Luis Santos, alcalde de Alhambra (Ciudad Real), esta legislatura, no tenía, en principio, de qué preocuparse. Había ganado, hace un año, por segunda vez, las elecciones de su pueblo, de 1.000 habitantes, por mayoría absoluta. Vivía, por tanto, tranquilo. El Ayuntamiento estaba en sus manos y en las de sus cuatro concejales, todos del Partido Popular: Lorena, Rafaela, Víctor Manuel y Jesús Clemente. “Lo había hecho bien y aquí le tenemos aprecio”, cuenta un vecino. No había, por tanto, nada que temer. O sí…
A principios de marzo, Luis Santos se tuvo que dar de baja al contraer coronavirus. ¿Y qué hicieron sus concejales? Organizar una moción de censura que tiene previsto celebrarse el 22 de mayo. “Lo han hecho todo a traición y a escondidas. La gente está muy indignada. Cogieron el cargo cuando se encontraba enfermo y ahora no lo quieren soltar”, reconoce un vecino que, por miedo al qué dirán, prefiere mantener el anonimato.
“No hay ningún motivo para que lo echen. No ha pegado ningún pelotazo, ni ha llevado a cabo una mala gestión, ni ha construido algo que se haya hundido...”, prosigue este vecino. Sin embargo, sus concejales han decidido dar un paso adelante para ‘arrebatarle’ el puesto. En el escrito de presentación de la moción de censura lo acusan de actuar “de forma personalista y oscura, impidiendo en la mayoría de las ocasiones la colaboración del resto de miembros del equipo de gobierno”. Argumentan, además, que “sólo les informa de lo que él considera oportuno” y reconocen haber perdido la confianza en su forma de proceder.
Los concejales también denuncian que retiene “solicitudes de asociaciones o vecinos interesados en alguna cuestión”, entre otras cosas. Por eso, han decidido poner tierra de por medio con Luis y presentar una moción de censura que, salvo sorpresa, prosperará el próximo 22 de mayo. Para que así sea sólo necesitan sus cuatro votos, a la espera de saber qué harán los dos miembros del PSOE.
Cambio de cerraduras
Luis, tras 40 días de baja por coronavirus, ha vuelto al Ayuntamiento para intentar convencer a sus concejales de que no presenten la moción de censura. Sin embargo, al llegar al consistorio, se encontró una –o mejor dicho, varias– sorpresas. “Han ido a traición. Le desviaron la línea telefónica sin decirle nada, le cambiaron las cerraduras de la puerta del Ayuntamiento y de su despacho, las claves de su ordenador y de las cuentas bancarias...”, cuenta una vecina de la localidad manchega.
“La gente está muy indignada. Lo han hecho muy mal, cuando él estaba de baja”, cuentan los vecinos. “En su mayoría, la gente está con él”, prosiguen. De Luis cuentan “maravillas” todos los vecinos con los que habla EL ESPAÑOL. Era, dicen, el primero en llegar al consistorio y estaba allí siempre, con su despacho abierto para recibir a todo el que quisiera.
Ese compromiso con su pueblo es lo que le hizo ganarse a gran parte de sus 1.000 habitantes. Luis, con su mayoría absoluta, acabó con un PSOE que se había pasado 37 años gobernando Alhambra. “Se ha presentado tres veces a las elecciones. En las primeras, se quedó en la oposición; en las segundas, ganó por mayoría absoluta; y hace un año, de nuevo, se hizo con la alcaldía por goleada”. Y lo acompañaron, según cuentan los vecinos, varios de los que hoy son sus concejales.
Tras muchos años dedicado a ser gerente de una empresa de vinos, Luis, de unos “60 años” –especifican sus vecinos–, se dedica sólo a la política y a “sus cuatro olivas”. Nada más. “Y desde que cogió el cargo lo ha hecho muy bien: redujo el déficit que tenía el Ayuntamiento y, ahora mismo, hay superávit”, cuenta una vecina.
Entonces, ¿por qué quieren quitarle su puesto? “Lo que ha pasado es muy sencillo –empieza, argumentando, una militante del Partido Popular. Este hombre es muy trabajador y quiere que el resto hagan lo mismo, que cumplan con su obligación. ¿Y qué ha pasado? Que esa gente no lo ha hecho y su trabajo lo ha tenido que terminar Luis. Por eso lo están atacando y lo acusan de querer acaparar todo”, precisa.
Y por eso, también, en el pueblo, en un clima parecido al de España, los vecinos aguardan “indignados” la resolución del conflicto. “Queremos al alcalde que hemos votado, no a otro”, denuncian. Sin embargo, la moción tiene visos de prosperar y dejar a Víctor Manuel Orejón Rodríguez-Rabadán, actual concejal de Cultura, Deporte y Festejos como el alcalde de Alhambra. “Algo inaudito. ¿Dónde se ha visto que echen a un alcalde los miembros de su propio partido?”. Posiblemente, en ningún lugar. Pero así es y, probablemente, será el día 22.