El asesino del sargento Gabriel es el hermano de su mejor amiga: cotillón sangriento en Murcia
La Policía confirma que Carlos, el presunto asesino del mando militar, también atacó con un cuchillo a otra persona durante la Nochevieja
4 enero, 2020 19:21Noticias relacionadas
Protagonizó una Nochevieja bañada en sangre. A lo largo de los locales de copas por los que pasó fue esgrimiendo un cuchillo con el que supuestamente amenazó a varias personas, acabó causando una herida con arma blanca a otra y no contento con ello, cuando llegó al cotillón de la Discoteca Ibiza, presuntamente le acabó arrebatando la vida de una puñalada a Gabriel Gonzalo Heredia, sargento del Regimiento Acorazado Córdoba X.
Así recibió el Año Nuevo el ecuatoriano, con nacionalidad española, Carlos R. P., de 27 años. El Grupo de Homicidios de la Policía Nacional decidió agotar el plazo máximo legal de 72 horas para mantener a este joven en los calabozos, con el fin de desarrollar una investigación en un tiempo récord que le ha permitido reconstruir la delirante y violenta velada que protagonizó el detenido en su periplo por la zona de ocio de Atalayas en Murcia.
A primera hora de este sábado, esposado, con gesto serio y custodiado por un agente, Carlos abandonaba la Jefatura de Policía de la Plaza Ceballos para poner rumbo al Juzgado de Instrucción número 9 de Murcia. La Policía Nacional le trasladaba para prestar declaración ante la magistrada de guardia como el supuesto autor de una agresión a una persona con arma blanca y por el presunto homicidio del sargento del Ejército de Tierra, Gabriel Gonzalo Heredia.
De esta forma se confirmaba la acusación que realizó el propio mando militar mientras sus amigos le taponaban la herida que acababa de sufrir en la pista de baile de la Discoteca Ibiza: “Ha sido el hermano de Carla”. Esas fueron las últimas palabras que pronunció la víctima en el aparcamiento de la discoteca antes de ser trasladado al hospital en ambulancia y semejante afirmación no pasó desapercibida para la Policía Nacional.
El hermano de su mejor amiga
El principal sospechoso de la primera muerte violenta de 2020 en la Región era Carlos: hermano de Carla, la mejor amiga que tenía en Murcia el sargento fallecido. Esta relación de amor-odio a tres bandas centró la investigación del Grupo de Homicidios porque la joven también asistió a la fiesta de Nochevieja celebrada en la Discoteca Ibiza. De hecho, horas después de la agresión mortal, el día de Año Nuevo, la Policía Nacional detenía a este joven veinteañero, natural de Guayaquil, y que hace unos meses había regresado a la capital murciana después de pasar una temporada en Navarra.
La amistad entre la víctima mortal y la joven ecuatoriana se inició hace más de una década antes de que Gabriel Gonzalo Heredia realizara las pruebas para alistarse en el Ejército de Tierra para poner rumbo, en 2010, a la base de Paracuellos de Jarama en Madrid. La distancia nunca hizo mella en la relación entre ambos ni cuando el militar estuvo destinado en la capital madrileña ni en Córdoba porque ‘Gabri’ siempre que viajaba a Murcia tenía tiempo para ver a Carla: una joven bella, de larga melena y sonrisa amable. “Cada vez que tenía un permiso y venía a la Región solía quedar con ella para comer o para tomar algo”, tal y como ejemplifica Cristian, amigo íntimo del sargento del Ejército de Tierra apuñalado mortalmente en el mencionado cotillón de Nochevieja.
Gabriel vivió junto a su madre y sus tres hermanos durante cuatro años en Mula, estudió en Los Maristas de Murcia y en la Universidad Politécnica de Cartagena inició una Ingeniería Industrial. En todas estas localidades murcianas fue haciendo amigos con los que nunca perdió el contacto, pero de entre todas sus amistades los vínculos más fuertes los mantenía con Cristian, Ángel y Carla: la hermana de Carlos.
Ahora tras la fatídica muerte del sargento sus amigos no dejan de preguntarse cuáles fueron los motivos que empujaron a Carlos a apuñalar supuestamente a Gabriel. “No sé si ‘Gabri’ y Carla llegaron a mantener una relación sentimental o un ‘rollete’ porque delante de la gente siempre se trataron como amigos”, reflexiona Cristian. Otro de los mejores amigos del mando militar, Ángel, apunta que “hace unos años ‘Gabri’ me contó que el hermano de Carla le miraba mal por la relación que mantenía con ella y la gente decía que Carlos le tenía celos a Gabriel”.
Mirando la mesa del sargento
El caso es que Carlos salió de su casa el 31 de diciembre con el cuerpo con ganas de marcha violenta porque fuentes policiales han confirmado que antes de perpetrar supuestamente el homicidio “había agredido también a otra persona con arma blanca”. El Grupo de Homicidios ha desarrollado a contrarreloj, entre el 1 y el 3 de enero, una ardua investigación en la que ha revisado las grabaciones de las cámaras de video vigilancia de varios locales de copas y ha recabado diversos testimonios que le han permitido reconstruir paso a paso la Nochevieja del joven detenido.
