José Eugenio Arias-Camisón Saiz se siente cómodo en la polémica y en su particular batalla a la izquierda. Este hostelero, que saltó a la fama en 2011 en su lucha contra la Ley Antitabaco de Zapatero por la que le condenaron a pagar 145.000 euros de multa, regenta el Asador Guadalmina, en Marbella. Un monto que, por cierto, nunca sufragó porque, según explicó a EL ESPAÑOL, ganó el recurso y nunca tuvo que pagar. Ahora, el empresario ha vuelto a saltar a la palestra al opinar sobre el falso agredido de Malasaña, quien había denunciado que le habían grabado la palabra “maricón” en la pierna con un objeto punzante y que, este miércoles, reconoció que era mentira.
“Como bien ha dicho hoy Javier Ortega Smith, la izquierda de España es miserable. Acusan a Vox de incitar al odio por el ataque a un homosexual, y ahora resulta que la denuncia era falsa. Espero que la justicia actúe con contundencia”, ha opinado a través de su cuenta personal de Twitter. Y es que el hostelero se toma a pecho la batalla contra la izquierda. Nadie duda de que es de derechas. Así lo demuestra, por ejemplo, su gel hidroalcohólico contra “virus víricos y virus rojos”.
Pero, según pudo confirmar este diario, a José Eugenio le gusta su papel de agitador y de generador de polémica. Hace poco, de hecho, se quejaba de que no encontraba camareros para su negocio “porque en España la gente no quiere trabajar, prefiere cobrar la paguita, 400 u 800 euros”. Y, ahora, como se ha explicado, el empresario tacha de “miserable” a la izquierda por “acusar a Vox de incitar al odio por el ataque a un homosexual”, quien, a la postre, reconoció ante la Policía Nacional que se había inventado la agresión por parte de ocho encapuchados inexistentes.
No contento con ello, José Eugenio ha tuiteado una imagen en la que se aprecia el símbolo del PSOE y la hoz y el martillo, símbolo de los partidos comunistas desde hace décadas, junto a un polémico mensaje que reza así: “Empresa familiar especializada en la fabricación de vagos y maleantes subvencionados con tus impuestos”. Sin duda, Arias-Camisón no se cansa de luchar, desde su perspectiva y posición ideológica, contra la ideología de izquierdas.
Ahora, por ejemplo, tiene una cruzada contra el Gobierno de Sánchez: “Iros a la mierda todos. Rojos de mierda”, espeta en un vídeo en el que denuncia unas pintadas cerca de su local. En ellas se lee: “Asador de fachas, fachas fuera”. El hostelero, en conversación con este periódico, se preguntaba por qué le llaman facha: “Toda la gente que te insultan llamándote facha no tiene ni puta idea de lo que significa la palabra. El fascio lo creó Mussolini, que era un socialista de verdad, no como los de ahora. Llamarme facha es el insulto fácil de los ignorantes”.
Pese a ello, José Eugenio, en su última subida de tono, se ha querido acordar del falso denunciante de Malasaña contra el que espera que “la justicia actúe con contundencia”.
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