Sonia ocultó hasta a su novio el embarazo, mató a la bebé y la escondió en su mochila
La Fiscalía pide 22 años de cárcel para la madre. Los hechos ocurrieron en 2018, cuando todavía tenía 18 años. El próximo martes comienza el juicio.
16 febrero, 2020 20:51Son las 5.00 horas de la madrugada del 20 de febrero de 2018. Sonia Bedoui Amroune, una joven de 18 años, rompe aguas en el salón de su casa, en Alcalá de Henares (Madrid). Es una niña, mide 48 centímetros y pesa 2,9 kilos. Todo parece en orden. Pero, por sorpresa, nadie, ni su novio ni los padres de él, con los que vivía, sabía que estaba embarazada. Y decide que siga así: minutos después, corta el cordón umbilical, le asesta nueve puñaladas, lo mete en una mochila y se echa a dormir.
Dos años después de este macabro suceso arranca el juicio contra Sonia, que ahora tiene 20 años, por lo que le hizo a su hija. Será este martes, en la Audiencia Provincial de Madrid y la Fiscalía pide para ella nada menos que 22 años de prisión por un presunto delito de asesinato. Ninguno de los familiares que vivía con Sonia era consciente de que estaba embarazada, ni mucho menos de lo que había hecho después, y ella será la única encausada por este caso. Además, la pareja de la joven ni siquiera era el padre del bebé, según ha dejado ver el análisis de ADN.
Según ya adelantó EL ESPAÑOL, a Sonia la descubrieron dos días después cuando acudió al Hospital Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares. Fue al centro porque tenía un desgarro genital y presentaba sangrado vaginal. Cuando los sanitarios le hicieron las pruebas correspondientes pudieron verificar que había dado a luz recientemente. Sin embargo, cuando se le preguntó por el bebé, no fue capaz de dar ninguna respuesta convincente y avisaron a las autoridades. Finalmente fue la propia familia la que encontró al bebé. Sonia ingresó en prisión el 23 de febrero de 2018.
Nueve puñaladas
El escrito de acusación que ha presentado la Fiscalía de cara al juicio arroja luz sobre las distintas incógnitas que planeaban sobre el caso, como si la familia podría haber sido cómplice. Además, presenta el informe de la autopsia del bebé que pone número y trayectoria a las nueve puñaladas de un arma blanca “sin determinar”.
"En tres de ellas el arma penetró en el corazón, llegando a atravesarlo una de ellas, otra en el diafragma, y otra perforó el pulmón izquierdo, provocándole un fallo cardiorespiratorio con hemoneumotórax y consiguientemente su fallecimiento", añade la Fiscalía, según ha recogido Europa Press.
Después de presuntamente matar a la neonata, Sonia se puso a limpiar el rastro que había dejado, como ya adelantó este diario. Cogió papel de cocina y toallitas de bebé, limpió el suelo y lo introdujo todo en una bolsa de plástico. Después, metió el cadáver del bebé en la misma bolsa. Acto seguido, introdujo también la placenta. El escrito de la Fiscalía es desgarrador. Más tarde, puso la mochila en el respaldo de una silla y fue a darse una ducha.
Sonia vivía en el mismo piso de la localidad de Alcalá de Henares con su pareja y los padres y la hermana de este. Sus suegros en aquel momento no se encontraban en la vivienda ya que ambos trabajaban de noche. Su pareja sí que estaba, pero en el momento que todo sucedió se encontraba durmiendo. Tras ducharse, Sonia ocultó igualmente del albornoz que llevaba -que también estaba manchado con restos del parto y del asesinato-, se puso un pijama y se fue a dormir junto a su novio.
22 años de cárcel
No fue hasta dos días más tarde que se descubrió que algo había pasado. El parto había dejado unas secuelas físicas a Sonia que ella ya no podía disimular. Tenía un desgarro genital y la vagina le sangraba. Entonces, se vio obligada a ir al hospital. Y lo hizo al Hospital Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares.
Ahí, aunque ella decía que no, los médicos detectaron que los síntomas que presentaba eran coincidentes con un parto que no se había tratado. Pero cuando le preguntaban, Sonia decía que no. También le daban la razón los familiares, que todavía no sabían que Sonia había sido madre. De hecho, mientras ingresaban a Sonia en el hospital, se produjo una escena de tintes surrealistas.
Cuando los familiares supieron que iban a ingresar a Sonia, el padre de su pareja fue al piso que compartían para prepararle una bolsa y llevársela. Así, Sonia podría tener algunos enseres para pasar la noche. Pero cuando el padre fue a coger la mochila y la abrió, se encontró lo que había hecho. Extrajo la bolsa con todo en su interior, la metió en una bolsa limpia y la llevó al hospital. Ahí estaba la prueba del crimen. La hermana también encontró el albornoz manchado de sangre pero lo tiró a la basura pensando que era una hemorragia fruto de la anemia que Sonia padecía.
La Fiscalía precisa que en las diligencias de entrada y registro e inspección ocular realizada en el domicilio el 24 de febrero se encontraron manchas de sangre de la acusada en la parte trasera y posa brazos del sofá del salón, en el pomo de la puerta de la cocina y en la mochila donde había estado el cadáver del bebé en la terraza de la cocina. Además, analizado el ADN del cadáver y de la pareja "se excluyó que éste fuera el padre biológico, siendo su progenitor desconocido". La Fiscalía ahora pide 22 años de cárcel para Sonia. El juicio arrancará este martes y se conformará un Jurado Popular.