Ser ministro, a priori, no es nada sencillo. Miren a Salvador Illa, que llegó a la cartera de Sanidad por llenar el cupo del PSC, en una tarea sin apenas competencias, y que ha acabado siendo el mascarón de proa del Gobierno en la lucha contra la pandemia. O a Fernando Grande-Marlaska, quien durante el confinamiento acumuló polémicas por doquier y pedir su dimisión se convirtió en una constante. Cada ejemplo tiene sus particularidades, es el precio por ser el Estado. Pero, a veces, guardan algunas ventajas, detalles que les alejan del resto de los mortales. Y es que por el hecho de ocupar el cargo, el Estado les puede poner una casa. Así de sencillo, y adiós a pagar el alquiler, a pasar la fregona y al resto de tedios de la cotidianidad.
Si el Gobierno de Pedro Sánchez ya ha superado con creces al de Mariano Rajoy en cuanto al dinero que gasta en asesores, ahora se sabe que también lo hace respecto a los ministros que recurren a viviendas oficiales. En el actual Ejecutivo, hay 12 ministros-10 socialistas y 2 de Unidas Podemos- que han optado por vivir en una residencia estatal. Entre todos ya representan a más de la mitad del Consejo entero y pulverizan las estadísticas de Rajoy, que tuvo solo dos casos. La dinámica no sólo implica un ahorro sustancial para los bolsillos de los ministros, sino un gasto al contribuyente al que hay que añadir la seguridad, el mantenimiento, los muebles -que son de Patrimonio Nacional-, el coche oficial, etcétera.
Según ha adelantado La Política Online y ha podido verificar EL ESPAÑOL, los 12 ministros que ocupan viviendas públicas son: las vicepresidentas Carmen Calvo y Nadia Calviño; Manuel Castells (Universidades), Isabel Celaá (Educación), Luis Planas (Agricultura), Salvador Illa (Sanidad), Fernando Grande-Marlaska (Interior), Arancha González Laya (Exteriores), María Jesús Montero (Hacienda y portavoz), José Luis Ábalos (Transportes), Carolina Darias (Política Territorial) y Yolanda Díaz (Trabajo). A ellos habría que sumar como decimotercero al propio Pedro Sánchez, que vive en la Moncloa.
A pesar de la comodidad que supone no tener que preocuparse de buscar casa cuando se entra en el Gobierno, lo cierto es que, aunque suelen ser viviendas enormes, tampoco son demasiado lujosas. Es el caso, de nuevo, de Salvador Illa, que se ha ido a vivir a la Moncloa porque la vivienda destinada a Sanidad no está habitable. De eso mismo se quejaba Manuel Castells cuando le dijo a Sánchez que le buscara casa, que las que había no le gustaban demasiado.
“Excepto en este Gobierno, lo habitual es que en esas viviendas no viva nadie, que los ministros ya tengan su casa en Madrid”, explica a EL ESPAÑOL una fuente que trabajó en un Ministerio con vivienda. “Por lo general, son casas que son como la de una abuela, arregladas pero antiguas. Por eso, muchos, cuando entran, piden a Patrimonio Nacional que les cambien los muebles. Hay otros, muy listos, que no quieren ir a esas residencias y piden que se les pague un alquiler”, comenta.
Así, las dificultades inherentes al cargo quedan mitigadas por la comodidad de no tener que preocuparse de muchas de las tareas del día a día de cualquier persona. EL ESPAÑOL repasa dónde y en qué condiciones viven los ministros que residen en viviendas estatales.
Marlaska, inevitable
El caso del titular de Interior, Fernando Grande-Marlaska, es prácticamente el único inevitable. A pesar de que es originario de Bilbao, su larga trayectoria como juez de la Audiencia Nacional le llevó a tener ya su casa y su vida en Madrid. Sin embargo, Interior es una cartera sensible y se ha tenido que mudar a las dependencias del Ministerio en el Paseo de la Castellana con su pareja, Gorka. Y es que todos los ministros de Interior acaban mudándose ahí por cuestiones de seguridad, es una de las viviendas más utilizadas de todas las que tiene el Estado.
Ahí, no sólo se ha mudado Grande-Marlaska, sino que también lo han hecho algunos de sus más estrechos colaboradores. A fin de cuentas, en el mismo edificio se ubican algunas de las dependencias oficiales como la de su Gabinete.
A pesar de que Grande-Marlaska ha hecho prácticamente toda su vida entre Madrid y País Vasco, Pedro Sánchez lo presentó a las últimas elecciones por la circunscripción de Cádiz, provincia con la que tiene escasa relación. El actual presidente optó por esta estrategia para asegurar que conseguía el escaño y es que, a fin de cuentas, Grande-Marlaska goza de cierta popularidad en Cádiz por su lucha contra el narcotráfico como titular de Interior en el primer Gobierno de Sánchez.
