Sady Brítez, presidenta de la Asociación de Trabajadoras del Hogar Sevilla, durante la manifestación del 8 de marzo.

Sady Brítez, presidenta de la Asociación de Trabajadoras del Hogar Sevilla, durante la manifestación del 8 de marzo. Cedida

Reportajes

La 'trampa' de Sánchez para las empleadas del hogar: "Será difícil que nos contraten con su medida"

Los colectivos de empleadas del hogar están esperanzadas por la nueva ley y piden que se abra "una mesa de diálogo" para tener garantías de que nadie queda fuera.

7 septiembre, 2022 03:32

El Consejo de Ministros ha aprobado este martes el real decreto ley con el que se da derecho a la prestación por desempleo para las empleadas del hogar, que comenzarán a cotizar por ese concepto desde octubre. A Sady Brítez, natural de Paraguay de 54 años, la medida le llega tarde: la persona a la que cuidó durante los últimos cuatro años y medio acaba de fallecer, quedando "parada, que no en el paro: no tengo prestaciones".

Brítez es la presidenta de la Asociación de Trabajadoras del Hogar de Sevilla (hay sedes repartidas por todo el sur peninsular: Huelva, Granada...). En conversación con EL ESPAÑOL, esta trabajadora del hogar cuenta que, pese a que la posible ley "es un nuevo inicio para nosotras", teme al futuro inmediato: "Creo que va a ser más difícil que me contraten".

El motivo está en que con el decreto ley se limita la figura del desistimiento, que permitía el despido sin causa. Era una trampa habitual: las familias despedían a las trabajadoras sin justificación alguna, quedando estas en una situación muy complicada.

Sady Britez, presidenta de la Asociación de las Trabajadoras del Hogar.

Sady Britez, presidenta de la Asociación de las Trabajadoras del Hogar. Cedida

Ahora, además de tener derecho tanto a la prestación contributiva por desempleo como a las asistenciales, las trabajadoras del hogar solo podrán ser despedidas en las mismas condiciones que cualquier otro trabajador del Régimen General. Es decir, se las indemnizará con 33 días por año trabajado (durante un máximo de 24 meses) si se trata de despido improcedente, o 20 días por año trabajado (máximo de 12 mensualidades) en caso de que sea procedente.

Ana Pérez -nombre ficticio para salvaguardar su identidad- está en trámites para regular su situación como empleada del hogar "con todas las de la ley". Lleva 15 años desempeñando esta profesión y se alegra de que "por fin den el paro, porque es un problema que lleva existiendo siempre". Ella tiene 10 años cotizados, pero nunca ha podido cobrar el paro porque la normativa vigente no lo permite.

[Así queda la cotización de las empleadas del hogar para que puedan acceder al paro]

No obstante, al igual que Brítez, Pérez también cree que sus compañeras que no están dadas de alta en la seguridad social pueden tener más dificultades para conseguir un contrato: "A algunos les saldrá más barato llevar la persona a una residencia".

En todo caso, la portavoz del Gobierno Isabel Rodríguez ha señalado que con este decreto dan "dignidad" a este colectivo y que esta prestación "no va a implicar un mayor coste para la mayoría de las familias", ya que son las de "clase media" las que acuden a estos servicios para atender a sus hijos o mayores, acuciados por sus compromisos profesionales. 

Los distintos colectivos, sindicatos y asociaciones de trabajadoras del hogar consultados por este periódico coinciden en que, como es natural, quien no pueda pagar unas condiciones dignas de trabajo, no contrate.

Sady Brítez, durante la manifestación del 8 de marzo con la Asociación.

Sady Brítez, durante la manifestación del 8 de marzo con la Asociación. Cedida

172.579 personas

De los 545.700 trabajadores del hogar, 58.100 son hombres y 487.500 son mujeres, según datos del Instituto Nacional de Estadística. Es decir, prácticamente el 90% son mujeres, motivo por el que es habitual referirse a este colectivo en femenino.

