Sandías y melones a precio de oro: más caros que nunca pero cuestan menos de lo que dice Rufián
Las sandías están un 88% más caras que hace un año y los melones un 68%. A los agricultores no se les está pagando más por sus productos.
23 junio, 2022 02:47Noticias relacionadas
Ha llegado el verano. Y, con él, un acuciante calor que azota los cuatro costados de la Península Ibérica. Por ello, los consumidores de España recurren a alimentos fríos, frescos y cargados de agua con el fin de mantener una correcta hidratación. Así, las frutas de temporada, como la sandía o el melón, incrementan sus ventas durante el periodo estival, pero este año están a precio de oro. Estos frescos se han encarecido por diversas causas que han hecho que cuesten casi tres veces más que durante el mes de junio del año pasado.
Así lo acreditan los datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación que explican que la sandía vale un 88% más que en junio de 2021 y el melón cuesta un 68% más que hace un año. Esto se traduce en que el kilo de la sandía en los supermercados ronda los 1,50 euros y el del melón incluso llega o supera los 2 euros. O lo que es lo mismo, una sandía media de seis kilos y medio roza los 10 euros o un melón medio de tres kilos cuesta unos 6 euros. Refrescarse con estas frutas en verano, de este modo, se ha vuelto un auténtico lujo.
Esa subida de precios la ha querido criticar este miércoles Gabriel Rufián (ERC) durante la sesión de control del Congreso. “¿Sabe qué puede costar un melón en este país? Hoy, 13 euros. Una sandía, 12 euros”, le ha dicho al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. “¿Cómo cree que la gente puede llegar a comprar fruta en verano? Esto realmente les puede arrasar a ustedes y a nosotros. A cualquier Gobierno”, ha añadido a modo de aviso. No obstante, aunque la subida interanual del precio de las sandías y melones es del 88% y el 68%, respectivamente, raramente llegan a las cifras expuestas por el diputado independentista. Eso sí, que la sandía ronde los 10 euros y el melón los 6 euros en los supermercados es una realidad.
Qué vale un melón? pic.twitter.com/5UUnn5oCOz
— Gabriel Rufián (@gabrielrufian) June 22, 2022
“A mí se me cae la cara de vergüenza cada vez que voy al supermercado y veo esos precios. Pienso que la gente ahora sólo se compra un trocito los fines de semana para darse un capricho por lo que cuesta. Pero lo grave es que a los agricultores nos siguen pagando lo mismo. Hemos estado vendiendo el kilo en origen entre 20 y 42 céntimos, según la coyuntura, pero voy al supermercado más cercano a mi huerta, que está a cinco kilómetros, y veo que el precio se ha multiplicado”, explica a EL ESPAÑOL Inmaculada Idáñez, responsable de Igualdad y Mujer de COAG y presidenta de CERES.
Pero esta agricultura almeriense no ha sido la única que ha valorado los altos precios de las sandías y los melones de los supermercados. Sergio López, productor de sandía de Almería y responsable del Área Ecológica de COAG Almería, pese a reconocer que ha influido la extraña climatología que ha ocurrido en 2022 en la zona sureste de España, culpa a muchas superficies de los altos precios: “Esto se debe a una especulación comercial. El culpable está en las grandes plataformas de venta, los supermercados. Lo digo porque ha habido menos producción, pero tampoco han pagado mucho más a los agricultores”.
Una primavera lluviosa
“Esta primavera hemos tenido unas condiciones climáticas que no las recuerdan ni los más viejos del lugar. En marzo, abril y mayo ha llovido de media 300 litros por metro cuadrado, cuando la media solía ser de unos 70 u 80 litros. Que haya llovido en esos meses lo que suele llover en todo el año ha hecho que la insolación necesaria para el crecimiento de los melones haya bajado, al igual que la temperatura media, por lo que este año la cosecha esté siendo menor”, esgrime el agricultor Manuel Martín, perteneciente a Asaja Cartagena.
Además, este profesional murciano explica que una primavera lluviosa provoca otro efecto colateral que no ayuda al cultivo de las sandías y melones en el sureste español: “Las que más polinizan a las plantas del melón y la sandía son las abejas, pero las lluvias provocan que no se muevan tanto. En efecto, la polinización es menor y los rendimientos de la cosecha bajan”.
Sergio López, de COAG, se ha manifestado en estos mismos términos al argumentar que “las condiciones climáticas de este año han tenido que ver en la bajada de la producción”. “También la calima, que duró dos semanas, ha perjudicado a las cosechas, pero las lluvias torrenciales que se dieron en primavera, además, incrementaron plagas como la del pulgón, que en el caso de la sandía es una plaga limitante. Todo esto hace que haya bajado la producción dos kilos por metro cuadrado de media”, añade.
Por ello, por haber menos sandías y melones en origen, los precios se han incrementado durante junio, sobre todo al comenzar el mes. “Si hay poco producto y mucha demanda, el precio se dispara”, indica Inmaculada Idáñez, de COAG. “Pero desde la semana pasada ya están saliendo más, lo que provoca que los precios en origen vuelvan a estar entre los 20 ó 23 céntimos, pero a los agricultores no nos pagan más y el precio para el consumidor final sigue alto”, añade.
Agricultores mal pagados
La propia Inmaculada Idáñez, al igual que muchos agricultores, critica el “abuso” de los supermercados al pagarles tan poco por las sandías y melones y venderlas tan caras. “No hay derecho a que en cualquier supermercado un trozo de sandía valga igual que la sandía entera que nos compran. Nos pagan con precios de risa por un trabajo que hacemos muy bien porque nos preocupan los alimentos que come la gente”, añade.
Para su compañero de COAG, Sergio, habría otro problema que quiere reivindicar: “El supermercado atribuía los altos precios al gran coste en origen porque hasta hace unas semanas costaba 80 céntimos el kilo de sandía, porque había menos producto, pero hasta con esa cifra no es un coste tan elevado”. Y más teniendo en cuenta que el consumidor final paga cada kilo de sandía, de media, entre 1,50 y 2 euros.
De ahí que desde COAG reivindiquen que se establezca también un precio mínimo en función de los costes de producción y que se actualice cada “tres o seis meses”. “En estos costes entran la luz, los insumos, los semilleros, la gasolina, el agua, que han subido mucho de precio”, critica Inmaculada Idáñez. Por ello, esta temporada la agricultura sólo está “rezando” para que se cubran los costes de producción. “De los beneficios, me olvido”, dice.
Mientras tanto, los agricultores siguen, según dicen, mal pagados y con dificultades para producir sus sandías y melones. Y los consumidores están pagando en los lineales hasta 10 euros por una sandía o 6 euros por un melón, frutas propias de la temporada de verano. Los dardos, como el de Rufián a Sánchez –aunque inflando el precio– ya han llegado al Congreso, pero, de momento, estos alimentos frescos siguen a precios de oro.