mucho amor y ganas de entregarse por los demás”, aclara el padre Pablo.
"¿Aguantará Iñaki?", le preguntamos: “Yo creo que sí. De todas maneras hay que esperar porque solamente lleva un día”, responde, con una gran sonrisa. “Él ha sido un deportista de élite, sabe lo que es el esfuerzo y el trabajo pautado. Hay que tener en cuenta que aquí todo voluntario trabaja bajo las indicaciones y acompañado por personas especializadas. Nada se deja a la improvisación. Los profesionales son los que dirigen la actividad concreta en la que colaboran los voluntarios y ellos se tienen que atener a lo que les indica el especialista”, aclara.
Le consultamos por el tipo de enfermos que atienden en su centro: “Nuestro centro está especializado en enfermedades muy severas, aunque tenemos casos de enfermos menos graves también. Todo depende de dónde se coloque el nivel de la enfermedad. Tenga en cuenta que nosotros atendemos a 114 internos con todo tipo de patologías. Algunos, cerca de un 40%, llevan con nosotros toda la vida porque fueron abandonados por sus padres siendo muy pequeños. Ahora nos encontramos con muchos casos de personas adultas, de más de 50 años, que han vivido con sus padres o familiares y, debido a que éstos se han hecho mayores o han fallecido, ya nadie puede ocuparse de ellos. Y para eso está nuestra misión pastoral y asistencial. Nosotros atendemos a los más desposeídos de todos los despojados. Aquellos a los que no quiere nadie, nosotros les atendemos en este Hogar hasta el día de su muerte”.
Esta visión es compartida por Bárbara, una bibliotecaria que durante sus años de universidad realizó labores de voluntariado en el Hogar Don Orione: “Nosotros íbamos los sábados y siempre estábamos acompañados de un profesional. Ayudábamos a los enfermos más severos, con discapacidades intelectuales muy graves, a comer, a asearse, a lavarse las manos y los dientes. Algunos tenían patologías muy complejas. Nosotros nos ocupábamos de los que tenían movilidad, porque hay muchos que están postrados y no pueden valerse para nada. Pero los que tenían movilidad eran también los más complicados porque tenían mucha fuerza, tenían muchas manías, se querían escapar… Era difícil, pero no quedaba otra que adaptarse a la situación. Lo que más me impactó que durante aquellos años eran los enfermos los que estaban solos, los que no tenían familia o no les iba a ver nadie durante mucho tiempo. Esas personas a veces no entendían nada, pero cualquier cosa que hacías por ellos te lo devolvían a su manera, con una sonrisa o un gesto, y eso era muy gratificante”.
Este sentido religioso de entregarse por los más desamparados, carisma de la orden de la Divina Providencia, que da sentido a la vocación de sus miembros, es una de las razones por las cuales Iñaki Urdangarin eligió este centro. “Esto ha sido así”, explica el padre Pablo. “Cuando se pusieron en contacto con nosotros sus abogados, nos indicaron que Iñaki Urdangarín había dado instrucciones de que él quería colaborar con un centro religioso, no con una ONG. Luego, parece ser que a través de personas de la familia del rey que nos conocen, le hablaron de nuestro centro. Según se ha publicado él es una persona muy religiosa y con nosotros se sentirá muy a gusto” nos señala.
Vínculo de Sofía con Hogar Don Orione
Y es que el Hogar Don Orione está muy ligado a la familia real, concretamente a la reina emérita Sofía. En 1968, un año después de inaugurarse el Hogar, la entonces princesa de Grecia tuvo su primer contacto visitando las instalaciones de Pozuelo de lo que empezó siendo un colegio para niños con necesidades muy severas. Desde aquel primer momento, la relación de Sofía con el Hogar Don Orione se ha mantenido. En febrero de 2018, la suegra de Urdangarín recibió a los responsables de la orden en el palacio de la Zarzuela con motivo del cincuenta aniversario de la inauguración de su centro en España.
