Las españolas que se hacen de oro con productos para la menopausia: 1.500 clientas y 1 millón de euros
Dos emprendedoras catalanas han fundado DOMMA, una empresa que ofrece productos naturales para combatir la menopausia.
31 diciembre, 2022 20:26"La menopausia te cambia tanto física como psicológicamente. En mi caso, lo que más noté físicamente fueron esos calores que te vienen de repente y te ponen la cara roja, roja como un tomate. Yo recuerdo llevar siempre un abanico, incluso en enero… Esa sensación es un poco angustiosa". Así es como recuerda Ángela Ramírez, mujer de 70 años, los sofocos que sufría durante los primeros tiempos de la menopausia.
"Ves que tu cuerpo va cambiando, se deposita grasa en partes donde no tenías y a mí particularmente me afectó también al dormir. Siempre había dormido fenomenal y a partir de ahí no podía coger el sueño. Es una de las partes fisiológicas que peor llevé".
Ángela habla para EL ESPAÑOL sin tapujos, pero reconoce que veinte años atrás, cuando comenzó este proceso, no era tan común comentar los síntomas asociados a la retirada de la menstruación: "En aquellos años no podías ir diciendo ‘ay, me está dando un sofoco’, a no ser que tuvieras mucha confianza. Era un poco tabú". En silencio se llevaban también el resto de malestares que trae aparejados la menopausia, que no son pocos: osteoporosis, frecuentes migrañas y cefaleas, sequedad vaginal, riesgo cardiovascular, dolores musculares y articulares, la llamada ‘neblina mental’ o la dificultad para concentrarse, así como un riesgo incrementado de padecer alteraciones mentales como la depresión.
Hoy, por contra, la realidad es diferente. Ya no hay por qué esconder la violenta ráfaga de un sofoco si este interrumpe, por ejemplo, durante una reunión de trabajo. Y la mujer dispone de más medios para sobrellevar estas molestias. A tal cambio y a la visibilización contribuyen emprendedoras como Cristina Martínez y Mireia Roca, las creadoras de la firma DOMMA.
"Estamos en el boom del empoderamiento femenino y desde hace tiempo hay muchas soluciones a nivel de fertilidad, pero nos dimos cuenta de que no existía nada que le hablara a la mujer madura. Y nos preguntamos: cuando lleguemos nosotras a esta etapa, ¿qué nos vamos a encontrar? ¿Cómo nos gustaría vivir la menopausia?", cuenta Cristina.
"Tenemos 30 y 40 años", continúa diciendo Mireia. "Con todo el estigma, tabú y negativismo que hay con la edad, nosotras mismas teníamos miedo a envejecer, pero esto no puede ser. La naturaleza es así y nos vamos a hacer mayores todas. ¿Por qué tenemos que vivirlo con tanto pesimismo? Decidimos crear DOMMA con el propósito de positivizar la madurez femenina, que no es algo malo, sino algo bonito y que tiene muchísimas cosas buenas".
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Por eso, ambas se liaron la manta a la cabeza cuando hicieron match, como ellas mismas dicen entre risas. Se conocieron trabajando en otra start-up y decidieron dejar todo para mirar por el mismo objetivo: "Teníamos ganas ambas de hacer algo con un impacto real en la vida de la mujer", afirma Cristina, "porque esta se siente muy sola al llegar a esta etapa y no suele encontrar respuestas a todas las preguntas que tiene".
Así, montaron DOMMA, una empresa que acompaña a las mujeres "de forma holística": ofrecen acompañamiento emocional a través de sus planes de asesoramiento –y mediante la comunidad que han creado en redes sociales– y trabajan con productos naturales destinados a paliar los síntomas de la menopausia. El nombre lo eligieron porque les evocaba "lo femenino": "Tiene carácter y poder, se puede entender en todos los idiomas y nos lleva también a esta parte de dominar, de domar", matiza Mireia.
Productos naturales para molestias naturales
Los productos que ofrecen están formulados por farmacéuticos y nutricionistas expertos en menopausia y tienen diferentes aplicaciones. "La base que te sostiene fuerte es un mix de súper alimentos, todos basados en evidencias científicas y pensados para el equilibrio hormonal. Es un producto que te ayuda a combatir los sofocos, el insomnio, y mejora el estado de ánimo, pues te ayuda a estar más serena y con más concentración", explica Cristina. "Lo que hace es equilibrar tus niveles de hormonas, de estrógenos, que es lo que desciende en la menopausia, y te ayuda a que ese desnivel no sea tan brusco y tu cuerpo se estabilice", añade Mireia.
