Se acabó septiembre. El más inusual que se recuerda por la pandemia de la Covid-19, que ha afectado todo. También al sector automovilístico, ya que, por ejemplo, se prevé que este 2020 puedan caer hasta un 45% las ventas de turismos, según las asociaciones especialistas en el sector. Sin embargo, pese a las dificultades económicas provocadas por la crisis del coronavirus ya se sabe qué tipo de automóvil es el más comprado en los últimos meses por los españoles: un coche de diésel con tres años de antigüedad. De hecho, según un estudio, este verano los conductores se han gastado, de media, 10.281 euros para poder disfrutar de un vehículo usado y de ocasión.
En otras palabras, el diésel vuelve a estar de moda. Así lo acreditan las cifras ofrecidas en el estudio realizado por Ocasion Plus, un portal especializado en la compra-venta de vehículos de segunda mano. De hecho, el estudio esgrime que “de cada 100 vehículos de ocasión vendidos en verano sólo dos son híbridos eléctricos, mientras que las ventas de modelos de gas o eléctricos no alcanzan el 1%”. Es decir, el 97% sigue siendo de diésel o gasolina. Y las marcas de coches de segunda mano más vendidas son Opel, Peugeot y Ford, en ese orden.
De hecho, fuentes consultadas por EL ESPAÑOL del Grupo PSA, la empresa que aglutina —entre otros— a Opel y Peugeot, corroboran que “tras los meses de confinamiento, la demanda de vehículos usados se ha multiplicado”. Así, los Opel Corsa, Mokka y Combo son los coches de segunda mano diésel, de entre uno y cuatro años de vida, que más se han vendido en sus concesionarios oficiales de España. En el caso de Peugeot, los que destacan —diésel y de ocasión— son el 208, el 308 o el Rifter. También, el 3008 o el 5008 aunque “tendría una media de precio más alta”.
Aún así, desde PSA desvelan por qué el consumidor ahora se está fijando más en los coches de segunda mano con tres años de vida, los más vendidos durante el verano, como apunta Ocasion Plus. A juicio de PSA, aparte de la demanda habitual se han incorporado otros conductores “que antes utilizaban transporte público, pero prefieren buscar ahora una solución de movilidad propia, así como otros clientes, que antes de la crisis hubieran optado por un vehículo nuevo pero ahora prefieren algo más barato”. En otras palabras, los españoles han cambiado el foco de lo que quieren comprar porque buscan seguridad frente a la Covid-19 y por motivos económicos, ya que la pandemia ha sacudido a todos los sectores y ha bajado el poder adquisitivo.
Cientos de ‘Madrid Centrales’
Pese a ello, aunque las marcas ofrecen a sus clientes coches de calidad, ¿cuál es el riesgo de comprar un coche de combustión de tres años de media? EL ESPAÑOL responde esta cuestión. En primer lugar, es importante destacar que los “riesgos mecánicos de comprar un coche de segunda mano diésel o gasolina de tres años son bastante bajos”, según José, mecánico del taller Pérez Illán. No obstante, este profesional puntualiza a este diario que “todo tiene que ver, aún así, con el mantenimiento que se le haya dado a cada coche pero, en general, no dan ningún problema y su vida útil puede ser de 15 años”.
Los problemas de comprar el tipo de coche más vendido este verano, el de combustión de tres años de antigüedad, sin embargo, no son a nivel mecánico, sino legislativo. El pasado mes de mayo, la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, sacó adelante el Proyecto de Ley de cambio climático y transición energética el cual defiende, entre otras cosas, que “los municipios de más de 50.000 habitantes” cuenten con zonas de bajas emisiones, como Madrid Central, no más tarde de 2023 y se impulsen medidas de mejora de transportes públicos y desplazamientos por otros medios como a pie o bicicleta.
Es decir, aunque usted, como consumidor, adquiera un diésel de tres años bien cuidado, con el que pueda superar en buenas condiciones el año 2030, si vive en un municipio de más de 50.000 habitantes podría tener límites para circular con él dentro de su propia localidad en el caso de que la ley finalmente cristalice en el Congreso, algo que previsiblemente ocurrirá.
Así, el principal escollo que puede sufrir el conductor al comprar un diésel de tres años es que podría tener en el futuro restricciones a la hora de circular. Algo que desde Opel y Peugeot, las marcas más vendidas de vehículos de segunda mano, tienen en cuenta y piden al cliente que valoren el uso de su vehículo “a corto plazo”. “No es lo mismo que el comprador de un vehículo sea una persona que viva en el centro de una ciudad grande como Madrid, donde las limitaciones de circulación o aparcamiento están ya, que si el comprador es un habitante de una ciudad más pequeña, donde no hay ni se prevé ninguna limitación”, esgrimen las mismas fuentes de PSA.
2040, el año clave
La norma planteada por Transición Ecológica, además, establece que “los turismos y vehículos comerciales ligeros nuevos, excluidos los matriculados como vehículos históricos, no destinados a usos comerciales, reduzcan paulatinamente sus emisiones, de modo que no más tarde del año 2040 sean vehículos con emisiones de 0 g CO2/km”. Es decir, en 2040 se pone punto y final a la venta nuevos coches diésel o gasolina. Pero hasta ese año será posible no sólo adquirir el último modelo, sino también los de segunda mano.
De ahí que el mecánico José no tenga dudas a la hora de recomendar, desde un punto de vista de las prestaciones de un automóvil, la compra de un coche diésel o gasolina de segunda mano de tres años, ya que “con esta edad suelen venir ya con la tecnología AdBlue [con el fin de reducir las emisiones de óxidos de nitrógeno causadas por los escapes de los motores diésel] con la que son poco contaminantes y realmente tienen un vida útil de unos 15 años”.
En otras palabras, si usted lo adquiere ahora, con tres años, con buenos cuidados el coche diésel de segunda mano le podría durar hasta 2032 o, el nuevo incluso, hasta 2035. De hecho, desde PSA aseguran que, por ejemplo, los coches de segunda mano que venden son “mantenidos y reparados durante toda su vida en el concesionario Peugeot y Opel”. Por ello, estos vehículos duran “muchos años”
Eso sí, como comprador se arriesga a las crecientes restricciones de su circulación y a diversas políticas de desincentivación de su uso, ya que, el proyecto de ley de la vicepresidenta cuarta del Gobierno también “establecerá para el año 2030 objetivos de penetración de vehículos con nulas o bajas emisiones directas de CO2 en el parque nacional de vehículos según sus diferentes categorías”. Pero, de momento, los consumidores españoles siguen considerando que los diésel y gasolina de segunda mano son una buena compra, según Ocasion Plus, ya que les pueden dar años de fiabilidad pese a tener cada vez más limitaciones sobre su libre circulación. Sobre todo, desde 2023.