Como pasó con el resto de sectores en España con la llegada de la pandemia, el mundo del toro sufrió una importante estocada. Sin embargo, la llegada del 2021 supuso todo un respiro, celebrándose 824 festejos taurinos como corridas, novilladas, rejones o becerradas. Un número que supuso un aumento del 538,8% respecto al año anterior, pero un descenso del 42% en comparación con el año 2019.
Se trata de espectáculos que requieren de grandes inversiones económicas para su celebración, aunque también suelen tener un retorno de las mismas características. Pero, ¿de qué cifras hablamos? ¿Cómo se financian estos festejos?
La tauromaquia fue declarada Patrimonio Cultural por el gobierno de España en el año 2013. A pesar de este hecho, y de la gran cantidad de festejos taurinos que se programan a lo largo y ancho de todo el territor, desde el Ministerio de Cultura aseguran que solo se destinan dos partidas presupuestarias a esta disciplina: 30.000 € para el premio Nacional de Tauromaquía, y otros 35.000€ como subvención a la Fundación del Toro de Lidia para la recopilación y difusión en el entorno digital del conocimiento sobre el mundo taurino. El resto de inyecciones económicas y subvenciones dedicadas al mundo del toro dependen de las autonomías.
Desde EL ESPAÑOL, hemos intentado consultar diferentes y variadas fuentes nacionales y autonómicas buscando cifras concretas que aclarasen cuánto dinero destina cada comunidad autónoma a la realización de festejos taurinos o a la difusión de la tauromaquía, pero nos hemos encontrado con una gran opacidad a la hora de responder estas cuestiones, lo cual resulta relevante, pues se trata de datos públicos que deberían estar al alcance de todos los ciudadanos. Aun así, vamos a intentar arrojar algo de luz sobre algunas de ellos.
Madrid
La Comunidad de Madrid es, con diferencia, quien más dinero destino a los toros en sus presupuestos. Entre 2020 y 2021, Isabel Díaz Ayuso ha gastado 15.827.652 euros, según los presupuestos, además con un montante reforzado por otros 7,5 millones para este 2022. Es decir, en dos años, se ha hecho la misma inversión que en los anteriores ocho. Además, a finales del año pasado, se anunció una nueva línea de ayudas para los ganaderos de reses bravas por valor de tres millones de euros. Una partida que se suma a los más de cuatro millones fijados en los presupuestos para este sector.
En esa partida, se supone incluido el Centro de Asuntos Taurinos. Se supone, puesto que desde EL ESPAÑOL no hemos recibido los datos solicitados al propio CAT o a la Presidencia de la Comunidad de Madrid. El Centro de Asuntos Taurinos es un órgano de gestión adscrito a la Consejería de Presidencia, Justicia e Interior —dirigido por el torero Miguel Abellán— que cuenta con un presupuesto de 3,01 millones de euros para este 2022, un gasto que supone el 0,02% del presupuesto total de la Comunidad de Madrid y un 2,31% de la partida de Cultura.
Este órgano es el encargado de la explotación de la plaza de toros de Las Ventas, que actualmente se encuentra en concurso público para elegir gestor. El contrato -o pliego- impone un alquiler al ganador de entre 675.000 y 975.000 euros y el CAT solo tiene la obligación de pagar el IBI y el seguro de incendios. Todo lo demás corre a cargo de la empresa que gane el concurso, incluida la remodelación de la enfermería, la Escuela Taurina José Cubero Yiyo y las otras cinco escuelas de la Comunidad.
En la capital acaba de celebrarse la Feria de San Isidro, una cita ineludible para los aficionados y en la que que, según las últimas declaraciones de Manuel Abellán en Telemadrid, suelen meter “una media de 20.000 espectadores”, no habiendo ningún “espectáculo deportivo o cultural que pueda competir” con este evento.
Era durante esas mismas declaraciones donde el torero también se quejaba del abandono, por parte del gobierno central, al mundo del toro durante la pandemia, alabando. No obstante, la labor de la Comunidad de Madrid.
Otras comunidades
Durante 2021, las Comunidades Autónomas con mayor actividad taurina fueron Castilla-La Mancha, seguida de Castilla y León, Andalucía y Madrid. Desde el gobierno regional de Castilla La Mancha nos informan de que, a pesar de la gran cantidad de festejos relacionados con la tauromaquia que suelen tener programados, no destinan dinero a esta práctica de forma directa. Tampoco lo hicieron durante la pandemia, cuando muchas comunidades destinaron una partida extra. Fue entonces cuando su presidente, Emiliano García Page, anunció que apoyarían como se venía haciendo hasta la fecha, “a través de la televisión autonómica CMMEDIA, que es la que decide qué porcentaje destina a la promoción de las corridas”.
Por su parte, desde la Consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León, nos confirman que sí han aportado “medios económicos a través de subvenciones a la Fundación del Toro de Lidia para el desarrollo de las tres ediciones del Certamen de Novilladas de Castilla y León de los años 2020, 2021 y 2022”. Pero lo cierto es que no concretan a EL ESPAÑOL la cifra exacta.
