Un grupo de alumnos en la universidad.

Un grupo de alumnos en la universidad. EFE

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La EBAU común que quiere el PP: igualar criterios de evaluación, enseñar la misma Historia...

En España existen 17 exámenes de selectividad, "con diferencias que influyen en el rendimiento promedio de los examinados".

25 enero, 2024 02:12

En el examen de Historia de las pruebas de acceso a la universidad de Asturias entra desde la Edad Antigua hasta el último presidente del Gobierno. Por contra, en Castilla-La Mancha, el temario se reduce a los siglos XIX y XX. En Baleares, es posible cometer hasta cinco faltas de ortografía sin penalización. En Extremadura, el mismo número de faltas significa un suspenso inmediato…

Son algunas de las muchas diferencias que, en la actualidad, presentan estos exámenes en cada comunidad autónoma; 17 pruebas diferentes, una por región, para acceder a un solo sistema universitario. Ni siquiera el nombre tienen en común: EvAU, EBAU, EAU, PEvAU, PAU… A este caos en el examen de acceso a la universidad quiere poner fin el PP, que este miércoles anunció una propuesta de examen "común", al menos, en las 11 comunidades autónomas que gobierna.

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, lo adelantó en un coloquio sobre educación en León, junto al presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco. El escenario tampoco era una casualidad: la región del noroeste peninsular es la que mejores resultados obtuvo en el último informe PISA y su modelo educativo fue incluso propuesto el pasado domingo por el propio Gobierno de Pedro Sánchez como el que imitar en el resto de España.

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Desde Castilla y León también nació la demanda por un examen común en todas las autonomías que unificase, como ahora pide el PP nacional, los criterios de corrección, los contenidos o las fechas de celebración. Su consejera de Educación, Rocío Lucas, ya advirtió en noviembre de 2022 que la región se desvincularía "del diseño de un sistema de acceso a la universidad injusto".

El presidente nacional del partido ha recogido ahora aquella demanda y ha puesto en marcha un grupo de trabajo para estudiar cómo evolucionar hacia examen único. Esto, sin embargo, todavía no será posible completamente. No al menos hasta que el PP llegue a la Moncloa. "No se puede cambiar al 100% de la noche a la mañana", indican fuentes del partido que trabajan en el área de Educación. 

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Éstas recuerdan, por ejemplo, que el 40% de la elaboración de los temarios está transferido a las comunidades autónomas, pero el 60% todavía depende del Gobierno central. En el caso de comunidades como Cataluña o País Vasco, las competencias están divididas al 50%.

"En las fechas, donde en algunas comunidades el examen se hace en dos días y en otras en tres, se podrían unificar criterios. En las optativas que suben para nota, donde hay disparidad, también se podría… Pero no hay nada definitivo, son en las que podemos trabajar para homogeneizar y hacer una EBAU común", añaden las fuentes.

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo.

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo. EFE

Diferencias

Iván Teruel es un profesor de Lengua Castellana y Literatura de Gerona y miembro de 'Por una escuela de todos', un colectivo que lucha por la no discriminación del castellano en las aulas de Cataluña. Esta comunidad, por ejemplo, es una de las regiones donde la selectividad es más diferente al resto, por el uso y evaluación de una lengua cooficial, lo cual supone un examen más.

"La primera diferencia está en los currículos y las horas. Hay autonomías –la mayoría– que dan cuatro horas de Lengua semanales, pero luego tienes el caso de Cataluña, que da dos; o Andalucía, que da tres", dice el profesor en conversación con EL ESPAÑOL. "Esto ya influye en qué resultados tendrán los alumnos en la prueba de acceso a la universidad", añade.

Como docente de Lengua Castellana y corrector de exámenes de acceso a la universidad, Teruel hizo una comparativa de las diferentes pruebas de Lengua Castellana en cada una de las 17 comunidades autónomas y descubrió también una amplia disparidad en los criterios de corrección. Para explicarlo, creó un modelo de examen en el que el alumno obtenía un 8 sobre 10, con cinco faltas (de ortografía, gramaticales o de otro tipo) y cómo éstas penalizaban según comunidad.

Así, en Baleares, cometer cinco faltas no tenía penalización. En Aragón, La Rioja y País Vasco, el alumno podía conservar también el 8 con cinco faltas porque no existe una penalización específica por falta de ortografía, sino global. En Navarra y Andalucía, cinco faltas suponían una penalización de 0,25 puntos; en Asturias, 0,3; en Cataluña y Galicia, 0,5 (0,1 por falta); en Cantabria, Castilla y León y la Comunidad Valenciana, 1,25 puntos; en Madrid, 2 puntos; y así hasta llegar al suspenso por cinco faltas de Extremadura.

