Vanesa Vázquez, Ana Belén Ramírez y Consuelo Benítez, víctimas del Nolotil.

Vanesa Vázquez, Ana Belén Ramírez y Consuelo Benítez, víctimas del Nolotil. Cedida

Reportajes

Eva Sola, Vanesa Vázquez y otro centenar de afectados por el Nolotil en España: "Hay ya ocho muertos"

Cuatro mujeres detallan a EL ESPAÑOL cómo el fármaco les ha cambiado la vida: "Creía que me iba a morir". 

8 diciembre, 2023 02:23

En la vida de Consuelo Benítez existe un antes —de tomar Nolotil (metamizol)— y un después. Tras jubilarse y trasladarse de Écija a Ayamonte, en septiembre de 2021, la gaditana comenzó a experimentar dolores en las articulaciones e hinchazones en diversas partes de su cuerpo. Su médico de cabecera le derivó al reumatólogo. Pero llegaron antes los mazapanes que el especialista. "Ya sabes cómo está la Seguridad Social", comenta a este diario. Benítez explica que acudió a uno privado y que este, antes de diagnosticarle artritis reumatoide, "empezó a mandarme Nolotil en cantidades industriales". A partir de ese momento la vida de Benítez cambió para siempre.

El Nolotil fue el fármaco más vendido en España en el año 2022, según la Federación Empresarial de Farmacéuticos Españoles (FEFE). Sólo el año pasado se vendieron 27,8 millones de unidades, muy por encima del Paracetamol (19,4 millones), a pesar de ser un medicamento que requiere receta. Se trata de un analgésico y antipirético que se emplea para el dolor agudo moderado o intenso postoperatorio o postraumático, de tipo cólico o de origen tumoral, además de utilizarse en casos de fiebre alta. 

A pesar de encontrarse en todos los botiquines de las casas españolas, la Asociación de Afectados por Fármacos (ADAF) denunció el pasado 14 de noviembre al Ministerio de Sanidad y la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) por sus efectos secundarios después de que esta realizara un seguimiento y descubriera que el fármaco estaba relacionado con más de 40 fallecimientos y unos 350 casos sospechosos de agranulocitosis —afección grave que se produce cuando existe un número muy bajo de glóbulos blancos en la sangre—.

Cajas de Nolotil.

Cajas de Nolotil. EP

"Tengo un centenar de españoles afectados, muchos de ellos con agranulocitosis y ocho fallecidos. También varias personas han sufrido amputaciones", expresa Cristina García del Campo. Consuelo Benítez, Vanesa Vázquez, Ana Belén Ramírez y Eva María Sola son cuatro españolas que han visto su vida pasar tras recibir este medicamento.

El dolor de Benítez era cada vez más agudo. La gaditana se despertaba por las noches con la nuca rígida sin poder moverse: "Me empezaron a inyectar cócteles de Nolotil. Al principio tenía que tomarlo cada ocho horas. El dolor persistía. Entonces comencé a ingerirlo cada cuatro". Pero Benítez no mejoraba y cada día se encontraba peor y peor. 40 de fiebre, infección en el oído, vómitos y pérdida de cabello. Pasó meses entre analíticas, pero nadie sabía dar con la solución a sus dolores. Sólo su hija observó extrañezas en aquellos informes:"Mamá, te has quedado sin glóbulos blancos de un mes para otro".

Cuando Benítez visitó por cuenta propia el Hospital de Huelva le informaron que tenía neutropenia severa grave debido a la toma de Nolotil. La gaditana cuenta que a día de hoy sigue sufriendo secuelas: "La musculatura la he perdido por completo, me he quedado muy débil y me han salido manchas moradas por el cuerpo. Ahora es cuando estoy recuperando el pelo. Gracias a Dios me salvé, pero estuve mucho tiempo sin defensas, con lo que cualquier cosa me podría haber matado. Dije adiós al Nolotil para siempre".

Por un dolor de codos

Ramírez expresa a este diario que ella tampoco lo hubiera contado de no haber sido por su tenacidad. La malagueña de 31 años cuenta que todo comenzó a mediados de julio por una epicondilitis —o codo de tenista—: "Me recetaron Nolotil, Ibuprofeno y Paracetamol. Pero sólo el primero me quitaba el dolor, por lo que comencé a tomarlo cada ocho horas. Ingerí hasta dos o tres cajas". A mediados de agosto, la administrativa expresa que le brotó una úlcera corneal y que, a partir de ese momento, estuvo encadenando infecciones.

"Tenía dos placas de pus desde el final de la boca hasta el final de la garganta y un dedo hinchado y amoratado. Aquello derivó en fiebre y en más pus, hasta llegar a tener toda la boca y encías de color blanco. No podía comer ni beber, tenía muchísimos focos de infección por todo el cuerpo y hasta sepsis en la sangre. El dolor era insoportable", cuenta Ramírez. 

A la malagueña la ingresaron en urgencias de un centro privado tras tres semanas con fiebre alta después de que la Seguridad Social sólo le recetara antibióticos sin realizarle analítica alguna. Fue el hematólogo quien se lo expresó: "Anabel, tengo que hacerte una extracción de médula ósea para descartar que tengas leucemia, aunque pienso que claramente tienes agranulocitosis por la toma de Nolotil". Y así fue. 

[Denuncian a Sanidad por la muerte de decenas de británicos en España que tomaron Nolotil]

Pregunta.- ¿Tuvo miedo?

