Paola, la guardia civil que asesinó a sus dos hijas, se había enfrentado por la custodia con su exmarido
A pesar de que los vecinos de ambos percibían una relación cordial, ambos habían estado enfrentados por la custodia de las pequeñas.
15 diciembre, 2022 18:05Paola B.C., de 42 años de edad, se había separado de Santiago E., hacía dos años y unos meses. A pesar del divorcio, ambos mantenían una relación cordial, según ha podido saber EL ESPAÑOL por parte de algunos de sus vecinos. Por ello, nadie intuyó lo que sucedería esta mañana: alrededor de las 7:20, Paola, agente de la Guardia Civil, mató presuntamente a tiros a las hijas de ambos, Iris y Lara, de 9 y 11 años. Luego se suicidaría con la misma arma.
Los hechos ocurrieron en el puesto de la Guardia Civl de Quintanar del Rey (Cuenca), donde Paola estaba destinada y residía junto a las niñas en uno de los siete pabellones. Se trasladó a vivir allí después del divorcio, tras quedarse algunos meses en el piso donde convivía con su exmarido y sus hijas, en la misma localidad. Desde la separación, su exmarido vivía en casa de sus padres, en el centro del pueblo.
A primera hora de la mañana de este jueves, la detonación de los disparos dentro del recinto del cuartel alertó a los compañeros de la agente. Paola no se presentó al servicio a la hora habitual, lo cual hizo que uno de sus compañeros sospechara y acudiera a su pabellón nada más oír los disparos. Allí encontró finalmente los tres cadáveres.
[Una guardia civil mata a sus dos hijas en Quintanar del Rey (Cuenca) y se suicida]
Los familiares se enteraron de lo sucedido por las primeras noticias publicadas, antes de que la propia Benemérita pudiera informarles, según ha reconocido una agente que atendía a los medios a la entrada del cuartel. Hasta allí se desplazaron horas después de los hechos Santiago, exmarido y padre de las hijas, y otros de sus allegados residentes en la zona.
Entraron al puesto visiblemente conmocionados y fueron atendidos por psicólogos del servicio de emergencias de Castilla-La Mancha. Tras unas horas, abandonaron el recinto y se recluyeron en la casa familiar de los padres del exmarido, donde un goteo de vecinos se acercó a lo largo del día para darles el pésame.
Los 7.000 habitantes de pueblo amanecieron duramente golpeados al conocer el suceso. El Ayuntamiento convocó un minuto de sliencio al conocerse los hechos y decretó tres días de luto, durante los cuales las banderas ondearán a media asta. Los psicólogos de emergencias también se desplazaron hasta el colegio de las niñas para atender a sus amigos y compañeros.
Sin bajas psicológicas
Según el entorno de la pareja, a pesar del trato cordial y de no haber percibido ninguna discusión o pelea previa entre ellos, Paola y Santiago habían estado enfrentados por la custodia de las hijas. La agente tenía la voluntad de regresar con ellas a su localidad natal, Algeciras. Sin embargo, por el momento no hay nada confirmado o que pudiera indicar el móvil de los hechos. La investigación está a cargo de la Policía Judicial de la Comandancia de Cuenca y bajo secreto de sumario.
Según otra vecina, Paola había estado de baja por depresión hace aproximadamente un año, tras lo cual fue readmitida en su puesto. Sin embargo, fuentes cercanas a la investigación descartan este supuesto, al señalar que la agente no había tenido antecedentes por bajas psicológicas ni constaban en su expediente conductas anómalas.
Paola era natural de Algeciras y en 2003 ingresó en el Ejército. Participó en misiones internacionales en los Balcanes y posteriormente se graduó en la 112 promoción de la Guardia Civil (2006-2007). En 2008 fue destinada a la provincia de Cuenca y los cuatro últimos años estuvo acuartelada en Quintanar del Rey, adonde pidió el traslado para estar más cerca de su familia.
En este puesto desempeñaba su función en el área de Seguridad Ciudadana, en concreto, en temas relacionados con la violencia de género. De este pueblo es natural su marido, quien trabaja como electricista y al que la agente conoció al poco de llegar a la provincia.