De izq. a dcha., Antonio de María, José Luis Azañón y Diego Valero, tres empresarios o exempresarios líderes de pymes.

De izq. a dcha., Antonio de María, José Luis Azañón y Diego Valero, tres empresarios o exempresarios líderes de pymes. Cedidas

Reportajes

Las pymes rechazan reducir la jornada: elevará sus costes laborales un 6,25% y 'subirá los precios'

Según el acuerdo, la jornada laboral quedaría reducida hasta las 37,5 horas semanales en 2025. EL ESPAÑOL sale a la calle a pedir opiniones.

25 octubre, 2023 02:21
Eduardo Ortega Socorro Noelia F. Aceituno Nicolás Alba

Este martes, Pedro Sánchez y Yolanda Díaz han cerrado un acuerdo de Gobierno en el que una de las principales medidas es la rebaja de la jornada laboral a 37,5 horas para 2025, todo ello sin pérdida de salarios y, por tanto, sin reducción de cotizaciones. Por ello, en los círculos empresariales se alerta de que esta medida va a conllevar un incremento de los costes laborales de un 6,25%. 

Se trata de una cifra que están manejando entre las cúpulas de las patronales españolas y que procede de tener que seguir pagando los mismos salarios y cuotas sociales (así como otros pagos para la administración) pero con menos horas de trabajo. 

Con todo, lo que realmente ha generado indignación entre los empresarios es que esta medida no se lleve al diálogo social y se debata con patronales y sindicatos. Sobre todo teniendo en cuenta que, con su aplicación generalizada, sin tener en cuenta la casuística por sectores, se corre el riesgo de lastrar todavía más la productividad en España.

El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez y la líder de Sumar y vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo en funciones, Yolanda Díaz.

El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez y la líder de Sumar y vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo en funciones, Yolanda Díaz. Eduardo Parra Europa Press

Rompe la tradición

La CEOE criticó en un comunicado que esta disminución de la jornada laboral se haga por "imposición legal". El texto del acuerdo deja fuera de juego a los agentes sociales hasta 2026.

La reducción será progresiva y escalonada. El primer paso será en 2024, al dejar atrás el máximo legal de las 40 horas que contempla el Estatuto de los Trabajadores para fijar 38,5 horas semanales. En 2025, se avanzará hasta las 37,5 horas.

"A partir de entonces, se constituirá una mesa con los interlocutores sociales que evalúe los resultados de la reducción y siga avanzando en la disminución de la jornada legal teniendo en cuenta las características de los distintos sectores de actividad, la evolución de la productividad y las circunstancias económicas", expresa el acuerdo.

Esa redacción retrasa el papel de los agentes sociales hasta 2026, algo que también ha sorprendido a los economistas. El director de Randstad Research, Valentín Bote, recuerda que, en España, las cuestiones laborales han partido siempre del acuerdo con los agentes sociales.

[CEOE rechaza la "imposición legal" de la reducción de jornada y los sindicatos piden las 35 horas semanales]

"El hecho de plantear una medida y darla por aprobada sin haber contado con ellos rompe con una tradición y con las reglas del juego en España", denuncia Bote, en declaraciones a EL ESPAÑOL.

El vicedecano de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad CEU San Pablo, Manuel Molina, apunta en la misma dirección. "Se debería llegar a un acuerdo con los agentes sociales, no sé si será así", dice a este periódico. 

Posible por sectores

Empresarios, sindicatos y economistas, aunque con sus diferencias, coinciden en que la reducción de jornada es más factible en unos sectores que en otros. Mientras que ven posible aplicar jornadas laborales de menos horas en trabajos digitalizados, dudan de que se pueda hacer lo mismo en la hostelería.

El presidente del Consejo General de Economistas (CGE), Valentín Pich, alude a esos sectores "con mucho valor añadido", en los que "el coste factor trabajo no es estratégico", frente a otros "menos productivos donde el coste factor trabajo tiene mucho peso". 

"Hay sectores muy digitalizados, con mucho valor añadido, donde prácticamente el horario de trabajo casi es a la carta, porque no son tanto las horas como la eficiencia. En otros, como una panadería o un obrador con un autónomo y dos empleados, o un bar, con dos o tres empleados... parece complicado", apunta. 

Imagen de archivo de una persona teletrabajando.

Imagen de archivo de una persona teletrabajando. Europa Press.

Las peculiaridades de cada sector son, para los economistas, razón más que suficiente para llevar la reducción de la jornada a la negociación colectiva y a reflejarlo en cada convenio.

De hecho, la estadística de convenios del Ministerio de Trabajo ya muestra las diferencias de horas pactadas, desde las 1.689 horas al año de los convenios de empresa de los Servicios hasta las 1.787,8 horas anuales en los convenios de empresa de la Agricultura, con los datos relativos a septiembre. 

