El precio del kilo de pollo en DIA por los suelos: así está "arruinando" a los avicultores
Los ganaderos han denunciado a la cadena de supermercados por “hundir el precio”. Ofertan el kilo a 1’69 euros.
7 noviembre, 2019 03:30Noticias relacionadas
Pepe Castro, avicultor de Silleda (Pontevedra), está cansado. Lleva 25 años cuidando de sus pollos (42.000, actualmente). Ha luchado, sin descanso, por sacar su negocio adelante como sea. Ha reducido costes, ha visto cómo desaparecían algunas granjas a su alrededor, se ha adaptado… Lo ha hecho todo. Por eso va a sobrevivir. A estas alturas, no piensa tirar la toalla. Pero ve el futuro negro, muy negro. “No creo que esto (la ganadería) tenga continuidad”, lamenta, indignado, a EL ESPAÑOL. Cada vez son más los supermercados que “hunden los precios” y obligan a los ganaderos a ajustarse el cinturón. Como ha hecho, en última instancia, DIA, que oferta el pollo a 1’69 euros el kilo.
— ¿Qué piensa cada vez que ve el pollo tan barato en el supermercado?
— Que nos van a dar una hostia a nosotros. Entiendo que es un producto de reclamo, pero que hagan reclamo con los juguetes y tonterías de esas. A nosotros nos afecta al bolsillo. Yo, durante años, he tenido que reducir costes por todo esto.
Su indignación está justificada. En el sector han perdido, durante años, muchas batallas. Sin embargo, esta vez, han decidido actuar. La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) ha denunciado a DIA a la Agencia de Información y Control Alimentario (AICA) por vender carne de pollo por debajo de los costes de producción. “Están haciendo ofertas temerarias para dañar a los avicultores. Nos conducen a la ruina”, aventuran desde el sindicato.
Las quejas no carecen de razón. De media, tras pasar por todas las fases (producción, transformación y distribución minorista), el kilo de pollo le cuesta de media 2’5€ sin incluir beneficios al supermercado. Entonces, ¿cómo es posible que se venda por 1’69 euros en un DIA? “No está justificado, pero el Gobierno y las Comunidades Autónomas tienen que creerse que es una práctica que hace mucho daño”, explica David Erice, técnico del gabinete de la UPA.
Esto ha ido, poco a poco, perjudicando al sector. Pepe, en su caso, ha tenido que reducir costes paulatinamente para seguir sacando beneficios. Hace unos años, instaló, por ejemplo, placas solares para gastar menos en energía y ha tenido que invertir, reiteradamente, para reducir costes. Pero no todos han podido hacer lo que él. Muchos han abandonado. En concreto, se han cerrado, según datos de la UPA, hasta 1.500 granjas en los últimos 20 años.
“Si a todo esto le sumamos la media de edad que tenemos –prosigue Pepe–, tenemos un futuro complicado. El avicultor más joven que conozco tiene 45 y el resto son de mi quinta (57), así que...", lamenta. ¿Y cómo se pueden solucionar todos esos problemas? Obviamente, no ahogando al ganadero con precios por debajo de los costes de producción.
¿Qué más consecuencias tiene?
No es la primera vez que la UPA denuncia este tipo de ofertas. “En Extremadura sancionaron a Carrefour con 30.000 euros; en Madrid también pusieron multas; y en Murcia creo que también nos dieron la razón”, repasa David Erice. Pero no es suficiente. “Estas prácticas banalizan el producto. Así no es posible crear valor añadido en la base. Por un lado, porque al estar tan baratos hacen que toda la cadena tenga que bajar el precio; y por otra parte, porque acostumbran al consumidor a precios que no son reales”, prosigue el técnico.
Con un peligro que pocos advierten, pero que es real: la posible pérdida de calidad del producto. “Con todo el respeto del mundo, no pasa nada si tienes unas tijeras que cortan menos o cualquier cosa así, pero estamos hablando de comida. Tenemos unas medidas higiénico-sanitarias importantes –que, por cierto, en su momento también aumentaron los costes– y eso es de valorar. El consumidor ha de tenerlo en cuenta”, termina Pepe.
Por eso, UPA ha denunciado. Sabe que está en juego el futuro del sector, la calidad del producto y su origen. “A la lista de máximos accionistas de DIA (todos extranjeros y encabezada por un conglomerado ruso de empresas de inversión) no le interesa en absoluto el sector productivo de España”, lamentan desde el sindicato. “Urge reformar la Ley de la Cadena Alimentaria para evitar que sigan produciéndose casos como este y proteger la seguridad alimentaria de nuestro país”, finiquita. Y no lo dicen por decir. Se juegan su supervivencia a largo plazo.