Desde la independencia al ‘top manta’, pasando por el anticapitalismo o los presos de Alsasua. El catálogo de camisetas con mensaje de la diputada de ERC Marta Rosique es bastante más amplio que su hoja de vida laboral. A sus 23 años, la parlamentaria más joven del hemiciclo va camino de convertirse en el nuevo emblema mediático de Esquerra.
Con un Rufián en horas bajas, desgastado por las críticas de ambos bandos y domado por la necesidad, Marta Rosique Saltor le ha tomado el relevo y se ha convertido en el último trending topic del independentismo. Una barcelonesa que, además de ser la más joven del Congreso, también es la que acredita menor patrimonio: 150 euros que ponen de manifiesto su modus vivendi (sólo ha trabajado en el campo de la política). Ahora pasará a ser retribuida con 68.000 euros anuales (más un Ipad).
La benjamina parlamentaria (Barcelona, 1996) protagonizó un polémico discurso en defensa de los políticos separatistas presos durante el pistoletazo de salida de la XIV Legislatura. Aprovechando que debía intervenir como integrante más joven del Congreso, Marta Rosique se saltó las normas y tuvo que ser llamada al orden por el presidente de la Cámara. El motivo fue que leyó en alto los nombres de los políticos secesionistas en prisión.
No fue improvisado. Las intervenciones de esta barcelonesa licenciada en Periodismo siempre están estudiadas con precisión milimétrica. Sabedores los independentistas del rédito que obtienen mediante provocaciones en el Congreso (mucha visibilidad mediática y cero consecuencias), la Rosique se convierte casi en un panel publicitario andante cada vez que protagoniza un acto. Sus atuendos nunca pasan desapercibidos, siempre ataviada con camisetas con mensajes reivindicativos. En función del día, acude al acto de turno con una camiseta con logos antirracistas, lazos amarillos, lemas feministas o, como sucedió en la sesión del Congreso, la palabra ‘Independencia’.
Siempre en la política
Marta Rosique encaja en ese estereotipo de políticos que lo vienen siendo casi desde su niñez. De los que no han trabajado en otro sector. Y es que esta barcelonesa con raíces en Portbou (Girona) y residente en barrio rico de Barcelona, lleva desde los 15 años formando parte de entidades, asociaciones y estamentos relacionados con la política. Entre 2011 y 2015 formó parte del European Youth Parliament (Parlamento Europeo de los Jóvenes). Entre los años 2015 y 2017 pasó a formar parte del Consell Nacional de Joventut de Catalunya, que es un estamento de la Generalitat que viene a aglutinar entidades juveniles. Un ente de corte secesionista en el que ocupó el cargo de responsable de Cooperación Internacional e Interculturalidad.
Fue en esa época cuando fundó la Euromed Youth Network. Una red que reúne a plataformas juveniles de varios países mediterráneos. En 2018 se reunieron sus portavoces en Túnez para establecer sus principios y el plan de acción, con términos tan etéreos como “impulsar su estrategia comunicativa, desarrollar acciones en el marco de sus prioridades políticas y asegurar su sostenibilidad”.
Cuando fundó esta entidad, Marta Rosique ya compaginaba sus cargos en estas plataformas con el de secretaria de Política y Cooperación Internacional de las JERC (Joventuts d’Esquerra Republicana de Catalunya). En la formación independentista fue ganando posiciones por su perfil de activista y colándose en las primeras posiciones de las listas. Ya tras las elecciones de abril obtuvo un escaño.
Tiene un récord
En aquella ocasión, no solamente se convirtió en la parlamentaria más joven del hemiciclo. Es que incluso batió el récord establecido en 1997 por el socialista Andrés Eguibar, que contaba entonces con 23 años, 3 meses y 8 días. Marta Rosique estableció una nueva marca con 23 años, 2 meses y 2 días. La tercera en esta lista es Leire Pajín, que entró por primera vez al Congreso con 23 años, 7 meses y 11 días. Acabó de ministra.
En la toma de posesión del pasado mes de mayo todavía no había sentencia sobre los políticos presos, por lo que no fueron mencionados en el speech. Pero sí que se presentó ya con su seña de identidad. Las camisetas reivindicativas. En aquella ocasión también protagonizó una intervención como diputada más joven y lució una camiseta con una estelada dentro de un logo anticapitalista. “Acción antifascista – Países Catalanes” era lo que se podía leer.
“He visto muchos diputados que me miraban con cara extraña”, declaraba días después en una entrevista a Vilaweb, medio con el que solía colaborar. Aquella intervención y aquel atuendo deslumbraron incluso al propio Pedro Sánchez, que se le acercó y le dijo: “Enhorabuena, porque no es fácil eso que haces”. En esta última comparecencia fue un paso más allá, cambió su outfit y vistió una camiseta negra en la que se leía la palabra ‘independencia’, coloreadas con una ikurriña, una estelada y una bandera gallega.
Su activismo anticapitalista es otro de sus rasgos de identidad. Sin embargo, procede de un entorno que poco tiene que ver. Reside en la parte alta de Barcelona, en el acaudalado distrito de Sant Gervasi, lejos de los suburbios obreros periféricos. Su padre es médico y su madre trabaja en la empresa privada, en el sector de la seguridad alimentaria. Ella estudió Periodismo y ahora cursa Ciencias Políticas en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona. Con diferencia la menos combativa y obrera de las tres facultades públicas de la provincia de Barcelona. Siempre ligada a la excelencia y siempre en el top 5 de las mejores universidades españolas. Allí fue portavoz del grupo Universitaris per la República, muy activa desde la celebración del referéndum ilegal del 1-O.
De tener 150 euros a ganar 68.642
La que tiene que ser la voz de la clase obrera catalana no conoce otro sector laboral que no sea la política. No acredita posesiones ni dinero. En la declaración que presenta cada diputado acerca de su propio patrimonio, Marta Rosique vence por abajo: hasta nuevo aviso, solamente tiene 150 euros. No cuenta, además, con cargas de hipoteca. Viene a hacer política “con la intención de conseguir más redistribución de la riqueza”, según le contó a Vilaweb. La evolución de su cuenta corriente será notable; ahora pasará a cobrar 68.642 euros brutos, lo que supone un salario mensual bruto de 4.903,06 euros, divididos entre 2.981,86 de salario base y 1.921,20 en dietas.
Critican su juventud, pero ella la considera una fortaleza y sostiene que es precisamente “esta tercera generación de catalanes la que puede hacer memoria histórica, después de la de mis padres, que tienen cincuenta largos, y de mis abuelos, que nacieron durante la guerra. A nosotros nos toca combatir la herencia del fascismo. Es nuestra responsabilidad, la de los jóvenes”, declaraba.
Así, Marta Rosique va a luchar contra el fascismo y contra la precariedad laboral con mensajes en sus camisetas, convirtiéndose en un nuevo icono pop del independentismo catalán gracias a su juventud y sus atuendos en el hemiciclo. Una especie de Greta Thunberg indepe que ha llegado a Madrid dispuesta a hacerse notar. Ya pasó la época de Rufián sacando esposas e impresoras. Rufián ya no mola. A ídolo muerto, ídolo puesto.