Si uno se pasea por la calle Ponzano de Madrid y pregunta qué destilados faltan en los bares, la respuesta va a ser unánime: ginebra Seagram’s. Pero no es la única. Los efectos del desabastecimiento de algunas bebidas alcohólicas ya se pueden notar en la calle.

El problema viene de mucho antes en la cadena de producción. Faltan materias primas en todo el mundo: “Vidrio, tapones de corcho, etiquetas”, declaraba la semana pasada la dueña de Villar Distribuciones a este periódico. “Con marcas locales no tenemos problemas. Se ha juntado la reapertura de todos los mercados, la falta de materias primas como vidrio, tapones o aluminio o la crisis del transporte a nivel mundial”, explicaba, igualmente, la empresa Pernod Ricard a EL ESPAÑOL. Añada a esa ecuación los efectos del Brexit en el comercio europeo.

Precisamente Pernod Ricard es la mayor distribuidora de destilados en España. De ella dependen licores como Absolut Vodka, Jameson, Beefeater o la ansiada Seagram’s. Esta ginebra es la que más empieza a faltar en las estanterías de los hosteleros, por una sencilla cuestión de demanda. Aún se puede encontrar Seagram’s en la popular calle madrileña llena de bares de copas. A por ello.

“Me había hecho ilusiones”

“En la mayoría de sitios está agotado”, explica el encargado del bar Campanoli, en referencia a la ginebra que nos ocupa. “También las mayonesas que vienen en sobre. Está habiendo problemas con todo lo que viene del Reino Unido. Como están con lo del Brexit y demás… El que no se haya provisto, lo tiene complicado”. No es su caso.

—¿Ahora mismo, qué es lo que más falta?

—Seagram’s y tónicas que vienen del Reino Unido. Eso es lo que más está faltando ahora mismo.

Por el momento, en Campanoli quedan botellas de Absolut, Beefeater y Jameson, por eso de que son bebidas mucho menos demandadas. Pero, si nada cambia, en pocas semanas no habrá ninguna. Eso lo que le pasa al bar Santerra.

El muestrario de licores del bar Santerra, donde empiezan a faltar botellas. Jaime Susanna

“No tenemos Seagram’s, Beefeater y Absolut Vodka, ¿por qué?”, pregunta el encargado. Al decirle que es para un reportaje, se decepciona. “Me había hecho ilusiones, pensaba que tenías alcoholes. Nos hubieras hecho un favor, macho. Está jodida la cosa. A principio de mes empezó a escasear. Luego había otra semana que a lo mejor te traían. Pero la anterior y esta, no”. Sin ir más lejos, hoy ha llegado un pedido de destilados a este bar y “no había Beefeater”.

La primera excepción

La primera botella de Seagram’s que aparece en este recorrido está tras la barra del restaurante Tacos don Manolito. Sergio, el encargado, asegura que “de momento”, no lo han notado. “Sí nos dijo un proveedor que íbamos a empezar a tener problemas. Sobre todo, con Beefeater y Seagrams. Como somos mexicanos servimos mucho tequila”, explica.

Pero, por ahora, tienen botella y media de Seagram’s, lo mismo de Beefeater y solo media de Absolut. “Hace una semana que no pedimos estas botellas, entonces no sé si el problema ha sido de la semana anterior a esta”. Sergio muestra la única botella de Seagram’s que tiene sin abrir para la fotografía que abre este reportaje.

Otro establecimiento que cuenta con la ginebra en cuestión es el Secreto de Ponzano. Estaban avisados y fueron previsores. “Hasta febrero o marzo no va a ver Seagram's, me dicen los distribuidores. Estábamos avisados y por eso hemos guardado mucho”, explica el encargado. “Vamos tirando con lo que tenemos, pero se nos está acabando”.

Sergio Ramírez, camarero en Madrid, sostiene una botella de alcohol vacía. Diego Rodríguez Veiga

Este desabastecimiento es una consecuencia directa de la crisis de la Covid-19. Cuando la pandemia atacó con fuerza, las fábricas rebajaron drásticamente su nivel de producción, si es que no la pararon. Con la hostelería cerrada y la gente confinada en sus casas, la demanda cayó en picado.

Ahora, pasa todo lo contrario. El fin -o el ablandamiento- de las restricciones de horario y aforo han disparado la demanda. No es que España se haya vuelto un país de alcohólicos de la noche a la mañana. Es simplemente, que se va recuperando la normalidad. De hecho, al consumo todavía le falta para llegar a los niveles pre-Covid.

Así lo asegura la Federación Española de Espirituosos en un comunicado. “Aún queda mucho camino para recuperar los niveles de consumo pre-Covid, algo que en ningún caso se vislumbra alcanzar hasta 2023”. La "enorme inestabilidad" en los mercados —véase lo que ocurre con los microchips— crea esta peculiar situación.

De vuelta a Ponzano, en el bar Barra de Pintxos se acaban de enterar de este problema. Esta misma semana han hecho un pedido y se han llevado una sorpresa.

—Pedimos Seagram’s, ¿no? -pregunta la mujer tras la barra a su compañero

—Sí.

—¿Y llegó?

—No.

—¿Y por qué es esto? -vuelve a preguntar, dirigiéndose a este periodista. 

A Randy, en cambio, no le preocupa este desabastecimiento. Pero sus razones son distintas a las de los demás consultados. Él no sirve Seagram’s. “Tengo una lista pequeña de alcoholes porque buscamos especializarnos en lo poco que tenemos. No tenemos 80.000 variedades de las que a lo mejor no sé nada”, explica el dueño de Casa Fonzo. “Conozco a toda la calle y sé que faltan alcoholes, por tener una carta más amplia”.



“Sé que está faltando Seagram’ s, Beefeater, Hendrick's también, ¿no? Absolut, que Pernod Ricard se ha quedado ya sin stock. Yo cuento con lo que tengo y tengo bastante, la verdad”. Otro local que tiene la preciada Seagram’s es Candeli. “Podemos estar una semana sin él, pero lo hemos conseguido el lunes”, afirma Paco, el dueño. De todos los establecimientos consultados —que son la mayoría de los que están entre Raimundo Fernández Villaverde y José Abascal— este es el único que ha conseguido este brebaje esta misma semana. Su secreto: “Tenemos varios proveedores”.

La barra del Candeli, donde todavía hay Seagram's. Jaime Susanna

Pero, aún así, el suministro tiene sus días contados. “Nos dicen que se acaba. Lo que haya se venderá y lo que no haya, pues no”. A Paco también le preocupa la huelga de transportistas convocada para los días previos a las navidades. Su local la va a sufrir. “Sobre todo pescado, marisco y carne. Sí, tendremos problemas. De eso no tengo duda ninguna. Haremos acopio de lo que podamos mantener”.

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