También tienen un preparado de flores y hierbas compuesto "principalmente por salvia y lúpulo", ingredientes a los que se suman la valeriana o la pasiflora. "Es una fórmula pensada para conciliar el sueño y que la mujer no se despierte con esas sudoraciones nocturnas tan molestas que interrumpen el descanso", desarrolla Cristina. Y completan su catálogo con un sérum hidratante vaginal para combatir la sequedad propia de este periodo y un roll on de aromaterapia: "Está pensado para disminuir los sofocos y sobrellevar el estado de ánimo, para que se pueda usar cuando se tenga un momento de ansiedad, y así volver a la calma", comentan.
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La formulación íntegra de todos estos productos es natural y mediante un asesoramiento personal le recomiendan uno u otro a cada mujer, según sus síntomas. Aunque no criminalizan a las hormonas, afirman que muchas de sus clientas son reacias a tomarlas. "El 93% de las mujeres en etapa de menopausia busca alternativas no invasivas, y este es un dato muy relevante", desarrolla Mireia, y continúa: "Pensamos en darles soluciones igual de efectivas o más, que no tengan riesgos, y que puedan tomar tranquilas. Y que no sólo les quite el sofoco, sino que les dé más energía, que afronten esta etapa de otra forma y se sientan acompañadas".
Por el momento, su start-up tiene un año de vida y las cifras que manejan son muy buenas: prevén facturar en 2023 más de un millón de euros: "Nos está yendo muy bien, tenemos más de 1500 clientas con una tasa de recurrencia del 80%, y lo más importante es la comunidad que estamos creando. DOMMA más allá de vender productos tiene un propósito muy claro, que es quitar los tabúes asociados a la menopausia y a la madurez femenina", indica Cristina.
También están orgullosas de ser pioneras, como dice Mireia: "En Europa y EEUU sí que hay alguna empresa del estilo, pero ninguna con este enfoque integrativo, desde el producto natural basado en la ciencia sumado al acompañamiento y a la comunidad. Somos las únicas que lo estamos haciendo desde esta perspectiva".
Acompañamiento sanitario
Además de la empresa de Mireia y Cristina, lo cierto es que la situación ha cambiado mucho, y a mejor, en materia de atención a la mujer que llega a la menopausia. A Ángela Ramírez, a pesar de sus sofocos y su pérdida de calidad de vida por la falta de sueño, el ginecólogo no le recetó nada, ni hormonas ni productos naturales: "Me dijo que era un proceso totalmente natural y que si me sentía más o menos bien, con estas pequeñas incomodidades, pues que adelante", recuerda.
Veinte años más tarde, existen unidades especiales dedicadas al estudio y la atención de la menopausia y sus síntomas, como la del Centro Clínico Betanzos 60, de Madrid. Bárbara Fernández del Bas, una de sus ginecólogas, especialista en menopausia y ginecología regenerativa, atiende a EL ESPAÑOL: "Debemos reivindicar nuestra calidad de vida en todas las etapas de la vida de la mujer", comienza diciendo,"y toda paciente con una menopausia sintomática, tenga el síntoma que sea dentro del abanico amplio que existe, puede tener un tratamiento para todos y cada uno de ellos".
Así, la experta desarrolla que existen opciones vegetales "como los fitoestrógenos o los derivados de soja o polen", que ayudan sobre todo a paliar los síntomas como los sofocos (el llamado síndrome vasomotor); sustancias como la melatonina para el tratamiento del insomnio; e hidratantes, a base de ácido hialurónico, y humectantes, simplemente a base de agua, para la sequedad vaginal.
Para pacientes con síntomas más severos, indica, también está la terapia de reemplazo hormonal, que sólo puede ser pautada por un especialista: "La Sociedad Española de Estudio de la Menopausia y la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia nos dicen que hay que empezar el tratamiento antes de los diez años de menopausia y preferiblemente antes de los 60 años. Va muy bien y los efectos positivos se notan a partir de las dos o cuatro semanas, pero no está indicada para todas las pacientes. Por ejemplo, en pacientes con antecedentes de cáncer no se puede utilizar".
