La locura de Ana María: el juez iba a notificarle que perdía la custodia de su hijo y lo mató el mismo día
El tío del menor al que su madre le ha quitado la vida critica que habían denunciado a la mujer por supuestos malos tratos al niño, de 7 años.
11 octubre, 2019 04:33Noticias relacionadas
"Sergio no quería irse nunca con su madre porque le tenía miedo", lamenta entre lágrimas Juan José Fernández López, tío del niño al que este jueves le quitó la vida Ana María Baños Lozano: la misma mujer que hace siete añitos lo trajo al mundo. "Mi sobrino estaba en riesgo extremo", asegura indignado a EL ESPAÑOL mientras expone que tanto el padre del pequeño como otros miembros de la familia habían denunciado -por escrito y verbalmente- los supuestos malos tratos a los que sometía Ana María a Sergio tras separarse de su padre. "Nos hemos dirigido al Servicio de Protección del Menor, a los Servicios Sociales de Huércal de Almería, a la Guardia Civil y al Colegio La Jarilla: ¿Por qué toda esa gente no ha hecho nada?".
Hace algo más de dos años se acabó la relación entre Ana María Baños Lozano y Sergio Fernández López. La separación de la pareja no fue sencilla porque en medio había un hijo en común, Sergio, y además la madre denunció en varias ocasiones al padre del niño por supuestos episodios de malos tratos.
Tal situación provocó que los juzgados almerienses establecieran un régimen de visitas para el progenitor y que la custodia recayese en la mujer. "Un jueves a la semana, mi hermano recogía a Sergio en el colegio, a las dos de la tarde, y se lo devolvía a su madre, el viernes, a las nueve de la mañana, y a la semana siguiente, volvía a recogerlo el jueves, a las dos de la tarde, a la salida del colegio, y se lo quedaba hasta el lunes siguiente, a las nueve de la mañana, y así iba rotando todas las semanas", detalla Juan José sobre la periodicidad de las visitas fijadas judicialmente.
"Todas las denuncias por malos tratos contra mi hermano fueron archivadas". A partir de ese momento comenzó la pugna legal entre Ana María y Sergio por hacerse con la custodia del pequeño, pero no se modificó el régimen de visitas: la madre seguía al cuidado del niño y lo hacía en el piso que el matrimonio se había comprado en la plaza Río Chico, en Huércal de Almería. “Ella se quedó con la casa tras la separación y mi hermano se tuvo que alquilar un piso sin dejar de pasar la pensión a su exmujer".
El padre del pequeño nunca se rindió y a pesar de que trabajaba en el área de la automoción en una empresa de la localidad almeriense de Vícar, optó por alquilarse un piso en Huércal para no perder el contacto con su hijo y para que este no viese alterado su ritmo escolar en el Colegio La Jarilla donde estaba matriculado. “En más de una ocasión Sergio no acudió a clase porque no lo llevó su madre y fuimos a quejarnos al centro de las faltas de asistencia, pero no hicieron nada”.
El divorcio no le había sentado nada bien a Ana María ni físicamente, ya que adelgazó más de quince kilos, ni psicológicamente porque no era capaz de aceptar la separación. "En una ocasión llamó a mis padres más de 100 veces para decirles que quería volver con mi hermano", ejemplifica Juan José Fernández López sobre la conducta supuestamente obsesiva y acosadora que mantenía la madre del niño hacia su exmarido.
"Lógicamente mi padre lo denunció y este mes se iba celebrar un juicio por acoso". El tío de Sergio asegura que él, sus padres y su hermano, denunciaron tanto verbalmente como por escrito a Ana María ante los puestos que la Benemérita tiene en Almería y El Ejido, así como en el Servicio de Protección al Menor. "Hemos presentado diez o 15 denuncias porque ella en varias ocasiones había insultado y maltratado al niño: Sergio nos contaba que le pegaba en la cara, en los brazos, a veces no le daba de comer, no lo llevaba el colegio, lo castigaba…".
