“Me llamo Verena, tengo 16, llevo 7 meses tosiendo a todas horas tras el Covid”: la joven que pide ayuda
Los padres de esta adolescente, de 16 años, reclaman a las autoridades sanitarias de la Región de Murcia que "agilicen" las pruebas para dar con un tratamiento que solucione esta "extraña secuela" del coronavirus
28 abril, 2021 13:53Noticias relacionadas
La vida de Verena se ha convertido literalmente en un infierno desde que el 27 de octubre de 2020 contrajo el coronavirus porque unos padres llevaron a sus dos hijos al instituto Sagrado Corazón de San Javier, siendo portadores del 'bicho'. Desde entonces, esta adolescente, de 16 años, no ha vuelto a poner un pie en el citado centro, ni a ver a sus compañeros de clase ni a sus amigos, ni a practicar ninguna de sus aficiones. Y todo por culpa de la maldita tos.
"El Covid le ha dejado una secuela extraña a mi hija: tose cada segundo y medio, a veces sufre ataques tan fuertes que pierde el conocimiento", resume desesperado Nacho, el padre de la menor. "No puede llevar una vida normal".
Nacho no exagera en sus afirmaciones porque aporta como prueba a EL ESPAÑOL un vídeo que enviaron a un neumólogo madrileño para que estudiase el caso de su querida hija. Las imágenes producen agobio al ver a Verena tosiendo sin parar. De hecho, en la grabación, tose antes de decir "hola" y así se pasa dieciocho insufribles segundos en los que no puede hilvanar ni dos frases seguidas.
"Me llamo Verena"; tose, "tengo 16 años"; tose, "cogí el Covid... -empieza a toser- ...en octubre del año pasado"; tose, "desde que lo cogí llevo seis meses tosiendo"...
Esa dichosa tos, Verena la sufre desde que se levanta hasta que se acuesta y ha empezado a mermar su salud porque, por ejemplo, está alterando sus ciclos de sueño. "Me despierto mucho por las noches", tal y como explica la joven a este diario. "Me cuesta mucho estudiar porque no puedo concentrarme, sufro dolores de cabeza, mareos, inflamaciones articulares y tambien me fallan el oído y la vista".
Nacho y su mujer, Layla, están removiendo cielo y tierra para tratar de lograr que esa endiablada tos deje de amargar la existencia de la mayor de sus tres hijos. "Cuando Verena dio positivo por coronavirus el 27 de octubre, solo tosía, ese era su único síntoma, pero empezó a sufrir ataques tan fuertes que se caía al suelo y el 16 de noviembre la ingresaron en el Hospital Los Arcos", cuenta el padre, policía local en San Javier, una turística localidad del litoral murciano.
Especialistas en Madrid y Albacete
"Verena estuvo ingresada diez días para hacerle pruebas para ver el origen de esa tos mecánica que no se le pasaba con ninguna medicación". Ni una resonancia magnética, ni un tac de tórax, dieron con la causa y recibió el alta médica porque había generado anticuerpos tras dejar atrás la Covid. "A partir de ahí comenzamos el periplo por especialistas de Madrid y Albacete: un neumólogo, un otorrino, un alergólogo, un neurólogo...".
Las semanas y los meses pasaban mientras la endiablada tos iba haciendo mella en el estado de ánimo de Verena: un solete, de 16 años, al que le encantaba acudir al Pabellón Municipal de San Javier a dar clases de baile o se machacaba en CrossFit. Ahora, el tiempo libre de esta adolescente se reduce a ver la tele porque no puede ni mantener una conversación fluida por teléfono con algún amigo. "Mi hija está en tratamiento psicológico porque está hecha polvo: no sale a la calle, no va al instituto, no puede comer con normalidad...", resume Nacho, de 43 años.
- ¿Ningún médico ha dado con la causa ni con un tratamiento?
- No. Lo que nos dicen algunos especialistas es que puede ser una tos psicosomática o psicógena: como si fuera un error del cerebro que le da la orden de toser. Eso le provoca a mi hija que no escuche bien, porque los continuos golpes de tos afectan a su oído. Tampoco puede ver bien porque al toser le vibra el nervio óptico: cuando intenta leer tiene las pupilas como si estuviesen dilatadas y se le mueven las letras.
El 15 de marzo el caso de Verena fue derivado desde San Javier al Hospital Virgen de La Arrixaca de Murcia. "Es un martirio y un calvario para la cría dilatar en el tiempo las pruebas", se queja el cabeza de familia. "Lo único que pedimos a las autoridades sanitarias es agilidad en las pruebas médicas porque este martes se cumplió medio año desde que empezó a toser".
Desde la Consejería de Salud defienden que la demora se debe a que "la paciente la está valorando un equipo multidisciplinar de facultativos de distintas especialidades". En concreto, la menor está siendo valorada por expertos en psiquiatría, neurólogía y neurofisiólogía. Esta fuente de la Consejería subraya que "el equipo informa a los padres regularmente y están pendientes de terminar el estudio necesario para poder concretarles la impresión diagnóstica".
- Nacho, ¿cómo llevan en casa los ataques de tos que a diario padece constantemente su hija?
- Como padres lo estamos viviendo mal, al ver lo que ella está sufriendo. Tratamos de buscar una solución, vamos de aquí para allá, sufrimos al no remediarlo, pero tenemos que estar fuertes para que la cría no nos vea afectados por esta situación. Su hermano, de 14 años, se interesa por el problema, pero su hermana pequeña, de 9 años, lo lleva un poco regular. El otro día me dijo que ya no se acordaba de cómo era Verena cuando no tosía.
- ¿Cómo está afrontando Verena esta difícil situación?
- Ella está tirando para adelante y eso es digno de admiración. Está en cuarto de la ESO y sigue las clases de manera telemética: su objetivo es sacar los estudios a pesar de que a veces necesita tres días para estudiar algo que haría en un día. Se ha apuntado a clases particulares para pasar a Bachiller porque va por detrás de sus compañeros, primero por el Covid, y ahora por culpa de la tos que le impide acudir a clase. Es para ponerle un monumento a mi hija por su conduta. Me ha dicho que quiere estudiar Biotecnología por lo que le está pasando, con el objetivo de poder estudiar las enfermedades.