Nurettin Acar no sabe con exactitud cuándo nació. “En mi documentación pone que fue en 1966, pero nací en una familia nómada que no sabía ni leer ni escribir. Así que cuando nacía alguien no se recordaba la fecha porque no era algo importante. Sólo nos alegrábamos de incorporar un nuevo miembro a la familia y ya”, explica, con una sonrisa de oreja a oreja, el nuevo CEO de Ikea en España. Lo que sí sabe Nurettin es que nació en Beytüşşebap, un distrito boscoso y montañoso situado al sureste de Turquía, muy próximo a las fronteras de Irak, Siria e Irán. Sin embargo, entonces tampoco tenía un lugar de residencia habitual.
La familia de Nurettin Acar, muy prolífica, era nómada y, continuamente, se trasladaba en busca de los mejores pastos para los animales que tenía —y cuidaba— su padre y en busca de los mejores alimentos que recolectaba su madre. “En verano, mis padres trabajaban más. Mi padre cortaba la hierba y preparaba la comida de los animales y mi madre reunía todo lo necesario para la subsistencia de la familia durante el invierno, que era muy duro”, explica el recién nombrado director general de Ikea España. Y es que los padres de Nurettin Acar tenían muchas bocas que alimentar, pues el alto cargo de la multinacional sueca tiene seis hermanos y dos hermanas, “aunque desafortunadamente una falleció”, lamenta Acar en conversación con EL ESPAÑOL.
Sea como fuere, la historia de Nurettin Acar ha sido de lo más variopinta e internacional. Y los idiomas han sido fundamentales en la escalada de aquel niño que creció en lo más profundo de las montañas del este de Turquía hasta ser la máxima autoridad de Ikea en este país. Nurettin Acar, en este sentido, habla alemán, inglés, francés, kurdo y turco y, en la actualidad, está aprendiendo español. Pero, quizá, lo que realmente haya determinado su éxito laboral haya sido el sentimiento de corporativismo y compañerismo que le enseñó su tribu nómada desde sus años más tiernos.
“La vida, en la región en donde crecí, está muy relacionada con la naturaleza. Había muchos niños y familias que se ayudaban entre sí. Por ejemplo, los niños nos ayudábamos y nos enseñábamos cosas como fabricar nuestros propios juguetes. Lo hacíamos con cosas de la naturaleza como piedras o madera. Nos lo prestábamos todo y estábamos totalmente integrados con la naturaleza y con la sociedad en la que vivíamos”, recuerda el directivo. El trabajo en equipo que aprendió Nurettin de niño, en este sentido, ha sido siempre un sello de Ikea. Por ello, este profesional ha escalado en la multinacional hasta el más alto cargo en España, en el cual sustituye a Petra Axdorff, la antigua CEO de la compañía en este país.
Nurettin, vendiendo alfombras
Los continuos vaivenes de la vida de la familia Acar les condujeron a Van, una ciudad del este de Turquía y situada a 326 kilómetros del lugar de nacimiento de Nurettin. Allí, ante las orillas del lago de Van, el más grande del país, el nuevo CEO de Ikea iniciaría sus estudios en primaria y secundaria. Era 1976 y el joven Nurettin no sólo se dedicó a estudiar en la escuela —que acabaría en 1987—, sino que ya tuvo sus primeros contactos con el mundo laboral y con el comercio.
Con 11 años, Nurettin ayudaba a vender alfombras en una tienda y ya en esa pequeña empresa, el niño fue escalando hasta que, con 20 años, junto a su padre, decidió montar su propio negocio. Pero fue en la ciudad de Antalya, a más de 1.800 kilómetros de Van, en donde la familia Acar levantó su propio establecimiento de alfombras. “Sólo necesitas confianza y amor y tú ya hablas dos idiomas. Es nuestro momento”, le dijo su padre. Dicho y hecho. Manos a la obra y a trabajar.
“Tiempo después, en 1991, me trasladé a Ankara —la capital de Turquía— a estudiar Literatura en la Universidad de Ankara, pero no terminé la carrera porque me salió la oportunidad de emigrar a Suiza”, relata a este medio el director de Ikea España. Y fue en el país helvético en donde todo cambió para siempre. Allí, Nurettin Acar volvió al redil de la actividad que mejor se le da: el comercio. Así, en 1998 se licenció en Economía por la Universidad de Anatolia, que tenía un programa de cooperación internacional con la Escuela de Berna.