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"En Cataluña sólo se penaliza una décima por falta y sólo se corrigen las ortográficas, mientras que se dejan pasar muchas, como poner una 'v' en lugar de una 'b' en un verbo del pretérito imperfecto, porque los correctores entienden que es una confusión con el catalán. En Baleares, por otro lado, se corrige por intervalos: es decir, que de cero a cinco faltas no hay penalización, de cinco a 10 hay una, etc.", explica el profesor.

Teruel también hace hincapié en otras diferencias como que, por ejemplo, haya comunidades que exijan un comentario de texto con una extensión máxima de 300 palabras, mientras que hay otras que piden una página y media. "Esto influye en el aumento de probabilidades de cometer faltas de los segundos frente a los primeros", dice.

Otras diferencias son que en comunidades como Galicia o la Comunidad Valenciana, los alumnos pueden elegir de qué apartados quieren ser evaluados, descartando otros que en otras regiones son obligatorios: "En Galicia se puede elegir cuatro apartados de literatura y ninguno de reflexión lingüística, lo que hace que un alumno no se examine en global de la materia, mientras a otro se le exige", apunta.

Temario de Historia

Las diferencias no sólo se limitan a la prueba de Lengua Castellana. La profesora de la Universidad Europea de Madrid Judit Ruiz Lázaro defendió en 2021 la tesis doctoral "Acceso a la universidad en España: análisis comparativo de las pruebas comunes por comunidades autónomas". A lo largo de 422 páginas, estudió, sobre todo, las diferencias en las pruebas de Lengua Castellana, Inglés e Historia.

Varios alumnos se examinan de la EVAU en la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense de Madrid, en junio de 2022.

Varios alumnos se examinan de la EVAU en la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense de Madrid, en junio de 2022. EP

Las principales diferencias que detectó fueron en cuatro aspectos: en los elementos de los bloques de contenidos evaluados (optatividad, tipo de tareas a realizar, nivel cognitivo demandado, entre otros), en los criterios de corrección que utilizan los tribunales evaluadores (puntuación otorgada a cada tarea sobre el total, bonificación y penalización de los aspectos formales…), en grado de adecuación de las pruebas a las directrices que las regulan y en su nivel de complejidad

En el caso de la prueba de Historia, por ejemplo, concluyó que había disparidades en la lengua de la prueba, en la optatividad (preguntas que se pueden elegir), en el número de preguntas o en los bloques de contenidos que se evalúan: "En Cataluña, Valencia y País Vasco no se evalúa la Edad Antigua, la Edad Media ni la Edad Moderna. En Baleares, Canarias, Cantabria, Castilla-La Mancha y Castilla y León exigen un mayor nivel cognitivo a sus estudiantes", dice en respuesta a las preguntas de este periódico. 

"Estos aspectos determinan la heterogeneidad en los constructos utilizados, de manera que no se están midiendo los mismos conocimientos ni las mismas habilidades del saber histórico nacional en todas las comunidades autónomas", añade.

Su estudio concluyó que el diseño heterogéneo de los exámenes determinaba "diferencias en el rendimiento promedio de los examinados". "Se trata de uno de los aspectos que podría estar influyendo en el futuro académico y profesional del alumnado por el simple hecho de estar obligados a examinarse en su zona geográfica habitual", apunta.

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Por ello, Ruiz Lázaro celebra la propuesta de una selectividad común, con un protocolo único de corrección o pruebas específicas para aquellos estudiantes que quieran estudiar en otra comunidad autónoma… Pero también subraya que es importante que este modelo respete la diversidad y que, sobre todo, surja del entendimiento entre las comunidades autónomas y el Gobierno central. 

"El sistema educativo en España está descentralizado, y cada comunidad tiene cierta autonomía en la organización de la educación y, por tanto, del diseño de las pruebas para el acceso a la universidad. La diversidad puede ser valorada como un enfoque que permite adaptarse a las necesidades y características de cada región, promoviendo una educación más personalizada", asegura. 

"Pero sería un error afirmar que no se debe implantar una única prueba por defender la diversidad en España, porque no estamos hablando de quitar autonomía a las comunidades autónomas. No puede ser que existan 17 pruebas diferentes, que exijan un mayor o menor esfuerzo por parte del alumnado en función de la comunidad autónoma en la que se evalúen", concluye.