Imagenes de las pintadas aparecidas en una sinagoga de Madrid y llamando al boicot a comercios de judíos en Melilla.

Imagenes de las pintadas aparecidas en una sinagoga de Madrid y llamando al boicot a comercios de judíos en Melilla. E.E.

Reportajes REPORTAJES

Los ataques a judíos crecen un 400% en España: boicot a comercios, pintadas, acoso callejero...

Movimiento Contra la Intolerancia insta "a la Fiscalía de Delitos de Odio que actúe de oficio ante la ingente proliferación de ataques contra los judíos españoles".

16 diciembre, 2023 03:05

El matrimonio, anciano ya, se pone el abrigo, se ajusta la bufanda y gira el picaporte. Ambos suben al ascensor, pulsan el cero y se dirigen a zaguán. Al salir, el frío arrecia y la mujer se agarra a su marido del brazo. En respuesta al viento helado, la mujer da un rápido y corto apretón al brazo que le une a su marido, señal inequívoca de décadas de convivencia de que hay que aligerar el paso para llegar cuanto antes. El templo solo les queda a dos manzanas, y al acercarse, el coche de la Policía Nacional les espera en la puerta para salvaguardar su integridad. Nada más verlo, la mujer da un segundo apretón. Su traducción es que hay que entrar rápido, cuanto antes.

Da exactamente igual: no van a una iglesia o a una mezquita, sino a una sinagoga. Es la escena que están viviendo, desde el pasado octubre, más de 45.000 españoles judíos: acudir al culto bajo protección policial. Están sufriendo acoso callejero, insultos, pintadas en sus domicilios y negocios e incluso llamadas al boicot para que no se les compre. Todo por compartir religión con Israel, en guerra con Hamas en Gaza desde el pasado octubre, cuando el grupo terrorista perpetró una masacre contra la población civil del sur de Israel.

"Los ataques se han cuadriplicado en España" cuentan desde el Observatorio contra la Intolerancia de España, quienes abundan que de lo que a ellos les llega "es solo lo que nos denuncian. Nos consta que hay más". De hecho, la estadística anual del Ministerio de Interior anualmente tramitan entre 1.700 y 1.750 denuncias totales por delitos de odio, de las que "solamente una diez son por delitos de antisemitismo".

Por su parte, la mitad de las 150 denuncias que interpone ante la Fiscalía por Delitos de Odio Movimiento contra la Intolerancia son por antisemitismo. Las cifras de Interior "no concuerdan con las del Consejo General del Poder Judicial o con las de Fiscalía"y éstas, en los últimos tiempos, se han multiplicado más de un 400%. El Ministerio de Interior no las está recogiendo adecuadamente", detalla Esteban Ibarra, presidente de Movimiento contra la Intolerancia, quien asegura que "lo que detectamos es brutal".

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Los hechos más graves han tenido lugar en Melilla, la única ciudad española cuya población es mayoritariamente musulmana: el 52,5% de sus 83.000 habitantes, según el Observatorio Andalusí. Allí conviven con cristianos, hindúes, y con aproximadamente un millar de judíos, en su mayoría dedicados al comercio. El 18 de octubre, una manifestación a favor de Palestina derivó en una protesta frente a una sinagoga bajo el grito de "asesinos". 

Concentración ProPalestina, frente a la sinagoga de Melilla el pasado octubre.

Días después, el 23 de octubre, el presidente de la Federación Española de Comunidades Judías, el melillense Isaac Benzaquén, mantuvo una reunión con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y el ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Félix Bolaños. Les trasladó que la comunidad judía española se encontraba en unos momentos "muy preocupantes" debido "a la mayor escalada de antisemitismo en España en los últimos tiempos". 

Fuentes de la Federación detallan a este periódico que en aquel encuentro, Benzaquén detalló además "los actos y expresiones de políticos, como el de una diputada de Sumar, que defendió a Palestina mientras Hamas todavía mataba a israelíes el 7 de octubre, lo que dio lugar a una pulsión de sentimientos sin filtro; a la aparición de una estrella de David señalando una vivienda en la que vive una familia judía en Madrid; la ocupación de un hotel en Barcelona...".

