—¿Cuál es la solución para que Cristina aparezca con los niños?
—Hay tres formas: una es que se parase la campaña de vacunación, porque se hiciera público y evidente que las vacunas pueden ser muy peligrosas para los niños. Opción dos: que el padre diese garantías y se comprometiese públicamente de que no va a vacunar a los niños. Entonces me imagino que podría tenerlos en fin de año y disfrutar de ellos, ¿sabes? Y los Reyes y todo eso. Simplemente con ser un poquito prudente. El padre dice que sí pero no. Y otra opción, yo estoy hablando por mí, no lo dice Cristina, es que cuando la Audiencia de Sevilla resuelva o se resuelvan las acciones judiciales que vamos a interponer, que es recurrir en apelación a la audiencia de Sevilla la vista del 158 del otro día, que resuelva la Audiencia Provincial el primer recurso que ya se presentó por la primera vista, que da la facultad al padre de decidir sobre la vacunación y, en fin, agotar las vías judiciales.
Pregunta EL ESPAÑOL, responde Francisco de Borja Gómez Martínez, abogado de Cristina Mariscal. Presuntamente, ella se ha ido con sus dos hijos de la casa en la que vivía para no vacunarles de la Covid-19. Primero se los llevó a Jerez de la Frontera, pero a partir de ahí se desconoce su localización. Su expareja, el padre de los pequeños, lleva sin verlos desde el 4 de noviembre y la ha denunciado por sendos delitos de sustracción de menores y secuestro.
La búsqueda de Diego y Hugo Kau Mariscal, 14 y 12 años respectivamente, comenzaba la pasada semana. En los grupos de Whatsapp y las redes sociales jerezanas se difundía la foto de los dos pequeños. En un primer momento, se desconocía qué podía haber pasado, no era una vecina de la ciudad y los menores no estaban escolarizados allí, sino en un pueblecito de Sevilla.
Conforme pasaban las horas, comenzaban a conocerse más datos. La Guardia Civil hispalense investigaba la desaparición tras una denuncia por parte del progenitor el pasado 16 de diciembre en la localidad de Mairena del Aljarafe.
En realidad, el padre no veía a los menores desde el 4 de noviembre. La madre avisó al juzgado, al colegio y al progenitor de que se iban a Jerez de la Frontera. Abandonaban Sevilla para desplazarse a otra localidad a 80 kilómetros. ¿El motivo? No quería vacunarles.
Según la defensa de Cristina, se fue porque el padre quería vacunarlos de la Covid-19 ese mismo día a la salida del colegio, después de que un juez resolviera a favor del padre que éste sí los podía vacunar cuando estuvieran bajo su custodia.
El letrado del señor Kau afirma que el pleito no sólo tiene que ver con la vacuna contra el coronavirus, sino con otras. José Javier Toucedo apunta: "El problema inicial era un procedimiento en el que [la madre] se negaba a todo tipo de vacunas".
Apunta Toucedo sobre cristina que es una mujer "antivacunas, antibronceador en verano, no quiere echarle bronceador a los niños porque es cancerígeno y deja que se quemen… Como eso, tres mil cosas".
Disputas aparte, un padre no sabe dónde están sus dos hijos. El 4 de noviembre dejó de verles. El pasado 16 de diciembre dejó de conocer el paradero de ambos. "Imagínate, está destrozado", afirma Toucedo. "Le tocaba pasar con los menores el 24 de diciembre".
La defensa de Cristina
Cristina se fue con sus hijos a no se sabe dónde. A priori se mudó a Jerez de la Frontera, a la zona de Montealegre. Según las fuentes consultadas por este periódico, la vivienda que habitaban en este barrio se encuentra en una zona rústica, donde hay fincas de mediana extensión, fuera de la urbe.
La Guardia Civil no pudo comprobar que los menores, ni Cristina, estuvieran la vivienda expuesta.
Cristina se fue sin dejar constancia de dónde está, ni siquiera a su abogado, que asegura no haber hablado con ella. Francisco de Borja Gómez Martínez piensa que, aún así, él debe actuar y defender a su representada.
Niega que el problema fueran otras vacunas más que la del coronavirus. "El abogado contrario comenzó a mezclarlo y tal, pero esto es por la de la Covid. Si le preguntas por las otras vacunas, ahora tampoco las considera seguras, pero el caso es por la vacuna del Covid", expone Gómez Martínez.
El motivo por el que no confía en este conglomerado, dice el letrado, es que "Cristina tiene amigas que están con miocarditis, a otra le han abierto la cabeza con un trombo… Tiene gente a la que le han jodido la vida y ella no quiere que experimenten con sus hijos".
