“Siempre pagan los conductores”. La frase se repite como un mantra históricamente dentro del sector del automóvil. Ya saben, que si las multas, que si el taller, que si las zonas azul o verde… Tener un coche, en fin, cuesta mucho dinero. Y en 2021, si nadie le pone remedio, va a ser mucho más caro aún. Los Presupuestos Generales del Estado (PGE) contemplan la subida del diésel –conocida por todos– y también un aumento en el impuesto de la prima de seguros del 6 al 8%, algo que ha pasado desapercibido en los últimos días. A esto, además, hay que sumarle la subida del impuesto de matriculación en 800 euros de media. En definitiva, un desembolso aún mayor que va a hacer a muchos replantearse si comprar (o no) un turismo el próximo año.
El más desconocido de todos estos gravámenes es el relativo al impuesto de la prima de seguros. Esta subirá de un 6 a un 8% e incrementará el pago anual en 8 euros de media, con independencia del vehículo, de los gases contaminantes que emita o de su vejez. Así lo contempla el borrador de los Presupuestos Generales del Estado, que debe someterse a aprobación posterior en el Congreso de los Diputados.
La subida, aunque no es demasiado pronunciada –y es asumible para gran parte de los conductores–, le serviría al Gobierno para recaudar un montante total de 270 millones de euros que irían a parar directamente a las arcas del Estado, según reconocen desde el Real Automóvil Club de España (RACE) calculando la media de la póliza de seguro de los 34 millones de vehículos matriculados en España.
Desde el RACE, a su vez, no ven con buenos ojos esta subida por lo que supondría para el sector del automóvil: “Consideramos que la aplicación de estas subidas de impuestos bajo el pretexto de querer minimizar la huella de contaminación, sobre todo en aquellos vehículos que más influyen en la misma (los coches diésel de más de 15 años, por ejemplo) es estéril ya que, en una situación de crisis financiera como la actual, lo único que se conseguirá es asfixiar más a los propietarios con las nuevas cargas impositivas”, reconocen.
Además, el dinero recaudado, según los cálculos del RACE, no va en consonancia con lo que recibe el conductor de vuelta. “Los conductores europeos –según un estudio de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA)– aportan al Estado, aproximadamente, el 70% de los ingresos generados por impuestos y tasas derivadas del transporte por carretera. Mientras, los gobiernos reinvierten en beneficio de este colectivo poco más de la mitad de lo que recaudan”, insisten.
Impuesto diésel
Aunque es probable que la medida se incluya en el borrador pero se saque próximamente gracias a la intervención de Ciudadanos, la intención el Gobierno es gravar el uso del coche diésel. ¿Cómo? Aumentando el tipo estatal general del gasóleo de 30,7 céntimos por litro a 34,5 céntimos por litro, un incremento de 0,038 euros por litro. O lo que es lo mismo, una media de 2,5 euros más por depósito.
Así, el Real Automóvil Club de España (RACE) calcula que si el depósito medio es de 50 litros y los kilómetros recorridos de media por estos vehículos son 41,5, entonces el Gobierno recaudará 300 millones de euros al año gracias a este gravamen.
Pero, en última instancia, no será el único. También está previsto que suba el impuesto de matriculación 800 euros de media a partir de enero de 2021. ¿Por qué? “Esto tenía que haber entrado en vigor en 2018, pero entonces el Gobierno hizo una especie de media entre el anterior protocolo y el nuevo, el que se va a aplicar en enero de 2021, y consiguió que el impuesto de matriculación cambiara muy poco. Ahora, el Ejecutivo tiene que aplicar ese cambio en la forma de medir los gases contaminantes que emiten los coches sí o sí”, explica Raúl Morales, director de comunicación de Faconauto, patronal que representa a los concesionarios de automóviles.
¿Y en qué se traduce esto? En que el impuesto de matriculación se calcula por tramos en base a las emisiones contaminantes y, a la hora de cambiar la medición, el 50% de los vehículos nuevos comprados pasarán de un tramo a otro. Es decir, de no pagar nada a pagar en función de la escala a la que pertenezcan. Así, los vehículos que emitan menos de 120 gr/km no tendrán que abonar nada, pero sí lo harán en un 4,75% los que estén entre 120 y 160 gr/km; en un 9,75% los que estén entre 160 y 200 gr/km y en un 14,75% los que emitan 200 gr/km en adelante.
Así, los 10 coches más vendidos (Seat Leon, Dacia Sandero, Peugeot 3008…) subirán en diferentes proporciones hasta los más de 1.300 euros, como se puede ver en la tabla adjunta en este artículo. “Esto lo que hace –en resumen– es desencentivar la compra”, protestan desde el sector. Y no sin razón.
Coches | Emisiones CO2 | Precio anterior | Precio nuevo | Subida de impuesto |
Nuevo Seat León | 106 gr/km | 18.200€ | 18.200€ | 0€ |
Dacia Sandero | 115/141 gr/km | 8.000€ | 8.380€ | 380€ |
Nissan Qashqai (diésel) | 138/146 gr/km | 18.500€ | 19.378€ | 878,75€ |
Renault Clio Zen | 117/132 gr/km | 14.416€ | 15.100€ | 684€ |
Seat Arona | 96 gr/km | 16.480€ | 16.480€ | 0€ |
Toyota Corolla | 111/115 gr/km | 23.600€ | 23.600€ | 0€ |
Seat Ateca | 117 gr/km | 21.080€ | 21.080€ | 0€ |
Peugeot 3008 | 134/169 gr/km | 29.100€ | 30.428€ | 1.382€ |
Peugeot 2008 | 118/141 gr/km | 21.600€ | 22.626€ | 1.026€ |
Renault Captur | 130/141 gr/km | 14.043€ | 14.710€ | 667€ |