Imagen de la reunión entre Pedro Sánchez e Isaac Benzaquen, el pasado 23 de octubre.

Imagen de la reunión entre Pedro Sánchez e Isaac Benzaquen, el pasado 23 de octubre. Moncloa

Según detalló Benzaquén, algunos sectores políticos, mediáticos y sociales han generado un "clima antiisraelí y antijudío" que ha provocado que mucha gente en España "prefiera no mostrarse con simbología judía ante el temor de ser atacada".

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Lo cierto fue, precisan las mismas fuentes, "que la respuesta fue inmediata e Interior aumentó la seguridad en sinagogas y colegios judíos. Pero es triste que los únicos que tengan que estar protegidos para ir a rezar en España sean los judíos". 

Una línea roja

Mordejay Guahnich, presidente de la comunidad judía de Melilla, explica a EL ESPAÑOL que el 18 de octubre "se cruzó una línea roja" que en Melilla "nunca había pasado". Subraya que siempre que hay tensiones entre Palestina e Israel "lo notamos", pero que en la ciudad autónoma "la convivencia siempre ha sido pacífica, desde hace más de un siglo. En el día a día no se nota quien es cristiano, hindú, judío o musulmán. Melilla es un ejemplo para España y el mundo, gracias a lo que han sembrado nuestros antepasados". 

Pero, sorprendentemente, el 7 de octubre, cuando se produce en el sur de Israel "el acto más cruel contra los judíos después del Holocausto, parece que no ha pasado nada. Aquí ya estaban haciendo convocatorias a favor de Palestina", y días después "fueron con violencia a la puerta de un templo religioso. Estos nos ha producido una frustración enorme, sentimental. Se nos ha caído el castillo, psicológicamente no estábamos preparados para esto".

Días más tarde hubo un llamamiento al boicot a los comercios de judíos melillenses a través de las redes sociales, acusándoles de 'apoyar el genocidio y el terrorismo de Israel'. "Todo esto ha sido denunciado a la fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado", advierte Guahnich, quien subraya que la animadversión "surge de un pequeño grupo que quiere romper la ciudad y su concordia", y que no ha ido a más por el enorme apoyo institucional y ciudadano, que lo ha rechazado rotundamente. 

Subraya el líder de la comunidad judía de esta ciudad autónoma que "hay una nueva era. Las redes sociales, nuevas mentalidades... Pero me quedo con lo dijo el martes Juan José Imbroda, presidente de Melilla, a los asistentes a la Janucá, a la que acudió muchísima gente como medida de apoyo a nuestra comunidad: yo aquí solo veo melillenses". 

Ambiente irrespirable

Un ceutí de religión judía, que prefiere preservar el anonimato, cuenta a este periódico que en Ceuta la situación está controlada, pero que "cada vez que se recrudece el conflicto palestino-israelí, hay un repunte contra la comunidad hebrea. Hace unos años hubo una manifestación, apoyada por una diputada de la Asamblea, en la que se nos llegó a amenazar de muerte haciendo uso de un micrófono".

Pintada en un comercio judío de la Ciudad Autónoma de Ceuta.

Pintada en un comercio judío de la Ciudad Autónoma de Ceuta. E.E.

En esta ocasión, las sinagogas están "permanentemente controladas por la Policía Nacional. Es triste, pero corriente. Hay pintadas, actos de vandalismo... pero estamos acostumbrados. Y aquí no es tanta la reacción pública violenta como en Melilla, pero hay miradas que matan. El ambiente es irrespirable".

Los actos antisemitas se han sucedido en diversos puntos de España. Pintadas en el barrio judío de Besalú (Girona); en la puerta de una sinagoga en Madrid; en el cementerio judío de Málaga, insultos e improperios a la propietaria de un negocio de comida kosher en Barcelona, así como el lanzamiento de piedras "a una pareja judía por la ventana de su casa", cuentan desde Movimiento contra la Intolerancia

Agresión antisemita en Barcelona

Desde el 7 de octubre "ha habido más ataques contra la comunidad judía española que en todo 2022", subrayan las mismas fuentes. Por otro lado, el Observatorio del Antisemitismo advierte que en Melilla, en estos días, "es habitual que los judíos reciban insultos por la calle del tipo 'judíos de mierda, iros de Melilla', 'Viva Hitler' o, escenas en las que algunas personas escupen al paso de un judío".