Yolanda Díaz, a Trabajo
Yolanda Díaz, la titular de Trabajo, y actualmente una de las ministras más valoradas y mejor posicionadas de todo el Gobierno, también utiliza este tipo de vivienda. Aunque al principio no quería entrar en el Ejecutivo, el actual vicepresidente Pablo Iglesias la convenció finalmente y Díaz se mudó en enero a una vivienda ubicada en la última planta del Ministerio de Trabajo, que se encuentra en la zona de Nuevos Ministerios. Ahí reside con Andrés, su marido, y con Carmela, su hija de ocho años.
Con el cargo, Díaz dejó su piso de una habitación que le alquilaba una amiga y se mudó a una vivienda que ya habían ocupado otros ministros anteriores como Fátima Báñez o Eduardo Zaplana, ambos del Partido Popular. Según ha podido saber este diario, hasta José Luis Ábalos, que no es ministro de Trabajo sino de Transportes, vivió un tiempo en esa residencia que ocupa ahora Díaz. Fue durante el primer Gobierno de Sánchez, mientras hacían reformas en otro inmueble en el que habitaba.
Calviño y Ábalos, vecinos
Según ya han publicado diversos medios, se da la particularidad de que José Luis Ábalos y Nadia Calviño son vecinos, viven en el mismo edificio. El Ministerio de Asuntos Económicos de Calviño ha confirmado a EL ESPAÑOL que la ministra vive en una residencia que es propiedad del Estado pero, por motivos de seguridad, no se ha facilitado la dirección. Y es que a Ábalos ya le organizaron un escrache durante el pasado estado de alarma después de que se difundiera la ubicación de su casa.
Tal y como ha podido comprobar este diario, el edificio en el que ambos viven es propiedad del Ministerio, pero no se encuentra en la sede principal. Se trata de un edificio grande, que dispone de una superficie construida de 832 metros cuadrados. Ahí, según la información de Catastro, hay cuatro viviendas de 177, 169, 150 y 252 metros cuadrados. Además, tiene un aparcamiento de 30 metros cuadrados. Por su ubicación, en un exclusivo barrio de Madrid, y por su tamaño, el precio actual del edificio es de aproximadamente 5,3 millones de euros, según la tasación del portal Idealista.
Eso sí, al igual que el resto de viviendas ministeriales, se trata de un edificio viejo, construido en 2005, y no es utilizado habitualmente. Quizás por eso Ábalos pasó un tiempo en la residencia del Ministerio de Trabajo, esperando a que reformaran su actual vivienda.
Llama la atención que Calviño debería, en teoría, tener una vivienda en Madrid. En 2018 se desató una importante polémica porque ella y su marido compraron un chalé en Mirasierra en el año 2000 a través de una sociedad instrumental y con dos testaferros. Sin embargo, antes de entrar en el Gobierno de Sánchez, Calviño estaba haciendo carrera en Bruselas y optó por las viviendas estatales en su regreso a la capital.
¿Dónde está Montero?
La titular de Hacienda y portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, de origen andaluz, es otra de las ministras que ha recurrido a esta solución. Este diario se ha puesto en contacto con el Ministerio para ver si vive en la sede o en algún otro tipo de vivienda y no ha obtenido respuesta. Pero lo cierto es que sí que hay una vivienda en la Real Casa de la Aduana, sede del Ministerio.
Según comentan a este diario algunas personas que han pasado por ahí, se trata de una vivienda grande, que ocupa toda la mitad de la planta del Ministerio. Tiene una cocina amplia, un office, un hall en el que se pueden mantener reuniones de trabajo e incluso varios salones. Además, cuenta con dos patios internos. Y tiene algo de historia. Cristóbal Montoro, anterior titular de Hacienda, la usaba para comer y mantener alguna reunión. También la usó como residencia Miguel Boyer, ministro con Felipe González, y ahí empezó a tener sus primeros escarceos con Isabel Preysler.
Montero, por su parte, vive sola. El padre de sus hijas vive en Andalucía y sus niñas están estudiando en Sevilla. Por eso, todos los fines de semana que puede, al igual que otros tantos ministros, baja a Andalucía para ver a su familia.
Calvo, en Plaza de España
De la vicepresidenta Carmen Calvo se supo que estaba viviendo en una propiedad del Estado cuando enfermó por coronavirus tras asistir a la marcha feminista del pasado 8 de marzo. Todas las quinielas apuntaban a que estaba pasando la cuarentena en la zona de Plaza de España, en un edificio que acoge otras oficinas oficiales.
Ese mismo apartamento, de 230 metros cuadrados, había sido usado ya por Mariano Rajoy, entre 1996 y 1999, y por Javier Arenas cuando ostentó la cartera de Administraciones Públicas en el Gobierno de José María Aznar. También pasaron por ahí María Antonia Trujillo y Mariano Fernández-Bermejo, ministros de Vivienda y Justicia en la etapa de José Luis Rodríguez Zapatero. El propio Bermejo desató una polémica en la vivienda porque se gastó 250.000 euros de dinero público en reformarla. La última en usar esa vivienda había sido Carmen Montón, titular de Sanidad con Sánchez y que dimitió por el Caso Máster.
