Sucedió el 18 de julio del 36, el mismo día que empezó la Guerra Civil. Un grupo de madrileños devotos del Sagrado Corazón de Jesús se desplazaron hasta el monumento del mismo nombre que hay en Cerro de los Ángeles (Getafe). Celebraron una misa nocturna y regresaron a Madrid. Todos menos 5 frailes, que se quedaron a custodiar el recinto ante la sospecha de que iba a ser atacado por republicanos.
Dicha ofensiva se llevó a cabo 5 días después. Las milicias de la República tomaron el templo el 23 de octubre. Asesinaron a los 5 jóvenes, que habían sido denunciados previamente por unos vecinos que les vieron bendecir la mesa. El resto del recinto religioso fue destruido casi por completo. Los asaltantes llevaron a cabo incluso un fusilamiento a la figura de Cristo. Dispararon a la estatua al grito de ‘¡Fuego!’. Esa fotografía se convirtió en uno de los iconos de la Guerra Civil.
Cuenta la leyenda que los disparos rodearon la figura del Sagrado Corazón, pero que las balas no llegaron a tocarlo. Pero la figura fue finalmente dinamitada al grito de “¡Ya cayó el barbudo!”. La cabeza del Cristo rodó por el suelo y fue golpeada. Para celebrarlo, los republicanos rebautizaron el Cerro de los Ángeles como Cerro Rojo.
Cuando acabó la Guerra Civil, Franco ordenó reconstruir todo lo que se había destruido en ese monte de Getafe. Le otorgó de nuevo su nombre original: Cerro de los Ángeles. Nació así un símbolo ‘guerracivilista’. Un lugar que, durante mucho tiempo, fue considerado (de forma errónea) el centro geográfico de España. Allí se levantó una gran cruz de color blanco y una bandera de España.
Es precisamente ahí donde se concentrará este martes, cual futbolista antes de una final, Ignacio Garriga. El diputado de VOX prepara allí la lectura de la moción de censura contra Pedro Sánchez. La presentará el día 21 en el Congreso. El lugar de retiro no ha sido elegido al azar. La carga histórica del emplazamiento y la devoción del político por el Sagrado Corazón son algunas de las claves.
Devoto desde niño
Ignacio Garriga (Barcelona, 1987) es un hombre de profundas convicciones católicas. Fue monaguillo hasta los 12 años en la parroquia de Mirasol, una zona ubicada entre Sant Cugat y Rubí. Y aunque la iglesia estaba consagrada a San Juan Bautista, el párroco le inculcó al ahora diputado de VOX la devoción por el Sagrado Corazón de Jesús.
El tiempo ha pasado, pero sigue siendo devoto. Garriga, que habitualmente viste camisa y americana, porta en la muñeca un “Detente”, que es la imagen del Sagrado Corazón de Jesús tal como se le reveló a Santa Margarita María de Alacoque. Junto a su reloj lleva una pulsera de tela en la que aparece la bandera de España, el corazón y a frase: “Detente, el corazón de de Jesús está conmigo”.
Garriga ha decidido llevar su devoción al templo de Getafe. El Cerro de los Ángeles, donde fue levantada una escultura de Cristo de 9 metros en 1919. El 28 de julio de 1936 fue fusilada. Literalmente. Los milicianos que asaltaron el monte escenificaron una ejecución. La cabeza quedó absolutamente destrozada, igual que otras muchas estatuas del complejo religioso. El pecho también. Lo que dicen que quedó intacto fue el corazón.
Derribo imposible
El derribo de la estatua, no obstante, se resistió. El primer intento de echarla abajo se hizo a mano el 28 de julio. Justo después del fusilamiento. Pero las 900 toneladas de piedra la escultura ni se inmutaron. Lo intentaron días después con un grueso cable metálico tirado por un tractor. Un sistema que tampoco dio resultado. Hartos de la resistencia del Cristo, algunos de los milicianos treparon a la escultura con cinceles, martillos y escarpas. Tampoco tuvieron éxito.
Entre los asaltantes se encontraban varios mineros asturianos. Fueron los que dieron con el método definitivo: explosivos. Tuvieron que detonar hasta tres cargas de dinamita para acabar con el monumento. Cuentan que el derribo se jaleaba al grito de “Ya cayó el barbudo”. Corría el 7 de agosto de 1936 y ese mismo día, el enclave pasó a ser denominado de forma oficial Cerro Rojo. No dejaron nada en pie. Había esculturas de monjas, de santos y de niños. A todas les reventaron la cabeza o le desfiguraron la cara.
Los 5 hombres que habían intentado proteger el lugar,habían sido ajusticiados el primer día de asalto: Pedro Justo Dorado Dellmans (31 años), Fidel Barrios Muñoz (21), Elías Requejo Sorondo (19), Blas Ciarreta Ibarrondo (40) y Vicente de Pablo García (19) fueron tiroteados mirando hacia al monumento. Murieron gritando “Viva Cristo Rey”.