Gómez se centra la mayor parte de la entrevista en la defensa, pero también se acuerda de dejar un recado al padre de los niños: "Aparte, por las informaciones que me llegaron, basta que ella diga blanco para que él diga negro. El padre es muy autoritario. El padre deja a los niños que se duchen cinco minutos y les corta el agua… En fin… El padre… Le hace cosas a los niños fuertes… Lo que pasa que no se demostró en su día y se tenía que haber denunciado".
La víctima pasa a estar en el foco: "En fin, al padre se le ha avisado de que si no hubiera querido vacunar a los niños no estaríamos en esta situación, pero el padre se opuso".
La explicación jurídica es que se había presentado un recurso de apelación ante la Audiencia de Sevilla y el padre había dicho que, en cuanto recogiera a los niños del colegio, los vacunaría —algo que podía hacer legalmente por resolución judicial—. "Por esa razón mi clienta en primera instancia no llevó a los niños al colegio. Se le envió un burofax al juez y al abogado explicando la situación y diciéndole que habían empezado un procedimiento para evitarle a los menores un perjuicio inminente y grave".
Entiende la defensa de Cristina que la base del forense era un copia y pega. "En vez de hablar de los menores, habla de una persona mayor en una residencia, que puede contagiar a otros, y por eso se recomienda la vacuna".
Gómez entiende que el especialista, en su escrito, "evita hacer referencia a que la vacuna no está aprobada, tiene una autorización de emergencia; que no se han valorado los efectos a medio y largo plazo, porque no ha dado tiempo".
Asimismo, arguye que el forense omite una "base de datos de reacciones adversas de medicamentos, que la conocen los médicos", en la que "hay tres millones de casos notificados graves. Graves, no estamos hablando de que me duele el brazo. Eso el forense no puede obviarlo".
Continúa explicando que "el forense lleva a error a su señoría y su señoría luego no quiere revisar su error". Y esto es lo que piensa que ha llevado a la madre a llevarse a los niños.
"Cristina dice: pues ya está, no puedo confiar en el sistema y cuando todo se aclare me imagino que ya aparecerá, cuando sea más evidente el tema de las vacunas, que son tóxicas, se pare la campaña de vacunación... Supongo que ella aparecerá".
El abogado, tal y como se ha expuesto anteriormente, cree que hay tres maneras en las que la madre podría truncar su huída. Las ya expuestas, "o si el padre se comprometiese a no vacunar a los niños, imagino que ella aparecería".
No obstante, Gómez piensa que todo se solucionará pronto. Su argumento es global, y no está focalizado en el caso.
—¿Por qué cree que aparecerá antes?
—Porque yo creo que la vacunación la van a parar, hay gente que tiene efectos muy graves. Tengo clientes con miocarditis, con inflamación de corazón, fastidiados, tocados de por vida, y, claro, todo esto aunque no salga en la tele está ocurriendo en las calles, ¿sabes? Va a llegar un momento en el que se pare. No sólo los futbolistas están con estas arritmias que se caen al suelo, como el caso del Kun Agüero, es que está pasando con muchísimos famosos, pero este tema se silencia. Cuando empiecen a caer los niños, yo creo que el pueblo se va a echar a las calles. El otro día a un chaval de 6 años le dio una arritmia y se murió en Ubrique. Eso es lo que dicen los medios: muere la gente, pero no dicen de qué. Estaban diciendo los medios que de cada 20 pacientes que mueren por Covid, 100 no se saben de qué mueren. Pues hagan autopsias, señores. Es algo muy grave. Ojalá no fuera así, pero es la puta realidad.
El proceso judicial
Sea como fuere, el caso acabará en los tribunales, tal y como ocurrió con Juana Rivas. El letrado piensa que "le llamarán a declarar", pero que la acción de Cristina no se corresponde con la acción tipificada en el artículo 225 Bis del Código Penal.
El mismo establece que "el progenitor que sin causa justificada para ello sustrajere a su hijo menor será castigado con la pena de prisión de dos a cuatro años e inhabilitación especial para el ejercicio del derecho de patria potestad por tiempo de cuatro a diez años".
Esto es lo que el letrado defenderá, precisamente: que su representada sí tiene una causa justificada para hacer lo que ha hecho. Si está cogida con pinzas o no la argumentación, tendrá que decidirlo un juez. Sin embargo, Gómez entiende que Cristina Mariscal tiene "una causa justificada", que avisó de lo que haría y que está "protegiendo a sus hijos".
"Si no protegiese a sus hijos, quizás podría cometer otro delito, el 226 del Código Penal", apunta el abogado. Se refiere a un artículo que castiga a quienes dejen de cumplir "los deberes legales de asistencia inherentes a la patria potestad, tutela, guarda o acogimiento familiar o de prestar la asistencia necesaria legalmente establecida para el sustento de sus descendientes, ascendientes o cónyuge, que se hallen necesitados".
