A finales de mayo, el calor ya aprieta en Granada. A pesar de ello, la calle empedrada se encuentra abarrotada de turistas. Estamos en el barrio del Albayzín, lugar donde confluyen la cultura contemporánea y la herencia nazarí de la ciudad; los negocios de siempre y aquellos que venden a los miles de turistas un recuerdo andalusí. Después de que un grupo de foráneos haya prestado atención a un guía frente a una pequeña puerta marrón de mal aspecto, la figura de una mujer con un carro de la compra se erige en protagonista. Junto a la entrada, dice en un tono tranquilo: "Rubio. Rubio...".
El rubio es Gregor, un esloveno de ojos azules, estatura mediana y una edad entre los 35 y los 40 años. Él abre, ella le da una especie de fiambrera con comida y, tras el agradecimiento y un pequeño intercambio de palabras, ella se marcha calle abajo.
Hace más de una década que llegó al Albayzín. Como tantos otros, okupó una casa y desde entonces vive ahí. Los vecinos le tienen en alta estima. "Siempre tiene una sonrisa para todo el mundo. Se gana algo ayudando a los bares de la plaza y no molesta. Por las noches, además, está pendiente cuando cierro tarde", cuenta Chari, cuya tienda colinda con la casa de Gregor. Él prefiere estar tranquilo en casa y rechaza hablar con los reporteros con una amable sonrisa, a pesar de que habla el español "mejor que tú y que yo", según los vecinos.
El fenómeno de la Okupación en el Albayzín no es algo novedoso. Como Gregor, muchos llegaron al emblemático barrio nazarí hace ya dos décadas para vivir en la localidad. La mayoría de viviendas okupadas son de herederos que no se ponen de acuerdo a la hora de vender o alquilar las viviendas y acaban por abandonarlas.
Donde más okupación hay es en el cerro de las cuevas. Allí, muchos se han establecido en un terreno municipal, en medio del monte, y hay todo tipo de viviendas. Algunas, incluso, con paneles solares.
Sin embargo, la okupación ha traído algunos problemas al barrio últimamente. "En realidad, lo que nos preocupa es la delincuencia que trae aparejada de un tiempo a esta parte. Lo otro es el propietario quien tiene hacer la denuncia", comentan desde la asociación de vecinos. "Es un problema básico de seguridad".
Un incendio y muchas dudas
Los vecinos saben que hay okupación en el barrio, pero no todos lo ven como un problema. No sienten que la delincuencia haya aumentado en los últimos tiempos. Es el caso de José Gara, que conoce el caso de algunos okupas, "pero más allá de verlos borrachos alguna vez por aquí...". Otros vecinos, que no quieren dar su identidad, aseguran que los problemas son reales. "Sobre todo en la zona de las cuevas, lo están convirtiendo en favelas".
Dos incendios casi consecutivos han alentado a los que aseguran que la okupación en el barrio es un problema. En el número 7 de la calle Zenete, la Casa del Aire ha salido ardiendo hasta en dos ocasiones en menos de un mes.
Este edificio, construido en el siglo XVII, tiene ornamentos de valor histórico. Otrora fue una casa de vecinos, que acabó por comprar una inmobiliaria. En 2017, el último inquilino que la ocupaba legalmente se fue, tras denunciar públicamente algunas presiones por parte de la empresa propietaria. Era un señor de 60 años, ya jubilado, que quería seguir viviendo en el barrio.
Tras el desalojo, una okupación. Pero los nuevos inquilinos que llenaron el edificio fueron desahuciados. En abril, la historia se repitió: un desalojo, otra okupación.
El último habitante de esta morada provocó un fuego en el interior a finales de abril. A los pocos días volvió al lugar. La primera semana de mayo se volvió a fraguar otro incendio en el interior de un inmueble en ruinas.
Según Ideal, la Concejalía de Urbanismo y Obra Pública instó a la propiedad a que ejecute una serie de medidas para arreglar y asegurar el inmueble. Así dejará de ser un peligro para los vecinos, que ven cómo el inmueble se les puede venir encima en cualquier momento.
Desde la asociación de vecinos del Albayzín, tienen dudas sobre lo que ocurrirá. "Si no lo arreglan, el Ayuntamiento podría entrar de manera subsidiaria", apuntan antes de dejar claro su hastío: "Lo que más nos preocupa es que se utilice como guarida de los delincuentes".
Este periódico se puso en contacto con el Ayuntamiento y la Policía Local de Granada, pero no hubo respuesta alguna por parte de los estamentos implicados.
Las cuevas
Gitana si me quisieras
te compraría en Granada
la mejor cueva que hubiera
Ese tango popular resume lo que significan las cuevas en el Albayzín. Allí, en la zona más alta del lugar, se encuentran algunas viviendas cavadas en la propia tierra. Este es un terreno prácticamente yermo, con unas vistas envidiables de Granada y de la Alhambra; uno de los lugares con más altura de la ciudad.
