Catedral de Mallorca.

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Merlinda, la cubana que ataca a los curas en Palma para "poner orden": 35 denuncias y 12 arrestos

La mujer, de 49 años, ataca a los religiosos gritando blasfemias como "a ti te voy a crucificar. Vas a ir con Dios".

15 abril, 2022 04:53

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Merlinda Moreno no puede acercarse a un cura por varias razones. La primera es porque tiene cuatro órdenes de alejamiento de iglesias en Palma de Mallorca, donde reside esta cubana de 49 años. La segunda es que los odia.

Desde que volase de una isla del caribe a otra en pleno Mediterráneo, Merlinda acumula 35 denuncias y más de 10 detenciones durante los últimos años por increpar y atacar a sacerdotes en Palma. También ha sido detenida en múltiples ocasiones.

Una de ellas ocurrió el pasado 27 de diciembre cuando golpeó al rector de la iglesia de Sant Miquel. “A ti te voy a crucificar. Vas a ir con Dios”, le gritó. Horas más tarde volvió para atacar, esta vez, al sacristán de esa misma iglesia.

Antes de esa detención ya avisó de que iba a volver a atacar. Durante el mes de noviembre había llevado a cabo por lo menos otros cuatro ataques violentos contra religiosos en Palma. Esos que se tengan registros.

Entres sus grandes hitos está el haber sido capaz de entrar de sopetón en el Palacio Episcopal para insultar al obispo y justifica sus acciones diciendo que obra de esta manera para “poner orden” en los espacios sagrados.

Después del 27 de diciembre fue detenida una vez más. Fue el domingo 16 de enero. En aquella ocasión fue por romper la orden judicial que la obliga a permanecer a más de 200 metros de la iglesia de Snat Sebastià. La mujer fue sorprendida por los agentes de la Policía dentro de un edificio de la avenida Argentina. Los vecinos explicaron entonces que no era la primera vez que provocaba altercados.

"Fijación enfermiza"

Merlinda tiene una “fijación enfermiza” con todo lo que envuelve a la Iglesia católica, según la Sección Segunda de la Audiencia de Palma, que en febrero ordenó en un auto su ingreso en prisión por sus constantes ataques a sacerdotes.

Aunque no se puede estar muy seguro de lo que cuenta Merlinda, esta es su historia. Llegó a Mallorca en 2015 y vive sola con su perro, según lo que ella mismo contó a los médicos forenses que la han atendido más de una vez. Asegura ser ingeniera, con estudios, además de artista. Antes de llegar a la isla vivió en Madrid y Roma.

Según se cuenta en la Diócesis de Palma, su obsesión con los religiosos data de 2017. Fue entonces cuando empezó a insultar, hostigar, atacar, perseguir e increpar a los distintos sacerdotes de las iglesias.

Entraba en las misas gritando, rompía los carteles de las campañas religiosas de los templos, amenazaba a los feligreses, insultaba a todo dios… Nadie se explicaba a qué se debía ese comportamiento tan impulsivo. Y tan de repente.

Área de Psiquiatría

Estos hechos ocurrieron tras la salida de Merlinda del área de Psiquiatría del hospital de Son Espases, tras pasar por un examen forense en los juzgados de Vía Alemania de Palma. Allí lleva desde finales del año pasado.

Un médico forense, tras examinarla, llegó a la conclusión de que sufría un trastorno delirante crónico. Habla de manera muy rápida, tiene verborrea agresiva y le da igual lo que le digan las personas que la rodean, no les presta atención. No razona. Dictaminó que Merlinda que no tiene capacidad para comprender el alcance de sus actos y que no sabe por qué la detienen o la investigan.

“Esta señora no está bien”, llegó a decir un párroco al medio local Última Hora. Entre los párrocos hay disparidad de opiniones, unos quieren que se la ingrese para que se pueda recuperar y otros esperan que el asunto “se trate el tema como un delito contra los sentimientos religiosos y lesiones”.

En prisión

Desde hace dos meses a Merlinda no se la ve por las calles. Ya no se oyen sus gritos ni ha interrumpido ninguna eucaristía. Esta semana santa los curas han estado tranquilos, más allá del gentío propio de estos días con dos años de pandemia por medio.

Y es que a Merlinda la ingresaron en prisión el pasado 9 de febrero. La Fiscalía escuchó a los curas que pedían que fuese procesada por delitos contra los sentimientos religiosos, Presentó un recurso para que ingresase en la cárcel y la Audiencia de Palma lo estimó.

Semanas antes había recibido el alta de la Unidad de Psiquiatría del Son Espases. Estaba en libertad y fuera de control. Entre que salió de un sitio y entró en otro, Merlinda se coló en una iglesia, la de Sant Sebastià, a pesar de tener una orden judicial que le impedía acercarse al templo. Allí soliviantó a los feligreses haciendo referencias al demonio. Tras agredir al sacerdote, se bajó el pantalón y orinó sobre el felpudo de la sacristía.

La última fechoría de Merlinda, antes de ingresar en prisión, se produjo un día después del incidente en Sant Sebastià. Agentes de la policía Nacional la localizaron junto a la iglesia de Sant Felip Neri, de donde también tenía una orden de alejamiento de 500 metros. Fue arrestada de nuevo y por la mañana pasó a disposición judicial, en Vía Alemania.