Entre ellas, hay 373.121 personas trabajadoras del hogar afiliadas, según los últimos datos de la Seguridad Social. Esto significa que 172.579 personas -el 31%- no están dadas de alta. Sin embargo, Sady Brítez no está de acuerdo con las cifras oficiales: "El Gobierno puede decir misa, pero nosotras sabemos lo que pasa. No están dadas de alta el 70%. Como mucho, el 40%".

Ana Pérez está de acuerdo: "Claro que son muchas más". Su caso es especialmente llamativo porque ella estuvo trabajando para una contable de la Seguridad Social sin estar dada de alta: "Me dio de baja para que le compraran una silla especial a la abuela, decía que no les alcanzaba el dinero". Si a Pérez le hubiesen dado un euro cada vez que le prometieron darle de alta sin que esto pasase, ya estaría disfrutando de su jubilación.

Desde la Asociación Empleados y Empleadas del Hogar de Navarra opinan que ese 70% dadas de alta es factible, "aunque seguro que rascas un poco y salen más". Por otro lado, afirman que, en este sentido, hay diferencias entre el sur, "más precario", y el norte de España.

Además, remarcan a este periódico que "es verdad que algunas trabajan en las casas sin contrato, pero si aprueban esto, tienen que dar de alta a todas y regularizar a todo el mundo". Y lanzan un mensaje tranquilizador: "Si se firma el acuerdo tiene que ser con todos los derechos, y mis compañeras, sean sudamericanas o de otros países, que estén tranquilas".

"Si se aprueba el 189 de la OIT, automáticamente a estas personas que no tienen contrato se lo tienen que hacer. También hay un tema fiscal para los empleadores, y es que tienen reducción fiscal si tienen empleadas del hogar en su casa", cuenta la presidenta de esta asociación a EL ESPAÑOL. Sería una forma de garantizar que los miedos de Brítez, Pérez o esas 172.579 personas acerca del futuro no se cumplirán.

La Asociación Territorio Doméstico explica que "todavía hay que ver en qué va a quedar la norma, nuestra idea es que se abra el diálogo y se vayan solucionando estas cosas. No es una ley que se le haya ocurrido ahora al Gobierno, es un convenio de la OIT de hace muchísimo tiempo y que por fin se ha firmado". Ellas también esperan que nadie quede fuera.

Desde el sindicato UGT explican a este periódico que hay un caso más específico: el de mujeres que están aseguradas por otras empresas y que, a su vez, buscan trabajos en hogares donde no están aseguradas porque "ni a ellas les interesa trabajar tres meses y que Hacienda les pegue el palo". Creen que entre ese 31% que no están dadas de alta, "habrá muchas así".

Va para largo

En todo caso, Sady Brítez se muestra positiva acerca de lo que ocurra con la nueva ley: "Voy a encontrar empleo y con todas las prestaciones, soy una mujer fuerte". Eso sí, no será inmediato: "Esto va para largo: 2023 o 2024. De nuevo tenemos que volver a cotizar, posiblemente coticemos más, las empleadoras tengan que pagar más a la Seguridad Social para tener también prestaciones por desempleo a través de Fogasa (Fondo de Garantía Salarial)".

La presidenta de la Asociación Empleados y Empleadas del Hogar de Navarra tiene claro que la nueva ley abre la puerta a que se denuncien todas las condiciones indignas de trabajo y la economía sumergida: "Es difícil que lo exijan por la situación de vulnerabilidad, pero con la legalidad se puede ir adonde sea".

En la actualidad, es habitual que las trabajadoras del hogar que no están dadas de alta cobren salarios más altos para pagarse ellas mismas el seguro: "Si cobro a 8 euros la hora, me tienen que pagar 10 euros para que pueda costearme el seguro porque no me hacen contrato". con el decreto ley, eso también cambia.

Sady Britez, leyendo un comunicado.

Sady Britez, leyendo un comunicado. Cedida

Ana Pérez pide que se trate con más respeto y dignidad a las trabajadoras del hogar, desde el Gobierno a todos los estamentos de la sociedad: "Es el trabajo más desagradecido que puede haber. Yo estuve en una casa en la que me tenían como una esclava y sin estar dada de alta. Salí de allí enferma: con depresión, miedo, ansiedad, estrés y sin un euro en el bolsillo".