“Dadle más fuerte”. Es la lección y la orden de K., una de las implicadas el asesinato de Samuel, la noche del 3 de julio en que el joven fue brutalmente asesinado en A Coruña mediante una paliza colectiva. De los seis detenidos hasta el momento, ella es la única en libertad con cargos, ya que no consta que diese ningún golpe.
Lo que sí figura tanto en las pruebas recabadas por los agentes como en los vídeos de la noche es que ella, novia del principal y más violento agresor de la pandilla, fue una de las instigadoras o alentadoras del suceso. Así lo asegura uno de los atestados del caso, adelantado este lunes por Espejo Público, que se refiere a ella como una joven de entre 20 y 25 años con vestido y chaqueta negra, que abofetea al primer agresor por golpear a Samuel, pero que después le corta el paso a Ibrahima, el senegalés que intenta ayudarle.
Según ha podido saber este diario, estos hechos forman parte de la reconstrucción paralela de la Policía Local de A Coruña, no de la Nacional, responsable de la investigación, pero cuenta con las declaraciones de los testigos principales del caso. En este aspecto, la mayor parte de los hechos y descripciones de aquella noche aparecen descritos por Vanesa, la amiga con la que Samuel estaba realizando una videollamada en el momento de la primera agresión.
Vanesa, al otro lado del teléfono, captó detalles que Lina, también amiga de Samuel, no pudo percibir durante los primeros golpes, debido al nerviosismo. Así, la joven explicó a los agentes que los primeros implicados eran una pareja, D. y K: él, en prisión provisional, es el principal sospechoso del crimen, el que asestó el primer golpe y el último; ella, su novia, la que alentó al grupo a darle “más fuerte”.
Ambos estaban discutiendo fuera de El Andén, un pub nocturno en el Paseo Marítimo de A Coruña, cuando se cruzaron con Samuel y Lina. Pensaron que les estaban grabando con el móvil, aunque en realidad estaban manteniendo una llamada de FaceTime con Vanesa, e increparon a la pareja. “O paras de grabar o te mato, maricón”, le espetó. Samuel respondió: "¿Maricón de qué?", y recibió un puñetazo. Luego otro. Y cayó al suelo.
“Tez oscura, pelo corto”
El atestado policial precisa que el grupo que persigue y acosa a Samuel durante varios minutos constaría de siete personas: cinco hombres y dos mujeres. En el momento de escribir esta información seis personas han sido detenidas, entre ellos dos menores de edad. Varios testigos señalan a D. como el principal sospechoso y máximo responsable de la mortal paliza; otro incluso da su nombre y apellido e indica que forma parte de una pandilla de la parroquia de Elviña.
De él dice Vanesa que tiene “tez oscura, pelo corto moreno, pantalones vaqueros y zapatillas blancas marca Nike”, que vislumbra en algún momento de la primera refriega, al otro lado del móvil. Según los investigadores, es el más violento del grupo. Actualmente se encuentra en prisión sin fianza.
En la misma situación se encuentran los otros dos varones mayores de edad, investigados por un delito de homicidio o asesinato, pendiente de definir en el transcurso de la instrucción; uno de ellos, además, está acusado de apropiación indebida por llevarse el móvil de Samuel del lugar de los hechos. Los investigadores creen que hay otras tres personas más que participaron en la paliza y no descartan nuevas detenciones a lo largo de la semana.
Expulsado de la discoteca
La noche del 3 de julio, alrededor de las 3.00 de la mañana, salieron de El Andén. D. había sido de la discoteca esa misma madrugada tras discutir violentamente con K: "Vete afuera a reflexionar", le señalaron, y al rato le permitieron de nuevo la entrada. Cuando volvieron a pelearse, se encontraron con Samuel y Lina, en plena videollamada.
Entonces, en evidente estado de embriaguez, el presunto agresor atizó a Samuel un par de puñetazos al pensar que le estaba grabando con el móvil. A la vez, le espetó: “O paras de grabar o te mato, maricón”, según han confirmado las amigas de la víctima. A los pocos minutos, acompañado de una jauría de entre 7 y 10 amigos, le persiguió durante 150 metros y le golpeó hasta matarlo.
La autopsia preliminar, conocida este miércoles, revela que el joven murió de un traumatismo craneoencefálico severo provocado por una patada en la cabeza. Según han relatado a EL ESPAÑOL fuentes próximas al caso, ese último golpe y el primero pudieron ser obra del mismo individuo, el que echaron de la discoteca, considerado además como el agresor principal de la paliza mortal.
La violencia del caso fue tal que quienes indagan en él se encuentran sorprendidos ante la brutalidad del crimen. El contexto, dicen, vino precedido de una noche rodeada de alcohol y violencia, aunque uno de los testigos asegura que los asesinos estaban drogados. De momento, ni las testificales ni las grabaciones han podido confirmar este extremo.
Lo que sí indica todo este trabajo de interrogatorios y reconstrucción es que, según los agentes, no habría motivación homófoba en el asesinato, que los amigos de Samuel sí consideran como una de las claves del crimen. Las personas cercanas al joven y los testigos, sobre todo las amigas que se encontraban con él esa noche, relatan que sus agresores le llamaron "maricón" y que, dada la orientación sexual de la víctima, homosexual, habría un claro delito de odio.