16 de agosto de 2017. El deporte está encima de la mesa. Ese miércoles se jugaba la final de la Supercopa de fútbol. Un clásico, un Madrid-Barcelona que se acabarían llevando los merengues. Y con el debate público, ya flojo de por sí en verano, centrado en el fútbol, aparece en escena José Coronado. Ese mismo día, la casa de apuestas en línea Bet365, la más grande del mundo, lanzaba por primera vez su spot publicitario con el actor ganador de un Goya por No habrá paz para los malvados.
En el anuncio aparece Coronado con la percha seria que suele firmar, con su voz que si fuera un actor extranjero habría sido doblada por Constantino Romero, en una sala de billar. “Puedes encontrarnos en cualquier lugar del mundo / observando / escuchando / analizando / estamos en todas partes y lo vemos todo / somos miembros de la casa de apuestas online más grande del mundo / somos miembros de Bet365”, dice el actor.
De aquella, la mala imagen de la que ‘disfrutan’ hoy en día en las casas de apuestas (ya sean online o en la calle) no era tan marcada como ahora. Aunque cuando ese día Coronado anunció escuetamente por Twitter que estaba “encantado de ser la nueva imagen de Bet365” -primera y única alusión al tema por parte del actor- ya muchos usuarios ya le echaron en cara que “fomentaba la ludopatía”.
Ahora es peor. La movilización política y social para restringir los límites de la publicidad y la presencia de estos juegos de azar es cada vez mayor. Hay pueblos que se levantan en armas contra las casas de apuestas, medios de comunicación que cuentan la vida de chavales arruinados por el juego, peticiones al Gobierno de equiparar la publicidad a la del alcohol y el tabaco y comunidades autónomas alejando esos centros de los institutos. En España hay alrededor de un millón de jugadores de apuestas online y más de la mitad de los ludópatas son menores de 35 años. ¿Por qué un actor reconocido como José Coronado iba a querer estar en frente de eso, en el lado oscuro de esta pugna entre el bien y el mal?
EL ESPAÑOL se ha puesto en contacto con José Coronado, como imagen de Bet365; con Roberto Álamo, también ganador de un Goya y que anunció para la misma empresa antes que Coronado; y con Carlos Sobera, el presentador de televisión que hace de rostro de 888poker con uno de los anuncios más controvertidos de todos. El primero, Coronado, ha decidido no hacer declaraciones. El segundo, Álamo, ha dicho que sólo concede entrevistas para promocionar su trabajo como actor. El tercero, Sobera, sí ha querido hablar y ha sorprendido adelantando que lo deja, que ya no será más veces el rostro de 888poker por “una cuestión de sensibilidad”.
“Es la economía, estúpido”
El anuncio en el que salió y sigue saliendo Coronado es parte de una campaña internacional de Bet365 en la que varios actores de distintos países hacen el mismo papel que el intérprete español. De hecho, el spot es un calco, sólo varía el rostro. En Australia aparece Travis Fimmel (el protagonista de Vikingos); en Reino Unido sale Ray Winstone (Infiltrados e Indiana Jones); en Suecia, Mikael Persbrandt (Hobbit y Millennium) y en Dinamarca, Pilou Asbaek (Juego de Tronos).
Todos tienen algo en común. Además de que son hombres, la imagen que ofrecen se desmarca de la habitual en este tipo de publicidad. La empresa ya no acude a jugadores de fútbol u otro tipo de grandes deportistas, personas jóvenes y por lo que demuestran en su vida privada, muchas veces inmaduras. Ahora son hombres con voz grave, más masculinos y serios.
“Todos los celebrities están puestos por algo, nunca es al azar”, explica una trabajadora de una agencia de publicidad acostumbrada a firmar este tipo de contratos, aunque ha pedido permanecer en el anonimato. “Cuando trabajamos con ellos, acudimos a institutos de investigación que hacen análisis de sus perfiles y estudiamos las afinidades e intereses que proyectan”, añade.
“En cuanto a Coronado, se alarga la imagen que da como actor. Se le toma como alguien serio y profesional. Un futbolista, por ejemplo, tiene unas connotaciones más negativas por la vida que pueda llevar fuera del campo, que puede ser más polémica”, comenta. “Con Coronado, la marca nos dice que quiere ir a un público más adulto y responsable en cuanto al juego, quizás por las críticas de que cada vez son más jóvenes los que apuestan”, añade.
“Además, en casos como el de Coronado, la marca busca el impacto. Lo vemos siempre en las estadísticas, cuando se usan sus perfiles, despuntan. Da igual que el trabajo de los creativos de publicidad sea muy bueno, que con personas así se ve más quién sale que la propia marca en sí”, dice.
-¿Y qué saca Coronado, con una trayectoria tan consolidada, anunciando algo tan polémico?
-En primer lugar, es una cuestión económica. El dinero siempre está de por medio. A partir de ahí es el celebrity el que tiene que valorar. A algunos les compensa por el caché aunque vean su popularidad mermada. Es gente que vive de su imagen y saben que, por ejemplo, si salen anunciando corridas de toros hay una parte de la sociedad que les va a tachar. Entonces, actúan según lo que le compensen los intereses económicos. Hay otros que acceden porque no están tan de actualidad, porque no tengan proyectos, y aceptan por salir a escena y seguir apareciendo, aunque en este caso parece menos probable.
Al final, todo se puede resumir en aquello que le espetó Bill Clinton a George Bush padre en la campaña de 1992: “It’s the economy, stupid”. Es la economía, estúpido. Y economía hay de sobra. Según la Dirección General de Ordenación del Juego, dependiente de Hacienda, las casas de apuestas invirtieron en 2018 más de 329 millones de euros en márketing en España. El pastel, es muy grande: en nuestro país hay alrededor de un millón de usuarios de apuestas online y, en 2018, se jugaron más de 17.000 millones de euros en ese tipo de juegos.