La mala fama de la terapia hormonal, explica la doctora, proviene de un estudio realizado hace ahora veinte años. Se llamó Women's Health Initiative (WHI) y arrojó unos resultados funestos: muchas de las mujeres que participaron y que habían sido tratadas con estrógenos contrayeron posteriormente cáncer de mama. Sin embargo, la experta aclara que años después los mismos autores se retractaron de los resultados.
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"Descubrieron que no se había estructurado bien: las pacientes que participaron efectivamente habían desarrollado cáncer de mama, pero no era por la terapia hormonal, sino porque se había aplicado a pacientes de más de 60 años en su mayoría, la terapia estaba totalmente desactualizada y la mayor parte tenían obesidad, que es un factor determinante para el desarrollo de este tipo de cáncer". Y añade: "Lo que se ha visto años después es que la terapia hormonal sustitutiva en pacientes en las que esté clara la indicación no sólo es segura, si no que es eficaz, y sus beneficios superan a los riesgos".
El imprescindible estilo de vida saludable
En cualquier caso, Fernández del Bas hace hincapié en que lo más importante es que cualquier tipo de tratamiento vaya acompañado de un cambio de vida: "De nada sirve que la paciente se hinche a suplementación y a productos si luego sigue comiendo fatal, tiene obesidad y hace una vida totalmente sedentaria". Así, el tratamiento principal de la menopausia son los cambios de vida y la mejor receta para la mujer que atraviesa esta etapa es ponerse las pilas con el ejercicio físico y llevar "una dieta antiinflamatoria, que es la dieta mediterránea, equilibrada".
Esto se vuelve fundamental pues, con la pérdida de estrógenos naturales en el proceso de la menopausia, aumenta exponecialmente el riesgo cardiovascular: "Cuando llegamos a la menopausia la enfermedad cardiovascular se convierte en la primera causa de muerte, por delante del cáncer. Además, tenemos más riesgo de hipercolesterolemia, de infartos, de ictus… Por eso lo importante es llegar a la menopausia con la mejor salud posible, porque la menopausia es un momento de nuestra vida bastante disruptivo en términos de salud", explica la ginecóloga.
En su clínica no pierden de vista tampoco lo importancia de hacer sentir a la mujer plena en este momento vital, y que no deje de relacionarse con normalidad, ni de tener actividad sexual: "De hecho, la forma más natural de mantener una salud genital es manteniendo actividad sexual, que puede ser con o sin pareja y con o sin penetración, lo importante es que llegue sangre a la pelvis porque haya excitación y como consecuencia haya un aumento de lubricación genital natural", afirma la experta.
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Eso, a pesar de que muchas mujeres manifiestan que no pueden mantener actividad sexual "por dolor": "Es importante recordar que tener relaciones sexuales no quiere decir necesariamente que haya coito. Pueden ser caricias, besos… millones de cosas que no impliquen penetración".
Por último, resulta fundamental que la sociedad trate con naturalidad esta etapa de la vida de la mujer, que llega, de media, a los 51 años. Así lo reivindica Bárbara Fernández del Bas: "A la mujer se la ha tachado de histérica a lo largo de toda su existencia, y la menopausia ha sido un tabú porque era sinónimo de senectud, ya que históricamente se ha considerado que las mujeres hemos nacido para procrear, y cuando hemos dejado de tener la regla, que es nuestro símbolo de la fertilidad, se nos dejaba de creer útiles".
Y continúa: "Pero no es lo mismo tampoco una mujer de 50 años de ahora que nuestras abuelas o bisabuelas: nosotras ahora estamos en lo mejor de la vida". Ángela Ramírez está de acuerdo y, aunque su menopausia llegó hace dos décadas, también se quedó con la mejor cara de la moneda: "Yo no me sentí en absoluto menos mujer. Fue una revolución en cuanto a las hormonas, pero también tiene sus cosas buenas: me sentí por una parte liberada, y también más madura. Es un proceso fisiológico más, igual que el embarazo o la regla; simplemente el cuerpo y la mente necesitan un tiempo para acostumbrarse a él".