Aunque desde Moncloa aseguran que Calvo sigue viviendo en una vivienda estatal, cuentan que se había mudado a una vivienda diferente a la de Plaza de España antes de contagiarse por coronavirus.
Illa, en la Moncloa
Uno de los ejemplos más llamativos es el de Salvador Illa, ministro de Sanidad. Él es de la provincia de Barcelona, de una localidad llamada La Roca del Vallés, de la que fue alcalde y donde, a día de hoy, siguen viviendo sus padres, su mujer y su hija. En cuanto fue nombrado ministro el pasado mes de enero, se trasladó a vivir a un hotel de Madrid y se enfrascó en la ardua tarea de buscar un piso. Sin embargo, le estalló la pandemia y dejó de buscar para trasladarse a una vivienda oficial.
El Ministerio de Sanidad tiene una vivienda en la calle General Oraá de Madrid, pero se encuentra inhabitable. Esto demuestra que las viviendas estatales no están siempre en su mejor estado, muchas veces abandonadas y sin albergar inquilinos durante años. Entonces, Illa se trasladó a vivir al Complejo de Moncloa, donde viven Pedro Sánchez y su familia.
Según apuntan fuentes de Moncloa a este diario, el ministro de Sanidad actualmente reside en una vivienda que se encuentra en un ala del edificio INIA de Moncloa. En esa misma residencia ya vivieron los vicepresidentes Manuel Gutiérrez Mellado, con Adolfo Suárez, y Alfonso Guerra, con Felipe González. Aunque se desconoce el estado actual de la vivienda, debe estar bastante dañada por su antigüedad.
Ya en 2011 el edificio INIA tuvo que ser sometido a una remodelación porque había partes del tejado que, literalmente, se caían. También el propio palacio donde reside Sánchez presenta serias deficiencias: el agua sale sin presión, la calefacción es central y muy antigua y hace muchísimo calor, con lo que casi se agradece que las ventanas están viejas y por ellas se cuela el frío. Además, en una planta se oyen los pasos de la superior. La reforma necesaria de la Moncloa es algo que ningún presidente quiere abordar del todo por las polémicas que se levantan cada vez que se intenta.
La búsqueda de Castells
Al poco tiempo de ser nombrado ministro de Universidades, Manuel Castells se fue a comer a un restaurante con un amigo y le comentó que había pedido a Pedro Sánchez que le buscara piso. “Esto está imposible; Madrid es una ciudad muy cara y aquí no se puede vivir con el sueldo de ministro, así que no he tenido más remedio que pedirle al presidente que me ayude a encontrar un alojamiento adecuado (...) yo mismo le llamé, oye Pedro, me tienes que echar una mano con el tema de la vivienda porque esto es muy caro, estoy tirando de mis ahorros para vivir en Madrid y, caro, ese no es plan”, dijo Castells, en una anécdota.
Tras visitar varios apartamentos estatales en un estado decrépito, Castells fue finalmente alojado en una vivienda propiedad de Patrimonio Nacional. Según ya adelantó este diario, se trata de un apartamento que cuenta con sala de reuniones, despacho y vivienda. Como el de Universidades se trata de un ministerio de nueva creación, en su sede no hay apartamentos como sí que las hay en otros.
La vivienda de Castells es de las pocas que se ha visto por dentro. Su temor a salir de casa durante el estado de alarma, por el virus y sus patologías previas, le llevó a hacer múltiples entrevistas y alguna rueda de prensa desde una de las habitaciones del apartamento. El estado del resto del inmueble se desconoce, pero seguro que no está mejor que su chalé de lujo en California, donde residía antes de ser ministro, valorado en 2,2 millones de dólares y con 447 metros cuadrados de parcela.
¿Y los demás?
Además de Salvador Illa y de Pedro Sánchez, hay otro ministro -en este caso, ministra- que también vive en un palacio. Se trata de Arancha González Laya, titular de Exteriores. Ella reside en una parte destinada a ello del Palacio de Viana, en la madrileña calle del Duque de Rivas. La vivienda se encuentra en la primera planta y es una de las más usadas habitualmente ya que se trata de la residencia oficial del ministro de Exteriores de turno. Las zonas comunes, además, suelen servir para albergar reuniones con dirigentes extranjeros.
Los demás ministros que viven en una vivienda oficial son Isabel Celaá (Educación), Carolina Darias (Política Territorial) y Luis Planas (Agricultura). EL ESPAÑOL se ha puesto en contacto con los distintos departamentos ministeriales para averiguar si la residencia está en la sede de sus ministerios, pero no ha habido respuesta. De Luis Planas sí que se ha asegurado que no vive siempre, sino que hace un uso esporádico de la misma, aunque no se han aportado más detalles. Y de Isabel Celaá, llama la atención que posee una casa en País Vasco de 300 metros cuadrados y valorada en dos millones de euros pero que ocultó de su declaración de bienes del Congreso.