Los dos reporteros de este periódico tienen en mente lo que les ha dicho una vecina cuando pasean por allí: "Lo están convirtiendo en favelas, hay menudeo de droga". Sin embargo, aquí todo es tranquilo. Se puede ver cómo algún hombre trabaja la tierra y a un par de turistas perdidos, buscando la mejor foto de la ciudad. También a otros que suben con sus perros y las compras. EL ESPAÑOL no fue testigo de que se estuviera convirtiendo aquello en una favela.
Aquí se pueden ver distintos tipos de 'casas' cavadas en la tierra. Son cuevas, claro está, en terreno municipal. Unas están más cuidadas que otras y sólo los que gusten de este tipo de vida podrían vivir aquí. Mientras los reporteros pasean por este lugar, los inquilinos de una casa están en su patio. En otro, la imagen recuerda al abuelo Frederik: un hombre en su huerto con su perro.
Cuando hablamos de cuevas y terreno yermo, muchos pueden pensar en pobreza. Sin embargo, aquí hay muchas 'viviendas' perfectamente cuidadas. Hay casas con huerto, vallado y hasta con placas solares. No les falta detalle. Y es que autoabastecerse aquí de alguna forma es fundamental, porque es complicado subir con las bolsas de la compra.
Desde la asociación de vecinos del Albayzín denuncian que ese es el problema: "El principal problema es que se han abierto muchísimas más cuevas de las que había. Podía haber entre 12 y 20 cuevas y ahora hay 70. Eso de infraviviendas nada, no están viviendo en la tierra porque no tienen donde vivir. Han puesto vallas... Ya están especulando con los propios terrenos usurpados. Se alquilan, se venden, hacen turismo cuevero. Entonces, esto cada vez se va haciendo más amplio y más difícil".
Sobre si estos okupas crean algún tipo de problemas de convivencia, desde la asociación de vecinos aseguran que hay distintos tipos de inquilinos. "Tienes varias comunidades distintas. Algunas crean problemas y otras no".
En el barrio es más complicada la okupación. Más aún en los últimos tiempos. Los vecinos se avisan entre ellos rápidamente si ven que la vivienda de algún conocido que no vive allí es okupada. El problema de la okupación en las calles del Albayzín no es enorme. Como muestra, aquí hay casas en venta que no han sido okupadas.
La delincuencia
Los representantes de la asociación de vecinos insisten en que no les preocupa la okupación, sino la delincuencia. "Es un problema básico de seguridad. Las casas pegan unas con otras y entran a través de casas habitadas. Hay un resquicio de ley que les permite estar campando a sus anchas mientras no les denuncie el propietario...".
Y aquí es difícil que los dueños reclamen lo suyo. Muchas de las casas abandonadas en el lugar son de herederos de segunda generación que, al estar tan repartida la posesión de la misma, no se ponen de acuerdo. Ahí queda la casa, sin que a nadie le interese.
La asociación de vecinos quiere, no obstante, que se haga un censo. El objetivo es el control de estos inmuebles y de quién está dentro. "Por ejemplo, el que mató al exconcejal estaba en una de estas casas okupadas, aunque lo pillaron luego en Realejo", asegura un miembro de la asociación de vecinos.
Se refiere al joven marroquí de 19 años que acabó con la vida de José Miguel Castillo Higueras, exconcejal de la capital nazarí.
De ahí parte la primera reclamación. "Hay que saber quién está ahí. Que se les identifique y no se sientan tan cómodos", exponen los vecinos. Pero no es la única: "Que obliguen a los propietarios a actuar. Aquí todos tenemos que pasar una inspección de la vivienda. Las que estén para tirarlas se tiran y dejan de ser un agujero para que no se meta nadie. Empezar a mover un tema. Son décadas lo que lleva ese problema".
La Oficina de Okupación de Granada, por su parte, no cree que haya habido un aumento de la okupación en el lugar. Recuerdan que la okupación es siempre una causa de un problema anterior y no el problema, además de explicar que en las cuevas de Granada y en el Albayzín, hay distintos modelos de okupas, tal y como han explicado anteriormente los vecinos: de los turistas europeos que quieren experimentar esta forma de vida a aquellos que buscan un lugar que habitar.
Desde esta organización social aseguran que en la actualidad la okupación no representa un problema para un barrio turístico. Tampoco evidencian una falta de inspección por parte de la policía, ni mucho menos. "Los servicios sociales han llegado a amenazar a algunos padres con arrebatarles a los menores si seguían viviendo aquí, a pesar de que habían adecuado sus casas".
Opinan que, en los últimos tiempos, el tema ha cobrado mayor importancia porque se han utilizado los casos mediáticos, como el de la Casa del Aire, para criminalizar todo tipo de okupaciones.