[Más información: La madre del niño de El Ejido retuvo la custodia tras salir del psiquiátrico: la denuncia del tío]
Uno de los episodios más duros que el pequeño Sergio relató a su tío fue cuando su madre intentó asfixiarlo en 2018, dentro del piso de la plaza Río Chico. "Mi sobrino el año pasado me contó que casi le asfixió: 'Mi mamá me ha puesto un cojín en la boca y no podía respirar'". Llegado este punto, Juan José deja de hablar con el periodista, por el teléfono se nota cómo coge aire, resopla, y vuelve a lanzar una reflexión iracundo: "Llevamos con este tema más de un año: ¿Qué funcionario se ha meneado aquí?"
El niño pedía a los abuelos
El tío de la víctima subraya que de los presuntos malos tratos que causaba Ana María a su hijo, Sergio, existen pruebas como grabaciones de audio y mensajes que el chiquillo envió por WhatsApp a sus abuelos. "Mi sobrino le cogía el teléfono móvil a Ana María para enviarle mensajes a mi madre pidiéndole auxilio: 'Abuela dile al papá que venga que mi madre me está pegando'. Eso se lo hemos presentado a la Guardia Civil y nos dijeron que sería una pataleta del crío”.
-¿Podría enviarme una copia de esos mensajes de WhatsApp?
-No. Eso primero se lo tengo que enseñar a nuestro abogado. Los audios ya irán saliendo.
El jueves pasado en los juzgados almerienses se celebró la vista oral en la que debía decidirse la custodia del pequeño de sonrisa fácil y pelo rubio angelical, al que le encantaba dar paseos en bicicleta por el paseo marítimo. "Mi hermano le montó el pasado verano una piscina para que se bañase en el cortijo que tenían sus abuelos en el campo en Alcolea", recordaba con cariño Juan José.
Tanto Ana María como Sergio eran naturales de Alcolea, una pequeña población de unos 500 habitantes que está situada en la Comarca de la Alpujarra, y que este jueves estaba conmocionada ante el luctuoso final que ha sufrido el niño. "A Sergio le gustaban mucho las Fiestas de Santa Rosa de Viterbo que se celebran en septiembre y este verano asistió como siempre", comentaba con cariño y desde el anonimato una vecina que conocía a los padres del crío.
"Todos en Alcolea sabíamos que esto iba a pasar porque ella tenía problemas mentales serios, por eso se divorció Sergio de Ana María: una noche la vimos rebuscando cosas entre los contenedores, en otra ocasión caminando sola por la carretera, ella iba diciendo que había denunciado a su marido ante la Guardia Civil porque la había querido envenenar, estuvo una temporada viviendo en casa de su padre….". Sin embargo, fuentes de la Guardia Civil aseguran a este diario que no se tenía constancia de que la supuesta autora de la muerte de su hijo padeciese ninguna enfermedad mental.
Este jueves Sergio tenía que recogerlo
Este jueves a Sergio le tocaba acudir al Colegio La Jarilla a recoger a su hijo a las dos de la tarde para pasar juntos el día. Ana María no llevó a su pequeño al colegio, sino que supuestamente le quitó la vida. No empleó ningún arma, se valió de la fuerza de una persona de 38 años para imponerse a la inocencia de un crío de 7 años.
Todo apunta a que estranguló con frialdad a la sangre de su sangre. La autopsia deberá esclarecer si la agresión mortal se produjo en el piso en el que ambos convivían en la plaza Río Chico de Huércal de Almería o tuvo lugar durante alguna parada que la mujer realizó en el trayecto que cubrió con su vehículo desde Huércal hasta la calle Río Andarax del Barrio de Las Norias de Daza.
Las primeras informaciones del caso apuntan a que Ana María condujo su coche hasta la citada barriada perteneciente al término municipal de El Ejido, con su hijo amoratado y colocado estratégicamente en la parte de atrás del turismo, junto a la mochila del colegio, como si estuviese sentado plácidamente.
El presunto objetivo de Ana María Baños era introducir el cuerpo sin vida de Sergio en la casa de Ana, la pareja sentimental de su padre, Antonio Baños. Así se desprende de la macabra conversación que mantuvieron ambas mujeres en la citada calle, cuando solo pasaban unos minutos de las diez de la mañana del jueves.
-Madre: Ana, ven.