En Andalucía, conceden una subvención de carácter excepcional a la Asociación Andaluza de Escuelas Taurinas Pedro Romero por un importe de 230.000 euros, además de los 172.5000 € que dan a la Fundación Toro de Lidia. A estas sumas se le añade el Plan Estratégico Especial de Subvenciones a las explotaciones de cría de ganado bravo de Andalucía por un total de cuatro millones de euros incluyendo la partida de 2021 y 2022. Sin olvidarnos de otros contratos menores gestionados por la presidencia para fomentar y promocionar la tauromaquia, que rondan los 6.000 euros.
En Extremadura, desde la Consejería de Agricultura confirman a EL ESPAÑOL su dato: 86.000 euros es la cantidad que aportan anualmente a la tauromaquia. 43.000 van destinados a ayuntamientos; y el resto, a peñas y asociaciones. La finalidad de esta subvención es la difusión de la cultura taurina, mediante charlas, exposiciones de fotografía, libros, revistas o jornadas de información. Además, los municipios y las peñas taurinas aprovechan las subvenciones para acompañar a las actividades que organizan en los municipios (festejos populares, tradicionales y mayores, clases prácticas, bolsines...).
En Navarra, los Ayuntamientos de la región gestionan los festejos taurinos. En el caso de Pamplona y la Feria del Toro de San Fermín, es la Casa de Misericordia la encargada de la gestión, así como la propietaria de la plaza de toros. Se trata de una fundación sin ánimo de lucro fundada por el ayuntamiento de Pamplona, y cuyo presidente es, precisamente, el propio alcalde. El 30% de su presupuesto es recaudado anualmente en la Feria del Toro, en la que invierten, aproximadamente y según fuentes de la propia fundación, tres millones y medio de euros.
Situación actual
Una vez conocidos los montantes que algunas de las principales comunidades autónomas de nuestro país destinan a la tauromaquia, desde la Fundación del Toro de Lidia se defienden. Según ellos, la mayor parte de las ayudas que recibe la tauromaquia no pueden considerarse subvenciones, y nos ponen ejemplos: “Cuando una institución patrocina o fomenta económicamente una escuela taurina, ¿es un fomento a la tauromaquia o está invirtiendo en educación? (…) Pongamos que a nivel municipal, hay un ayuntamiento que durante sus fiestas programa toros. Por parte del abolicionismo taurino se ha querido considerar subvención, pero no se puede considerar así. Si va una orquesta a la verbena, no lo podríamos considerar como subvención a la música. Tampoco al teatro si hay una obra donde presupuestariamente participa el ayuntamiento“.
Chapu Apaolaza, portavoz de la Fundación Toro de Lidia, afirma que desde el organismo tienen claro que a los españoles no solo no les cuesta dinero la tauromaquia, sino que además reciben un retorno. “Es que no les cuesta. Que haya personas que no quieran que se programen desde los ayuntamientos e instituciones ninguna corrida de toros porque excede su sensibilidad o sus criterios, plantea un debate muy interesante, porque nos podríamos imaginar qué sucedería si la gente se viera posibilitada a impedir que los ayuntamientos o las diputaciones y ministerios programaran algo que a ellos les molestara de alguna manera”.
Desde este mismo organismo, comparan la tauromaquia con la industria del cine: “En este país hay un debate sobre las subvenciones culturales pero, ¿cuál es la razón por la que se fomenta tanto el cine? Que nos parece muy bien que se fomente, pero… ¿Por qué no se subvenciona de la misma manera la tauromaquia? Alguien tiene que responder a eso, pero todas las respuestas que obtenemos a primera vista son bastante preocupantes, en la medida en la que el gusto o las posiciones políticas de determinados partidos afectan a qué parte de la cultura se subvenciona y cuál no".
Desde el otro lado totalmente opuesto, el argumento es el contrario. Desde la Asociación Nacional para la Defensa de los Animales (ANDA) tienen claro que la realidad es otra: “Aparte del sufrimiento que genera a los animales la tauromaquia, que es claramente un maltrato animal generalizado, llevamos años explicando que en esta disciplina viven de subvenciones. Las ayudas provienen de la política agraria común, del programa CREA del Ministerio de Cultura, del Ministerio de Agricultura, las Comunidades Autónomas y las diputaciones. Existen estudios que calculan las subvenciones publicas a la tauromaquia en alrededor de los 500 millones al año, sumando los procedentes de Europa y España”.
Como decíamos, cuesta encontrar datos actualizados sobre inversiones, retornos e incluso adeptos a la tauromaquia, por no hablar de la asistencia a las plazas. Entendemos que la pandemia también ha tenido que ver, pero lo cierto es que los más recientes son de 2019, cuando varios estudios afirmaban que el número de corridas celebradas se habían rebajado un 50%, con una caída de asistencia al 8%, la proporción más baja de los últimos 13 años.
La caída de celebraciones en este 2022 también es evidente, lo que sigue confirmando la crisis del sector. Desde ANDA lo tienen claro: “Ahora mismo, invertir en la tauromaquia, es como invertir en máquinas de escribir”. Insisten en no dejar en el desamparo a las familias ganaderas que viven de esta actividad, a través de un “plan de reconversión basado en actividades no cruentas, y que estén relacionadas con la cultura para que puedan tener un futuro”. E insisten: “Sin las subvenciones de las autonomías, la tauromaquia está destinada a desaparecer”.