"Las empresas y los sindicatos del sector, que lo conocen bien y que velan por sus intereses, ya hoy pactan la duración de la jornada y las medidas de flexibilidad (...). La legislación marca un máximo, pero nunca un mínimo. Los agentes sociales pueden llevar el mínimo a donde ellos quieran y será fruto de una negociación", precisa Bote.

Ni empleo ni productividad

Los sindicatos creen que avanzar hacia jornadas laborales más cortas servirá para crear más empleos. Los economistas consultados por EL ESPAÑOL responden con cierto escepticismo a esa afirmación.

La razón está en la propia estructura del tejido empresarial español, integrado por pymes con pocos empleados, incapaces de contratar a nuevos trabajadores para cubrir las nuevas jornadas.

"Un bar que tiene un camarero contratado, cuya jornada pasa de 40 a 38,5 horas no va a generar contratación, no se va a contratar para una hora y media. Veremos cosas como un aumento de la economía sumergida", pronostica el director de Randstad Research. 

No hay que olvidar tampoco que esa reducción de lo jornada no tendrá repercusiones en el sueldo, que seguirá siendo el mismo para los trabajadores. El vicedecano de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad CEU San Pablo cree que, "en la mayoría de los casos", este compromiso salarial "no podrá ser asumible".

Los expertos hablan del difícil encaje la reducción de la jornada laboral en sectores como la hostelería.

Los expertos hablan del difícil encaje la reducción de la jornada laboral en sectores como la hostelería. EFE

"Muchas empresas tendrán que cerrar o pagar horas extras. Habrá empresas que no sean capaces de contratar", conluye Molina.

Los economistas tampoco encuentran la relación entre la reducción de la jornada y el aumento de la productividad. Bote señala que las empresas pagarán lo mismo a sus empleados, pero producirán menos y trabajarán menos horas. 

[Los españoles trabajan menos horas reales de las que propone Yolanda Díaz en el programa de Sumar]

Tanto Bote como Molina recurren al caso de Francia, donde la jornada laboral se rebajó hace unas décadas a 35 horas laborales. "Ha sido un fracaso, están viendo de qué manera es posible revertir ese modelo", señala el director de Randstad Research.

Con el caso de Francia, el vicedecano de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad CEU San Pablo constata que la jornada de menos horas "no ayuda a la productividad". "La productividad de la hora trabajada en Francia no es nada buena", zanja.

Los datos de Eurostat reflejan que la productividad por hora trabajada en Francia ha pasado de 132,3 en 2005 a 117,2 en 2022. Eso en Francia, porque en España las cifras parten ya de niveles mucho más bajos.

En 2005, la productividad por hora trabajada estaba en 98,2, y en 2022 quedó en 92, lejos del 100 de la media de la Unión Europea en ese mismo año, y también en la parte baja de la tabla.

"En España, hemos visto cómo desde 2000 la productividad ha ido bajando y ahora mismo es un 15% inferior. La productividad por hora trabajada ha bajado 14 puntos en 15-20 años y este tipo de medida no ayuda a esa mayor productividad ni a la renta per capita de los trabajadores", abunda Molina.

Reforma fiscal

Cabe recordar que el programa de Gobierno incluye, además de lo relativo a la jornada laboral, una reforma fiscal que se cargaría sobre todo sobre las grandes empresas. Entre otras cosas porque queda confirmado que se aplicará un 15% efectivo de tributación sobre el resultado contable de las grandes empresas mediante el Impuesto de Sociedades. 

Según Yolanda Díaz, líder de Sumar, esto va a permitir recaudar 10.000 millones de euros más al año. Más allá de si esta cifra es fiable o no (en el programa de Gobierno pactado con el PSOE no hay ningún tipo de referencia al respecto), los empresarios recuerdan que las subidas tributarias y apretar más al sector privado supone restar competitividad a la economía española. 

De hecho, ante un pequeño avance de estas medidas (que incluyen el mantenimiento de los impuestos a la banca y a las energéticas), Andrés Sendagorta, presidente del Instituto de Empresa Familiar (IEF), ha reclamado a un futuro Gobierno "prudencia" para no restar "competitividad" a las empresas. 

Las pymes opinan

La medida pactada entre los dos partidos del Gobierno en funciones, por supuesto, ha sido la comidilla social durante este martes. De ahí que EL ESPAÑOL haya decidido salir a la calle y contactar con pymes para tomar la temperatura de lo que opina la sociedad ante esta posible reducción de la jornada laboral.

