Lunes, 31 de enero. Andrés Jesús Maganzón va caminando por las calles de Jerez de la Frontera, en concreto por el barrio conocido como Estancia Barrera, para ir en busca de su primo. Escucha música en sus cascos y va cantando y bailando. Es un chaval simpático, 19 años, tiene discapacidad intelectual. De repente, un tipo se le acerca. Le dice de malas formas que se calle que va a despertar a su hija, le hace buylling y, junto a otros secuaces, le da una brutal paliza: le tienen que operar de un ojo, del que pierde visión, e intervenirle de la mandíbula.
Ha pasado poco más de una semana de aquello y Andrés continúa hospitalizado. No está siquiera en Jerez, sino en el Hospital Puerta del Mar de Cádiz, debido a los graves daños causados por quienes le atacaron.
Por el momento, su estado de salud va mejorando, aunque tiene ataques constantes de pánico. Está nervioso. Ni siquiera quiere salir del hospital, porque se siente inseguro. Sus familiares le tranquilizan, puede volver a Jerez, ellos le acompañarán.
La familia, aseguran ellos mismos en medios locales y regionales, está recibiendo amenazas de quienes le pegaron para que no denuncien. De cualquier forma, la policía ya está investigando el caso y ha detenido a cuatro individuos —todos ellos mayores de edad— como presuntos autores de los hechos. Su hermana, con un bebé lactante, lo está pasando bastante mal a causa de todo el revuelo. La abuela y la madre de Andrés sólo piden justicia. "Me han marcado de por vida a mi niño", afirman ante los medios.
"Fueron unos moros"
La familia de Andrés rememora aquel día constantemente ante los medios de comunicación que dan difusión al caso. Cuando Raquel, madre del joven, atiende a EL ESPAÑOL está hastiada, sobrepasada por todo lo ocurrido.
El joven jerezano salió a las 15.45 horas de su casa en busca de su primo el pasado lunes. Iban a casa de la hermana de Andrés, a ver sus sobrinos pequeños.
Una hora más tarde, su primo hizo el camino a la inversa. Andrés no había llegado a su casa. La madre comenzó a llamarle, pero no le cogía el móvil. Según contó la progenitora en medios locales, fue a su hermana a quien le respondió: "Saray, me han dado una paliza".
Raquel fue entonces a recoger a su hijo y lo llevó al hospital. Allí le hicieron una placa y le dijeron que no tenía nada roto. Todo parecía normal, pero Andrés empeoraba con el paso de las horas.
A la mañana siguiente, tocaba ir a comisaría a denunciar. Lo primero que contó el joven es que fueron "unos moros" quienes le habían pegado en la zona de Madre de Dios, cuyos límites se difuminan con el barrio donde le golpearon. Nada más lejos de la realidad.
Su madre insistía en que le contara todo lo que ocurrió y descubrió la verdad. La primera versión corría a cargo de los propios agresores: cuatro españoles. Le habían dicho a Andrés lo que tenía que decir o volverían a por él. El joven tenía miedo y por eso contó aquello, pero al final se llenó de valor.
Mientras tanto, la salud de Andrés empeoraba. La Policía aconsejó a la madre que le llevara al hospital. Y una vez allí, ella pidió un TAC. Aunque los médicos no andaban por la labor, según la progenitora, finalmente se le realizó la prueba. Lo siguiente fue una llamada al Hospital Puerta del Mar de Cádiz: el joven tenía que ingresar de urgencia allí el día siguiente por la mañana.
Le operaron del ojo y, mientras su salud mejora, esperan otra intervención en la mandíbula. Esta segunda se hará una vez que Andrés esté mejor. Y, mientras, la Policía sigue buscando a los agresores.
Lo ocurrido
Andrés iba por la calle cantando, con los cascos puestos. Iba en busca de su prima, pero se cruzó en el camino de varios malhechores. Un individuo le dijo que se callara, que le iba a despertar a su hija. A partir de aquí, la narración se vuelve trágica.
Jerez Televisión hace viral un vídeo con la versión de los hechos contada por la madre.
"Lo acorralaron subiendo la cuestecita en una plazoletita muy pequeña. Allí estuvieron metiéndole (puñetazos), le sacaron un cuchillo y fue una brutal paliza. Alguien les gritó viene la policía y lo dejaron. Se acercó un chaval y empezó a reanimar a mi hijo. Pero como era mentira que venía la policía, la familia de los individuos, al ver que reaccionó Andrés, le dieron unas gafas, los sinvergüenzas, para que no dijeran que se las habían partido", narra Raquel, que se rompe durante el relato.
La familia pide justicia. "Lo que le han hecho en la cara, que se pague. Cómo han abusado de un niño, esa paliza tan grande y el socorrerlo… Tanto por los individuos como la familia, porque algunas familias estaban metidas en esto. Ni a un animal se le hacen estas cosas", dice Raquel en un vídeo viral que corre como la pólvora de Jerez TV.
Buscando a los agresores
La madre de Andrés Jesús Maganzón habla con EL ESPAÑOL en la tarde de ayer. Asegura que su hijo está mejor y que la policía, a la que está muy agradecida por la labor realizada, está investigando lo sucedido. "Me gustaría que los que hicieron esto ya estuvieran en prisión, pero hay que esperar a que los agentes hagan su trabajo".
La Policía Nacional detuvo este martes por la tarde a cuatro hombres mayores de edad como presuntos autores de los hechos.
Todos los estamentos de Jerez están con Andrés. Francisco Zuasti, edil no adscrito al Ayuntamiento, ha denunciado lo ocurrido. "Tenemos que parar esto".
El concejal, que el pasado 27 de enero tomó cargo como el primero con una gran discapacidad en el Ayuntamiento de Jerez, piensa que lo ocurrido "pone de manifiesto el acoso y casos de bullying que sufren las personas con discapacidad".
"No es un caso aislado", apunta. Según recoge un informe de la Fundación ONCE y el CERMI, alrededor del 80% de los jóvenes con discapacidad ha sufrido alguna vez bullying. El mismo refleja que un 32,7% de los alumnos asegura sentirse siempre aislado, rechazado o excluido por el resto de los compañeros. 27,5% confiesa haber sido objeto de burlas constantes.