También son frecuentes "los insultos y hostigamiento en las redes sociales, y los menores también son acosados e insultados en varios centros escolares, incluso fuera de clase", produciéndose también "intimidaciones en las calles contra niños y jóvenes judíos".

Desde Acción y Comunicación sobre Oriente Medio (ACOM), Rosa Reigía, responsable de Relaciones Institucionales, sostiene a EL ESPAÑOL que "en España, el antisemitismo se disfraza de antisionismo, que es decir que no se está contra los judíos, sino contra el Estado de Israel, cuando es lo mismo. Lo increíble es que nuestro gobierno no solo no haya condenado todos estos ataques, sino que los ha instigado llamándolo genocidio, poniendo en duda y acusando a Israel, que es nuestra patria espiritual".

Pintada en el cementerio judío de Málaga.

Pintada en el cementerio judío de Málaga.

No obstante, precisa, "esto no quiere decir que nos guste o no Netanyahu; porque, en la misma medida, todo país tiene derecho a defenderse. Y no hay que olvidar que se ha acusado a Israel de crímenes de guerra cuando Hamas tiene rehenes civiles, entre los que se cuentan mujeres y niños. Todo esto ha ido avivando este odio. El Gobierno no nos está protegiendo y está poniendo en la diana a los judíos españoles, cuando lo que debe hacer es poner en marcha medidas inmediatas para proteger a la población judía española".

'Clandestinización' de los judíos

En España, el pulso al antisemitismo lo toman el Observatorio del Antisemitismo y la Plataforma contra el Antisemitismo, que promueve la Federación de Comunidades Judías de España junto con Movimiento contra la Intolerancia. Su presidente, Esteban Ibarra, advierte que el antisemitismo "es la intolerancia más antigua y más cruel". Las redes sociales, abunda "está infestadas de discursos de odio antisemita", detallando que hay tres vías principales de ataques. 

La primera es "el ámbito neonazi, que con el conflicto palestino-israelí se ha lanzado a promulgar la eliminación del Estado de Israel y la raza judía; la segunda, la extrema izquierda, que también califica de genocida a Israel y apoya su eliminación, y una tercera, la panislamista, que demoniza y criminaliza, y a veces abiertamente promulga la aniquilación. Son coincidentes las tres". 

Ibarra sostiene que "el antisemitismo en España no está bien perseguido. Ahora no se está respondiendo con la responsabilidad que se debería tener". Además, incide "no se me puede olvidar la palabra de altos dirigentes de Irán llamando a que hubiera un holocausto nuclear en Israel, o la protesta pro-Palestina frente a la Embajada de Israel en Madrid", organizada por la asociación Samidou, que está prohibida en Alemania por antisemita. 

"Dime, por favor, qué religión tiene que esconderse en España. Dime a qué escolares se les pide que se quiten cualquier tipo de distintivo para que no se les pueda identificar como judíos, o que quiten los distintivos de las puertas de sus casas", lamenta.

Eso, subraya "está pasando en España. Es un proceso de clandestinización que se les ha pedido: que se oculten, que no salgan del armario. Que se rebajen, porque las cosas están graves. Aquí las cosas no se están haciendo adecuadamente". Por ello, desde el Movimiento Contra la Intolerancia insta a la Fiscalía de Delitos de Odio que actúe de oficio "ante la ingente proliferación de ataques contra los judíos españoles".

Ibarra, quien precisa que no es judío, también destaca que ha habido dos niveles para llegar a esta situación. "Las declaraciones de políticos y miembros de gobierno justificando la matanza terrorista antisemita del 7 de octubre, y el uso de la expresión 'Israel genocida' que es antisemita, olvidando que en la masacre del 7 de octubre se asesinó a judíos que pertenecían a organizaciones pacifistas, incluso hippies, que no tenían nada que ver con Netanyahu. El festival en el que Hamas asesinó a tanta gente estaba organizado a favor del hermanamiento entre Palestina e Israel, y se ha pasado página. Aquí hay mucha gente que se ha subordinado al eslogan".