Quizá durante el transcurso de aquella audiencia, fue cuando la reina emérita pensó en Don Orione como una posible solución para los primeros permisos de su yerno. Como ha escrito Jaime Peñafiel: “En Zarzuela Iñaki Urdangarin siempre cayó mejor que Jaime Marichalar. Se admiraba a Iñaki simplemente porque era alto, rubio y con los ojos azules y criticaban a Jaime por su carácter serio, su aspecto distante y algo siniestro”.
Lo cierto es que el comportamiento de Urdangarin resultó al final más reprochable que el de Marichalar. No era éticamente aceptable que el que fuera jugador de balonmano utilizara a su mujer y a su suegro, con su alta representación institucional y sus contactos públicos y privados, para hacer negocios irregulares con sus empresas privadas a través de falsas entidades “sin ánimo de lucro”.
Iñaki, el frívolo
Y es que Iñaki Urdangarin se ha comportado a lo largo de su vida de una manera muy frívola: adujo padecer una sordera para librarse de la mili; ocultó a su novia de entonces (Carmen Camí Solsona) que había empezado una nueva relación con Cristina de Borbón; dejó a deber multas e impuestos de circulación con el Ayuntamiento de Barcelona antes de casarse por un valor superior a las 100.000 pesetas de entonces; se embaucó con su mujer en la compra del palacete de Pedralbes sin tener dinero ni ingresos para pagarlo; se comunicaba mediante correos electrónicos con funcionarios de la Casa Real firmando como “el duque empalmado” (haciendo alusión al ducado en la actualidad desposeído de Palma de Mallorca); enviaba fotografías y e-mails de contenido erótico también por vía oficial y, finalmente, no fue consciente de la gravedad del lío en el que estaba metido, cuando reiteradamente fue advertido por la Casa Real de que dejara de realizar las actividades en las que se encontraba inmerso, contestando con aquella expresión ya popular que, según lo publicado, se atrevió a decir delante de Juan Carlos: “Aquí todo el mundo hace lo que quiere, pues yo también”.
Su nueva actividad en el Hogar Don Oriene quizá le sirva a él como terapia para relativizar su mala situación actual. “Muchas personas que tienen depresión o pasan por una situación complicada, ejercer de voluntario en nuestro centro les hace ver la vida y su realidad de manera muy distinta”, explica el párroco de la orden. “Aquí viendo a los enfermos, trabajando con ellos, conociendo sus vidas y cómo se esfuerzan en alcanzar unos pequeños objetivos… Es una experiencia que les sirve mucho para relativizar sus problemas. Hemos tenido varios presos, en la misma situación que va a estar ahora Urdangarin, y a todos ellos les ha venido muy bien desde el punto de vista personal conocer estas realidades tan dramáticas”. Hay que recordar que, hasta el pasado jueves, Iñaki Urdangarin llevaba preso en aislamiento en la cárcel de Brieva (Ávila) 15 meses consecutivos. Una situación que, aunque elegida por él, no era nada positiva para su salud, según ha reconocido su propio abogado Pascual Vives.
Nos despedimos del padre Pablo preguntándole por los enfermos y las actividades a las que se dedicará Urdangarin durante el tiempo que realice este voluntariado: “Hemos pensado que dada su formación, Urdangarin colabore con las actividades deportivas y de fisioterapia que se realizan en el centro. Ayudará en las labores de psicomotricidad y en los ejercicios en la piscina. Siempre estará dirigido por un profesional y llevará una camiseta que se ponen los voluntarios del centro. Trabajará trasladando a los chicos, les ayudará a meterles y sacarles de la piscina, a subirles y bajarles de las sillas de ruedas y de sus camillas. Seguro que no tiene ningún problema”.
"¿Y si no lo hace bien?", le requerimos. “Más le vale, porque cuando termine el voluntariado tenemos que redactar un Informe y enviárselo al Juzgado de Vigilancia Penitenciaria, sobre cuál ha sido su actitud, dedicación y colaboración con el centro. Yo estoy seguro que Urdangarin lo va a superar sin problemas”, contesta con la misma sonrisa de siempre.