La Guardia Civil se ha trasladado de nuevo este martes al lugar en el que fue hallado el pasado sábado el cuerpo sin vida de Esther López para buscar más pistas en esa zona de Traspinedo (Valladolid). La muerte de esta mujer de 35 años sigue rodeada de misterios, si bien la autopsia ha revelado que su muerte no fue natural y que su cuerpo presentaba traumatismos internos. Asimismo, la zona donde apareció su cuerpo ya había sido batida por los servicios de búsqueda, por lo que la única explicación posible es que alguien colocara allí su cuerpo sin vida en las horas previas a su hallazgo.
Los signos de violencia en el cuerpo de Esther no eran evidentes e hizo falta un TAC para revelar esos traumatismos. La autopsia todavía puede revelar más datos, ya que está siendo anormalmente larga para los cuatro forenses que trabajan en ella. Así pues, las tres hipótesis posibles son que recibiera golpes de una tercera persona, que fuera atropellada o que sufriera una caída.
La hipótesis de que recibiera una paliza, como tal, es poco probable ya que eso hubiera dejado marcas visibles en el cuerpo de la mujer, pero los forenses no descartan que recibiera golpes contundentes en sitios concretos del tronco. Eso no descarta la opción de otra persona implicada.
La conclusión de la muerte violenta de Esther ya fue avanzada ayer por la delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Victoria Rosell, y también por el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien garantizó que la muerte de Esther "no quedará impune", dando a entender, efectivamente, que el fallecimiento de la mujer fue provocado.
Una vez concluya la necropsia, las muestras halladas por los forenses serán remitidas al Instituto Nacional de Toxicología, en Madrid, para su análisis y elaboración de las conclusiones definitivas.
El único detenido
Ramón el Manitas sigue siendo el único detenido por este caso. En la noche del pasado 22 de enero fue arrestado por la Guardia Civil en Traspinedo, pero seis días después quedó en libertad tras prorrogarse 72 horas más su detención.
Los investigadores del Equipo Central de Investigaciones Oculares llevaron a cabo un minucioso registro de su vivienda, en la urbanización Cañada Real y no hallaron indicios que pudieran probar su implicación en la muerte de la joven. No obstante, el Manitas tiene la obligación de comparecer todos los días, no puede salir de España y debe comunicar cualquier cambio de domicilio.
Fue el pasado 12 de enero cuando se perdió la pista de Esther en la zona cercana al cruce de La Maña, a las afueras del municipio vallisoletano. Cinco días después, sus padres denunciaron ante la Guardia Civil la desaparición y todo el pueblo se volcó en encontrar a la joven con vida.
A partir de ese momento se organizaron batidas vecinales para tratar de encontrar cualquier pista o indicio que dieran con su paradero. Hasta el municipio se desplazaron helicópteros, drones, el Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) y Unidades Caninas, entre otros medios, que han rastreado cada palmo del terreno, así como del río Duero y pozos cercanos a la zona.
En la última de las batidas, la del pasado domingo 30 de enero, alrededor de 600 personas recorrieron el pinar cercano a la N-122 y las dos orillas del río Duero, en el entorno de La Maña. Pero tampoco se halló ninguna pista que arrojara luz a esta desaparición.
En la mañana del pasado sábado el caso dio un inesperado giro. Un vecino que paseaba por la carretera de acceso a Traspinedo sobre las 10:30 horas alertó a la Guardia Civil de que "había encontrado algo extraño" cerca de la cuneta. Desde el primer momento, el coronel Miguel Recio, a cargo de la investigación indicó que se trataba del cadáver de una mujer "compatible en un porcentaje muy elevado".
El cuerpo estaba en superficie y en una zona a la vista y de fácil acceso. A las 17:30 horas la autoridad judicial confirmó que se trataba del cuerpo de Esther López, un hallazgo que puso punto y final a las ya mínimas esperanzas de encontrar con vida a la mujer 24 días después de su desaparición.
Llevaba la misma ropa del día que desapareció, con el abrigo puesto, y con sus pertenencias personales, incluido el teléfono móvil, aunque se desconoce si se le acabó la batería o por el contrario lo apagaron. Unas extrañas circunstancias que llevan a mantener abiertas todas las líneas de investigación.
Sin embargo, la aparición del cadáver de Esther en una zona de paso y tan visible ha dejado aún más incógnitas. Y es que los vecinos aseguran que “es imposible que estuviera ahí desde el primer día incluso desde el día antes, porque por ahí pasan a diario vecinos paseando, ciclistas, senderistas…”.
Los vecinos no dudan de que el cuerpo fue trasladado hasta ese lugar la noche anterior. Esa carretera que une el cruce de La Maña hacia Traspinedo, a unos tres kilómetros de la entrada del pueblo, es una zona de paso y además ha sido peinada por helicópteros de la Guardia Civil y drones, entre otros dispositivos durante los 24 incesantes días de búsqueda. El informe final de la autopsia determinará con exactitud las circunstancias que rodean a esta muerte.