De hecho, durante su estancia en Suiza, Nurettin aprovechó para hacer una especialidad en Asuntos Comerciales en la Escuela de Negocios Ortega, en Wil, un municipio situado en el cantón de Zúrich. En el país helvético, de hecho, conoció a su mujer Anna, una cantante de ópera de origen húngaro y suizo. Y es que Suiza supuso el germen, para Nurettin, de su actual vida familiar y laboral. Allí, en 2001, fue cuando el economista comenzó su carrera en Ikea. Concretamente, en el equipo de ventas de la multinacional.
La vida cambiante por Ikea
Durante tres lustros, Nurettin Acar permaneció en Suiza escalando de posición dentro de Ikea. De hecho, el actual director de la empresa en España, llegó a dirigir las tiendas suizas de Ikea Pratteln y, después, Ikea Dietlikon. Hasta que, en 2015, le llegaría uno de los grandes saltos que dio dentro de la corporación: volvía a Turquía, el país que le había visto crecer como nómada en su infancia y como comerciante y estudiante en su juventud, pero todo había cambiado. Nada era igual.
Nurettin Acar ya no era un incipiente comerciante de alfombras, sino que regresó a la península de Anatolia como director general adjunto de Ikea en Turquía. Dos años después, en 2017, el alto directivo fue nombrado director de operaciones de Ikea Turquía, un cargo que desempeñaría hasta 2019, el año en el que llegó a España, su último destino.
—¿Cuál es la clave del éxito en su trayectoria laboral?
—Todo lo que hago en la vida, lo hago mío. Lo hago de corazón. Me considero una persona curiosa, con hambre de aprender cosas nuevas. A base de desarrollar esto, me desarrollo como persona. Sobre todo, lo que me ha hecho avanzar en mi carrera profesional ha sido tener hambre de aprender y no rendirme nunca. En definitiva, todo lo que hago, lo convierto en parte de mí.
España, el país de sus hijos
En España, Nurettin Acar comenzó su andadura como director de Área. Es decir, bajo su mando estaban las tiendas de Madrid, La Coruña, Asturias, Valladolid y Barakaldo, pero ya desde 2019 empezó a ser miembro del comité de dirección de Ikea España. Hasta este 13 de septiembre, día en el cual ha llegado a la cúspide de la empresa sueca en el mercado español.
Tras la marcha de la antigua CEO, Petra Axdorff, a la empresa de frutas y hortalizas Bama Gruppen, Nurettin Acar ha empezado a ser el director general de Ikea España. Una familia que cuenta en la actualidad con 9.000 empleados en este país y 16 tiendas tradicionales a las que habría que sumar otros puntos de contacto diferentes hasta llegar al centenar. Sin embargo, Nurettin no sólo tiene que estar atento de las necesidades de esta prolífica familia, sino que desde hace un par de años, junto su mujer Anna, también debe atender las necesidades de sus dos bebés.
“España es un país que estará conmigo toda la vida porque mis dos hijos son españoles”, revela Nurettin mientras rememora la nueva vida parental y familiar que ha formado junto a Anna al haber tenido a Dara, un niño de 18 meses y Liya, una niña de tan sólo cinco. Este país, en este sentido, no sólo ha supuesto para el nuevo CEO de Ikea España el clímax —hasta ahora— en su carrera profesional, sino también le ha supuesto llegar a la cima en lo familiar. “En general, mi familia y yo amamos España. Es un sitio muy bueno para vivir y queremos viajar por todo el país. No lo hemos podido hacer por las restricciones de la pandemia, pero ahora viajaremos más. El primer destino en la lista es Andalucía y, en particular, Sevilla”, revela a este periódico el alto directivo de Ikea.
—¿Qué le gusta de España?
—En primer lugar, me gusta España porque la gente en este país es maravillosa, cariñosa, acogedora y con un gran corazón. En segundo lugar, el país es bello y distinto. Puedes ir al norte, a ciudades de Asturias, de Galicia o del País Vasco y son muy diferentes a las del sur, como Cádiz o Málaga. Esto me parece apasionante. Es un privilegio para mí vivir aquí.
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