Por ello, este periódico ha hablado con José Luis Azañón, que dirige desde hace 13 años Rizos, una pyme dedicada al mundo de la peluquería y de la estética. O con Tito Zahirul, un hostelero que regenta un local en el madrileño barrio de Delicias desde hace 20 años con cuatro trabajadores a su cargo. También ha conversado con Diego Valero, presidente de Novaster, que lidera su empresa de consultoría en tema de pensiones desde hace 30 años.

Son perfiles profesionales muy distintos, pero guardan dos cosas en común: todos son pequeños y medianos empresarios y a ninguno les convence la reducción de la jornada laboral planteada en el acuerdo programático firmado entre PSOE y Sumar para un posible nuevo Gobierno de coalición.

José Luis Azañón, director de las peluquerías Rizos.

José Luis Azañón, director de las peluquerías Rizos. Cedida

Una de las cosas que no convence a Azañón es que si cristaliza la jornada laboral de 37,5 horas semanales, el coste de su negocio subirá, por lo que se vería obligado a subir los precios de la peluquería "en torno a un 6%” para "mantener el pequeño margen de beneficio que tienen. Para compensar", explica en conversación con EL ESPAÑOL.

"Si no, no podemos soportar el negocio, que está especialmente dañado desde la pandemia de la Covid, porque la gente ha cambiado sus hábitos de consumo y ahora va menos a las peluquerías para evitar el contacto social", añade. El sector, en este sentido, actualmente sólo tiene un margen de beneficios de entre el 3 y el 5% de las ventas, es decir, "muy bajo", valora.

Por ello, "si bajas cinco horas –en un principio PSOE y Sumar han barajado bajar la jornada laboral hasta las 35 horas semanales– la jornada laboral de los trabajadores, repercute en que me está aumentando el coste laboral automáticamente un 12,5%. Y si me sube el coste laboral un 12,5%, voy a tener que subir precios sí o sí en torno a un 6% para mantener márgenes puesto que a los trabajadores hay que pagarles. Y pagarles bien. En una peluquería el 50% de los ingresos se van en salarios para los trabajadores", continúa Azañón.

En términos similares se ha expresado Tito Zahirul, quien ha declinado ser fotografiado. El hombre, que lleva 30 años en España y 20 años regentando un Kebab en el barrio de Delicias, explica la "dificultad" que está teniendo él, como hostelero, debido a que "el aceite o las patatas cuestan el doble".

Diego Varela, presidente de Novaster.

Diego Varela, presidente de Novaster. Cedida

"Si sale adelante la medida de las 37,5 horas, significa que tendría que pagar a cuatro empleados lo mismo por 10 horas menos de trabajo. Yo no podría soportarlo porque nuestro margen es pequeño y tengo que pagar la casa, los estudios de mis hijos, etc.", se queja. "Incluso creo que aumentarían los trabajos sin contrato", se atreve a vaticinar.

Antonio de María, presidente de la Federación de Empresarios de Hostelería de Andalucía (Horeca-Andalucía) y hostelero recientemente jubilado, avisa de que en su sector podría haber incluso un "descuadre" en el tema organizativo. "Ten en cuenta que la hostelería nunca duerme (hoteles, hostelería nocturna…) y las 24 horas diarias se suelen organizar en tres turnos de ocho horas. Si la jornada de 40 horas queda en 37,5 horas, significa que habría dos horas y media sin cubrirse laboralmente porque los trabajadores estarían 7 horas y media en su puesto. ¿Qué haríamos en un hotel, por ejemplo? ¿Contratamos a alguien para trabajar dos horas y media al día? Sería muy difícil de organizar todo", valora el líder de los hosteleros andaluces.

Diego Valero, el consultor

Diego Valero, desde un sector totalmente distinto al de los otros testimonios, opina que la medida planteada y firmada este martes "es coherente con la evolución de los tiempos, pero tiene problemas". Uno de ellos coincide con una reivindicación de la CEOE y la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA): "No se ha contado con los agentes sociales para acordar la medida".

En este sentido, las organizaciones expresan su rechazo a las medidas que se han conocido del acuerdo programático de PSOE y Sumar porque "van a tener un impacto negativo para la actividad de las empresas, en especial de las pymes y autónomos, y por tanto para el crecimiento de la economía y la creación de empleo en España" y que todo responde a un "afán intervencionista evidente y que es un atropello al papel constitucional de los agentes sociales".

Por tanto, la nula participación de estos agentes sociales ha molestado a los empresarios, como ejemplifica el consultor y presidente de Novaster, Diego Valero. Además, el pequeño empresario argumenta que la medida "llega en un momento complicado para la empresas afectadas, ya que reducir la jornada no deja de suponer un coste laboral adicional", explica.