Y cuando esas cifras se convierten en personas, la cosa empieza a preocupar más. En tan solo cinco años, el número de jugadores se ha triplicado. Si en 2013 había 280.000 jugadores, en 2018 eran 830.000. En los tres primeros meses de este 2019 ya ascendían a 909.513. Esto acompaña a un cambio de perfil. Según la Federación Española de Jugadores de Azar Rehabilitados, financiada por Sanidad, el perfil mayoritario de hace unos años era un hombre casado de entre 35 y 45 años y ahora la mayoría son jóvenes entre 18 y 25 años. Y sube la ludopatía: el Registro General de Interdicciones de Acceso al Juego muestra un crecimiento interanual del 40% con más de la mitad siendo más joven que 35 años.
Carlos Sobera lo deja
Es debido a esos datos, cada año mejor analizadas, que el tema preocupa cada vez más. De ahí viene que comunidades como la de Madrid prohíben la publicidad de casas de apuestas en sus medios autonómicos. Por eso Barcelona ha presentado un proyecto para limitar la presencia de las casas de apuestas físicas. Y, también debido a ello, el acuerdo para los Presupuestos Generales de 2019 que firmaron Unidas Podemos y el Gobierno de Pedro Sánchez incluyeron un punto para aprobar una legislación que regule la publicidad de juegos de azar y en línea, para que se asemeje a la de alcohol y tabaco.
Esto ha ido de la mano de una creciente presión social hacia personajes como José Coronado, que son el rostro visible de todo ello. Además del actor, uno de los que más críticas ha levantado ha sido el presentador de televisión Carlos Sobera. Su anuncio para 888poker es uno de los más apelativos, en el que repite constantemente “Juega, juega, juega”, “Apuesta, apuesta, apuesta”. Tanto, que Autocontrol multó el spot.
EL ESPAÑOL se ha puesto en contacto con el presentador para conocer su opinión al respecto de todo ello. Aunque al principio se muestra reticente -”Es un tema sobre el que, diga lo que diga, no acierto nunca”-, luego acaba anunciando en exclusiva que ya no hará más anuncios para la empresa. Aunque en televisión sigue apareciendo el spot, el pasado mes de mayo decidió no renovar el contrato y no será la cara visible de 888poker la próxima temporada.
“Hay varios motivos por los que no renové mi compromiso. Uno de ellos es por sensibilidad”, explica Sobera vía telefónica. “Tampoco a uno le apetece hacer publicidad que provoca controversia y ésta la está provocando. Creo que lo mejor es que se aclare el panorama legal en esta cuestión y nosotros, los comunicadores, nos lo plantearemos después”, añade.
“En mi opinión, si todo es legal, creo que la atención se debe dirigir a la legislación y hacia ahí hay que enfocar las controversias y las protestas”, añade. “Pero tampoco creo en el populismo que compara el juego con las drogas o el alcohol. Son diferentes, estas producen daño desde el minuto uno y en el juego hay gente que apuesta con normalidad sin que pase nada”, apuntala. “El juego en sí no causa ludopatía. La ludopatía es un tema muy serio y por eso hay que abordarlo con seriedad, exige atención y dedicación y nos tenemos que centrar en el legislador”, concluye.
Impacto psicológico de la publicidad
Sin embargo, son muchos los psicólogos que opinan lo contrario. Creen que la publicidad sí que puede contribuir a la ludopatía. “La publicidad sirve para que se consuma un producto y, en el caso del juego el consumo puede generar en adicción. Se está demostrando que la publicidad sí que contribuye a crear personas adictas al juego”, explica Mercedes Bermejo, directora de Psicólogos Pozuelo y acostumbrada a tratar con jóvenes con esta adicción.
Para ella, además, que haya famosos como Coronado que fomenten este tipo de juego, agrava el problema. “Un actor del perfil de José Coronado transmite valores como la seriedad y sirve como figura de autoridad para distinguir lo que está bien de lo que está mal. Él tiene un rol normativo, podría decirse”, comenta. “Si una persona ve que él lo hace, puede pensar que es algo que está bien. También genera identificación, si veo que a él le va bien, quiero ser como él”, añade. Pero esto no es caerse del caballo de camino a Damasco: “Las empresas tienen un montón de psicólogos que analizan estas personalidades y así deciden por dónde ir”.
Y de todas las personas vulnerables, como era de esperar, los jóvenes son los que peor parte se llevan. La doctora Bermejo explica que la parte del cerebro que rige el autocontrol y la autorregulación no madura del todo hasta los 21 o 22 años de edad. “Por eso los jóvenes son un perfil más vulnerable y es más fácil que caigan en la adicción”, explica. “En las consultas estamos viendo casos de chavales,cada vez a más jóvenes, para ir a consumir estos comercios o que lo hacen incluso con el móvil en clase. Porque la tecnología también está contribuyendo al aislamiento”, dice.
La presión que se está ejerciendo y los últimos movimientos que están sucediendo parecen indicar que la publicidad del juego tal y como se conoce ahora tiene los días contados. Mientras tanto, detrás de todo ello sigue sonando la voz de José Coronado. Está en las televisiones privadas, antes de los partidos en Movistar+, en YouTube, en los móviles… Siempre diciendo que pertenece a la casa de apuestas online más grande del mundo, siempre diciendo que él es miembro de Bet365, siempre pidiéndote que seas como él.