Sus cadáveres, que fueron abandonados tras el fusilamiento, se encuentran actualmente enterrados en el interior de la nueva iglesia. Porque al acabar la guerra, Franco dio orden de reconstruir el paraje y devolverle su nombre de Cerro de los Ángeles. Se construyeron nuevos templos y los restos se mantuvieron en el cerro, donde todavía se puede ver la cara totalmente deformada del Cristo por el fusilamiento. Se convirtió en un lugar de peregrinaje ‘guerracivilista”.
“Contra el comunismo”
En esa iglesia se encierra Ignacio Garriga. Porque no solamente su experiencia infantil como monaguillo pesa en su decisión. Para Garriga, cuentan a EL ESPAÑOL fuentes de su entorno más próximo, Cerro de los Ángeles es un símbolo de su causa. “Es una metáfora. El símbolo de la resistencia contra el comunismo. La derrocaron y se volvió a levantar”. Ahí se inspira el diputado, que quiere ser “un muro frente a los que quieren reabrir heridas”, según cuentan sus allegados.
Allí descansa este martes, en el día previo a la gran cita. La que le pondrá, en el , a defender una moción de censura que nace muerta. Es la quinta que se presenta en la historia de la democracia española. La primera fue la de Felipe González a Adolfo Suárez. La segunda, la de Aznar a Felipe. La tercera, la de Podemos contra Rajoy. Y la cuarta, la de Pedro Sánchez contra Rajoy, la única que prosperó.
Nace muerta porque también será, según se espera, la que menos apoyo tendrá. Solamente los 52 diputados de VOX. Una maniobra que el resto de formaciones de la oposición tildan de medida inútil y dirigida solamente a la galería. Garriga, a pesar de saber de antemano que no va a prosperar, lleva varias semanas preparándose dicha presentación. Cerca de 7 horas diarias, según explican fuentes de su entorno.
Reinaré en España
El diputado barcelonés de VOX llegó ayer a Madrid y dedicará esta jornada previa a relajarse y rezar en este templo icónico que nunca ha visitado. A Garriga cuentan, le marcó la sentencia “Reinaré en España”. Según textos del siglo XVIII, fue la frase que el jesuita Bernardo Hoyos dijo haber escuchado en una supuesta aparición de Cristo. Es otro de los lemas del Sagrado Corazón de Jesús
Con esta frase va Garriga desde el Cerro de los Ángeles hasta el Congreso de los Diputados. A “ofrecerse como instrumento para dar voz a los millones de españoles que no se resignan y quieren recuperar la España que los comunistas están arruinando. Moralmente, sanitariamente y económicamente”, concluyen estas mismas fuentes cercanas.
Garriga nunca antes había visitado Cerro de los Ángeles, aunque siempre apunta en sus círculos íntimos que “el lema del Sagrado Corazón también está en el Tibidabo” de Barcelona. El diputado catalán reconoce también que, antes de ingresar en política había perdido gran parte de su devoción. Pero incorporarse a VOX le ha reavivado esa llama.
Tras su día de asueto, rezo y concentración, Garriga presentará la moción a las 9 de la mañana en el hemiciclo. No tiene límite de tiempo para llevar a cabo su discurso, en el que defenderá a Santiago Abascal como alternativa presidencial. La persona a la que va dirigida la moción, el presidente Pedro Sánchez, ni siquiera estará en el Congreso. Al menos a la hora en la que va a empezar el debate. EL PP, por su parte, aún no ha aclarado si votará no o se abstendrá.
Preparando las elecciones
Tras el discurso de Garriga intervendrá Santiago Abascal. El líder de VOX planteará su alternativa al actual gobierno de PSOE y Unidas Podemos. El Gobierno, por su parte, podrá intervenir cuando considere oportuno replicar. Si no hay réplica del Gobierno, se interrumpirá la sesión, que se reanudará con la intervención del resto de grupos de la Cámara.
Pero la primera imagen que se verá de esa moción de censura, la que pasará a la historia, es la de Ignacio Garriga hablando. Es el gran valor en alza del partido y su intervención tiene mucho que ver con su candidatura a la Generalitat en las próximas elecciones catalanas. Desde su partido quieren que sirva para darle visibilidad.
Y ahí estará Garriga, con un discurso preparado durante semanas y con una pulsera con la imagen del Sagrado Corazón de Jesús. Tras haber rezado y descansado en el Cerro de los Ángeles. El corazón es el símbolo de su devoción, pero también de su “lucha contra el comunismo”. Fíjense en su mano derecha cuando gesticule: tras el reloj va la pulsera con el “Detente”. Y con con su lema por delante. “Reinaré en España”. Garriga quiere que el lema sea premonitorio. Pero la aritmética del hemiciclo ya tiene respuesta: no en esta ocasión.