Respuesta.- Creía que me iba a morir. Si no dejo la Seguridad Social para irme a urgencias a mi seguro privado hoy no estoy aquí contándotelo. Estuve más de un mes esperando a que me realizaran pruebas y no conseguía nada. Sólo pensaba en que tenía una hija de dos años y que no podía quedarse sin madre. 

P.- ¿Tiene secuelas a día de hoy?

R.- Tengo el riñón dañado debido a la cantidad de antibióticos que me he tenido que tomar para erradicar todos los focos de infección. Además estoy hecha polvo, no tengo fuerzas para nada, estoy siempre cansada y me ha alterado los niveles de tensión —de 16 a 20—. Me ha cambiado totalmente la vida y puesto en pausa todos los planes que tenía. Y eran muchos e importantes.

Ramírez expresa que podríamos hablar, en parte, de una negligencia médica, puesto que en el momento en que comenzaba a generar infecciones deberían haberla escuchado en el centro de atención sanitaria y realizarle analíticas para conocer lo que le estaba sucediendo, "pero yo seguía tomando Nolotil, en ningún momento me dijeron que dejara de tomarlo". Ahora Anabel se despide de él para siempre. 

La historia de Vázquez es parecida a la de Ramírez. La perseverancia de la balear es lo que ha hecho que ahora pueda contar su historia a este diario. A esta mujer de 40 años sólo le bastó ingerir una ampolla de Nolotil bebible para poner su vida patas arriba. Ocurrió en enero de 2020 debido al Covid: "Me lo recetaron para bajar la fiebre". Pero después del fármaco esta seguía aumentando.

¿Covid persistente?

"Estuve un mes con 40 de fiebre. En casa y con dos niños. Cada día me sentía más débil y comenzaron a salirme llagas en la boca. Yo aún no lo sabía, pero me estaba quedando sin glóbulos blancos. El médico me decía que era Covid persistente. Llegué a ir hasta seis veces a mi centro sanitario más cercano, y siempre me mandaban a casa con una caja de ibuprofeno", detalla. Vázquez cuenta que no se podía mover de casa y que "Mario [su marido] me tenía que duchar. Tampoco podía comer, las llagas cada vez eran más grandes. Perdí mucho peso".

"Un día el dolor era tan insufrible que tuve que trasladarme al hospital en ambulancia. Y aun así me mandaron a casa sin hacerme ninguna prueba. La séptima vez que acudí al centro dos chicas se dignaron a hacerme un análisis de sangre". Lo sorprendente es que aquellas sanitarias le dijeron a Vázquez que no se trataba de Covid: "Había estado un mes en casa mala, pero no tenía Covid. Me dijeron que no sabían lo que me pasaba, pero que no tenía glóbulos blancos. Estaba a cero. Las palabras textuales de la doctora de urgencia fueron "aislamiento que cualquier bichito la mata'".

Como a Ramírez, a la Balear le expresaron que tenían que realizarle una extracción de la médula ósea para descartar leucemia, que era lo más probable. Pero no lo era: "Es claramente el Nolotil". Vázquez cuenta que el fármaco tiene una predisposición genética. "Me preguntaron si tenía familiares británicos, pero ¡qué va!".

Enfermedades agravadas

Poco a poco Vázquez se ha ido recuperando. Pero "muy poco a poco". Afirma que hoy día no tiene secuelas, "únicamente se me ha acentuado al psoriasis que ya traía de base", aunque señala que es una situación que "te daña psicológicamente porque no sabes lo que tienes y además los especialistas no te saben dar una respuesta".  

Por culpa también del Nolotil a Sola se le agravó la endometriosis que padece. Por tomar el fármaco sufre ahora leucopenia. Comenzó a ingerir frecuentemente Nolotil cuando la operaron hace cuatro años: "Llegó un momento en que me tomaba hasta ocho ampollas diarias, además de la inyectable. Pero el dolor era tan insoportable que ya no me hacía nada". 

Tras esto, Sola se aleja del tema principal y hace un llamamiento para dar visibilidad al dolor crónico que padecen muchas mujeres por la endometrosis. La gaditana cuenta que tiene una histerectomía —extirpación del útero y el cuello uterino— total, y que para calmar el dolor tenía que tomarse todo lo que pudiera, incluido todo tipo de opiáceos. También fentanilo: "Viví un momento en mi vida en que me quería quitar de en medio porque ya no soportaba el dolor. Estaba como esos zombies que salían en la tele".

Eva María Sola

Eva María Sola Cedida

Además de su enfermedad crónica, Sola ahora lidia con los efectos secundarios que le ha generado el Nolotil, como la leucopenia: "Cada vez que me hago una analítica tengo menos leucocitos. Va a llegar un momento en que me van a tener que realizar una punción medular porque incluso los neutrófilos, que son los encargados de la médula, están también disminuyendo". 

Pregunta.- Tuvo que vivir duros momentos. 

Respuesta.- Llegó un momento en que dije "o me dan morfina o yo de verdad que no puedo seguir viviendo de esta manera". Y ni siquiera tengo ya el útero ni los ovarios. Pero sigo teniendo endometriosis y el dolor sigue ahí. A día de hoy estoy tomando codeína, tramadol y parches de morfina cada cuatro días. 

Con todo la AEMPS insiste en que los beneficios del fármaco superan a los riesgos. Pero "yo no me creo que el beneficio de calmar un dolor pueda superar el riesgo de morir, sufrir una amputación o que te destroce la vida. Por supuesto, adiós al Nolotil", concluye Cristina.