—Es decir, cree usted que sería más factible que le imputaran por la comisión de ese delito que por uno de sustracción de menores.
—Si se hace público que las vacunas son tóxicas y, a pesar de que su madre lo sabe, permite que sus hijos sean vacunados… Si la denuncia es en un futuro, más adelante... Ahora mismo eso no prosperaría, pero más adelante ya podría ser condenada por eso. En el momento en el que sea público y notorio que las vacunas son peligrosas y que ella lo sabía, y que aún así permitió que se vacunase a los niños, a ella la podrían imputar por el 226. Ahora mismo sólo por el 225, pero insisto en que dice el progenitor que “sin causa justificada para ello” sustrajera a un menor.
Las similitudes con el caso de Juana Rivas son patentes. "No lo conozco", dice Gómez. "Ella hablaba de maltrato de sus hijos, pero no fue capaz de demostrarlo judicialmente. Por eso creo que la condenaron".
Sin embargo, cree que su representada gozaría de una eximente: "La de necesidad del artículo 25 del Código Penal".
Lo explica de manera pormenorizada. "Si trato de evitar que mis niños puedan sufrir lesiones de un 147 o morir, de un 148, y cometo un delito del 225, pues estoy cometiendo un delito inferior, con lo cual estaría exenta de pena. Pero eso se verá en un proceso judicial, e imagino que ella no tendrá ningún problema en dar la cara a futuro, lógicamente".
—Para usted, supongo, será complicada la defensa de ese estado de necesidad sin tener ella unos conocimientos científicos.
—Esto depende de las creencias de una persona. Aquí el Derecho Penal…
—Por eso lo digo, probar una creencia...
—Está probado porque ella envió un burofax. Ella está actuando por una causa justificada para ella. Ahora mismo, la ciencia oficial no está de acuerdo con ello. Quizás más adelante sí, pero yo entiendo que es irrelevante que la Ciencia le dé o no la razón a ella. Porque ella entiende que eso es lo que tiene que hacer. Esto se entiende desde el punto de vista de la creencia de una persona, no lo que diga la Ciencia.
—O sea, que no tendría nada que ver lo que diga la Ciencia.
—Hombre, es importante. Si luego le da la razón pues es un plus a su favor, evidentemente. La Ciencia, bueno, cuando hay un consenso social determinado. Cada vez hay un mayor consenso social que no está de acuerdo con ciertos parámetros oficiales. La Ciencia dice que no hay evidencias de que el Ozono cure si no se hace un estudio clínico, pero yo llevé un caso en Castellón donde se hizo y el paciente se salvó. Y el paciente iba a ser conectado a un pulmón artificial, y los que se conectan mueren 9 de cada 10. Oficialmente no hay evidencias, pero cada vez hay más gente que pide el ozono.
El sufrimiento de David Kau
David Kau tenía que pasar la Nochebuena con sus hijos, pero no lo hizo. El padre de los pequeños Hugo y David está pasando unos momentos muy difíciles. El abogado de su exmujer asegura, según su opinión particular, que "si mañana se compromete el padre a no vacunarlos, Cristina no tendría problema en aparecer".
La versión de José Javier Toucedo, abogado de David Kau, es completamente contraria a la de su homólogo. "El padre quería vacunar a los niños del tétano y la rubeola. Lo que pasa que el abogado de la madre ha cambiado el discurso ahora. Pero el problema inicial era un procedimiento en el que se negaba a todo tipo de vacunas".
Las esperanzas de José Javier Toucedo y David Kau están puestas en la investigación policial. Se piensa que los niños podrían estar junto a su madre en un país extranjero, donde el novio actual de ella tendría negocios.
Lo más llamativo de la situación es que la madre haya impedido ver a sus hijos al padre desde el pasado 4 de noviembre, sin que haya habido una actuación hasta pasado el 16 de diciembre. Toucedo no quiere hablar de negligencia, pero sí de "inacción" y "desidia" por parte de los tribunales.
"Menos al archivo de Indias, hemos llamado a todos lados para que fueran a por los niños a Jerez. Y nadie ha ido, hasta que los niños han desaparecido de Jerez", se queja Toucedo amargamente, al que le han llegado a decir en los juzgados durante el mes de noviembre que la causa se archivaría. "Si llega a ser el padre, al día siguiente están los GEOS en la puerta".
Toucedo recuerda que su defendido tiene la patria potestad exclusiva temporalmente y peleará la definitiva. "El juzgado de familia ha sido el más diligente, pero la patria potestad de unos menores y la custodia sin unos menores...".
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