Carlos, después de tomarse las uvas, se dirigió a la zona de ocio de Atalayas de la capital murciana donde hay varias discotecas de ambiente latino. Salió de fiesta con un arma blanca, con la que presuntamente profirió amenazas a clientes y acabó protagonizando un altercado en el que hirió a una persona que estaba celebrando la última noche del año. Posteriormente, pasadas las tres de la madrugada, se dirigió a la Discoteca Ibiza donde se encontraba su actual pareja sentimental junto a su hermana, Carla, sentadas en la mesa que ocupaban el mando militar y sus amigos Cristian, Ángel y Lizeth.
“Carla llegó a nuestra mesa con su cuñada”, corrobora Cristian a este diario. “A Carlos los vimos sobre las tres y media de la madrugada”. El presunto agresor estaba en la barra bebiendo y no dejaba de dirigir su mirada hacia la mesa en la que estaba sentada su pareja, su hermana, Carla, y el sargento del Regimiento Acorazado Córdoba X. Ese chico de 31 años, bromista, con sonrisa profident, complexión atlética por su pasión por correr media maratón, que conducía un BMW de alta gama, y con el que no había hecho migas nunca a pesar de que era uno de los mejores amigos de su hermana.
“Hubo un momento en el que la pareja de Carlos fue a la barra a hablar con él para decirle que dejase de mirar a nuestra mesa”. Cuando pasaban unos minutos de las siete de la mañana, Carlos se dirigió a la citada mesa, situada en medio de la pista de baile, y supuestamente apuñaló sin pestañear y de forma certera al mando militar.
Destrozada al funeral
“Parecía que venía a saludar y cuando Gabriel estiró el brazo para darle la mano, él aprovechó para apuñalarle”, asegura Ángel, amigo del fallecido y testigo directo de la macabra agresión. “Nunca pensamos que fuera a hacer eso porque no hubo ningún problema: Gabriel vio a Carla en la discoteca y ella estuvo con nosotros en la mesa, bailando, riendo y bebiendo”. Sin embargo, los investigadores sostienen como principal hipótesis que Carlos atacó con el cuchillo al sargento del Ejército de Tierra porque no estaba conforme con la relación que mantenía con su hermana: ya fuera de amistad o de tipo sentimental. La puñalada que recibió la víctima justo debajo del pecho provocó que fuese intervenido de urgencia en el Hospital Reina Sofía y tras la operación falleció al entrar en parada cardiorrespiratoria.
“Carla fue al funeral de Gabriel y está destrozada, pero ella no tiene la culpa de nada”, sentencian Cristian y Ángel. Muchos miembros de la comunidad ecuatoriana que reside en la Región de Murcia se desplazaron este viernes al tanatorio de Atalayas para brindar un emotivo y cálido adiós a Gabriel Gonzalo Heredia, sargento, de 31 años, destinado en el Regimiento Acorazado Córdoba X. Esta unidad del Ejército de Tierra está encuadrada en la brigada orgánica polivalente ‘Guzmán el Bueno’ X de la base de Cerro Muriano en Córdoba.
A lo largo de la semana no dejan de sucederse en las instalaciones las muestras de dolor por la pérdida de este valioso militar que el próximo 17 de enero tenía que partir en misión internacional a Letonia y que estaba especializado en el mantenimiento de carros de combate. “Descanse en paz mi sargento”, “fuerza y honor”… son algunos de los comentarios más repetidos. El cuerpo del mando militar fue incinerado en Murcia porque fue la tierra que le acogió con los brazos abiertos cuando se marchó de su país. Una parte de sus cenizas se depositarán en Ecuador y la otra en el mar porque el padre del fallecido sirvió durante años en la Armada Ecuatoriana.
De homicidio a asesinato
El joven que le arrebató la vida al sargento del Ejército de Tierra llegó este sábado por la mañana al Juzgado de Instrucción número 9 de Murcia acusado de un supuesto delito de lesiones y otro de homicidio y tras prestar declaración salió en dirección a la cárcel como investigado por un delito mucho más grave: asesinato. En la práctica esto supone que la jueza tras escuchar a Carlos considera que en su ataque existió dolo y que actuó motivado por algún tipo de recompensa, con alevosía o con ensañamiento para aumentar deliberada e inhumanamente el dolor de la víctima: ‘Gabri’.
De esta forma ahora se enfrenta a un proceso judicial que podría conllevarle penas de cárcel más fuertes, que varían de 15 a 20 años, y que incluso pueden elevarse hasta los 25 años si concurren dos o más de las circunstancias anteriormente detalladas del delito de asesinato. De momento, la magistrada ha decretado el ingreso en prisión provisional comunicada y sin fianza para Carlos R.P., que es padre de una niña, menor de edad. Este joven, de 27 años, nacido en Ecuador, y con nacionalidad española, estuvo empleado en una empresa dedicada a la construcción de cámaras frigoríficas.
De hecho, en su perfil de Facebook luce el uniforme en una de sus fotos. En esta red social también se mostraba orgulloso de haber iniciado una relación sentimental el 25 de diciembre, solo seis días antes del asesinato. La imagen más reciente que publicó en su cuenta personal era un ‘selfie’ luciendo gorra y con el puño derecho levantado con gesto desafiante. La noticia de su encarcelamiento corrió como la pólvora entre los amigos del difunto que no pudieron reprimir su rabia y su dolor por el truculento ataque que Carlos perpetró en Nochevieja contra el sargento del Ejército de Tierra, Gabriel Gonzalo Heredia: “Ojalá y se pudra en la cárcel”.