-Vecina: ¿Para qué?
-Madre: Pues para ayudarme a sacar al niño del coche porque viene mareadillo y yo me tengo que ir a hacer unos recados.
-Vecina: ¿Cómo voy a meter yo el niño en mi casa? Me busco la ruina. Tienes que llamar al 061 porque el niño está mal.
-Madre: Ni se te ocurra.
Justo en ese momento se cortó la conversación entre ambas mujeres y fue cuando Ana María se metió rápidamente en su coche con el objetivo de darse a la fuga. Eso da a entender que era plenamente consciente de la gravedad de la situación y de los hechos violentos que supuestamente había cometido. Ana, la pareja del abuelo materno del niño, telefoneó a la Guardia Civil para alertar de lo que estaba pasando.
La sospechosa trató de dirigirse a la Carretera de La Mojonera, pero fue interceptada por una patrulla de la Benemérita que tuvo que darle el alto apuntándole con una pistola y romper el cristal de una de las ventanillas ante la negativa de la mujer a abrir el coche. Ana María fue detenida por los agentes como presunta autora del estrangulamiento de su hijo, Sergio.
Ana desde hacía un tiempo le venía comentando a Antonio Baños, su pareja y padre de Ana María Baños, que su hija no estaba bien. En el Barrio de Las Norias de Daza también era un secreto a voces que esta mujer llevaba muy mal la separación de Sergio y el pleito por la custodia de su hijo. Uno de los vecinos de la zona comentaba a este diario que iba diciendo que "el niño o es para mí o para nadie".
Este jueves presuntamente cumplió sus palabras, solo dos días después de haber sido denunciada ante la Guardia Civil. El tío de la víctima, Juan José Hernández López, explica a EL ESPAÑOL el contenido de la denuncia: "Mi hermano (padre de Sergio) puso la última denuncia contra su exmujer el pasado martes, después de que mi madre nos llamase a los dos para decirnos que otra vez había llamado el niño, contándole que su madre se lo quería llevar de viaje en el coche y tuvimos que ir zumbando para evitar que se lo llevase. Al llegar, el crío llevaba las piernas llenas de restregones, de hacer fuerza contra la goma de la puerta del vehículo para no entrar".
-¿Usted sabe a dónde se quería llevar Ana María a Sergio?
-No sabíamos a dónde quería ir. Tuvimos que pararla con el coche.
Tan grande era la preocupación que tenía la familia por los supuestos malos tratos que padecía el menor que lo llamaban todos los días sin falta. Este jueves, a las once de la mañana, el tío de la víctima se puso en contacto con los Servicios Sociales de Huércal de Almería. "Estábamos pendientes de que hicieran un informe sobre la convivencia y los cuidados que recibía Sergio con su madre para que se lo diéramos al abogado de mi hermano por la custodia y me dieron cita para el próximo 24 de octubre, en ese momento no sabíamos todavía que había muerto mi sobrino", se lamentaba apenado Juan José Fernández López.
La noticia cayó como una bomba en la familia y pilló al padre del menor en su puesto de trabajo aguardando ilusionado a recoger al chiquillo a la salida del colegio. "Mi hermano Sergio está totalmente destrozado, no tiene fuerzas para hablar".
Horas después de la muerte violenta del menor, la familia recibía la sentencia de los juzgados de Almería pronunciándose sobre la custodia del niño. "Se han pronunciado a favor de mi hermano, Sergio, dándole la custodia. Este juicio se ha ido posponiendo y se ha ido posponiendo, hasta que ha pasado esto: ¿por qué no han adoptado unas medidas cautelares sabiendo lo que estaba haciendo esta señora con el chiquillo? ¿Por qué no han apartado al niño de la madre?".
-Atendiendo a la gravedad de los hechos que usted me narra y del trágico y terrible final que ha sufrido el pequeño Sergio, ¿la familia piensa emprender acciones legales?
-Vamos a denunciar a la Administración y a Jesucristo bendito si hace falta. Nosotros hemos intentado por todos los medios legales hacer las cosas bien y esta es la respuesta que hemos obtenido: tenemos que enterrar a mi querido sobrino.