Raül Romeva y Ernest Urtasun, durante un Consejo Nacional extraordinario de Iniciativa per Catalunya, en diciembre de 2013.

Raül Romeva y Ernest Urtasun, durante un Consejo Nacional extraordinario de Iniciativa per Catalunya, en diciembre de 2013. Núria Julià ANC

Reportajes SUMAR

Ernest Urtasun, el nieto de falangista y exasesor de Raül Romeva que quiere descolonizar los museos

El ministro de Cultura, proveniente del barrio de Sant Gervasi, estudió en el Liceo Francés e ingresó en los Jóvenes de Esquerra Verda a los 15 años. 

28 enero, 2024 02:05

Hace sólo ocho meses que Ernest Urtasun Domènech (Barcelona, 1982) se debatía entre retomar la carrera diplomática o permanecer en Bruselas otros cinco años. Una llamada de Yolanda Díaz quebró el dilema con una oferta. Aceptó ser el portavoz de Sumar en la campaña electoral del pasado 23-J y se consolidó como uno de los rostros visibles del nuevo zepelín a la izquierda del PSOE. Fueron semanas frenéticas, fajado en la arena política española, implicado todavía en el Parlamento Europeo, sin tiempo para la familia. 

La vorágine de aviones, mítines, reuniones y tensión desembocó en una decisión alejada de la disyuntiva inicial: cambiar Bruselas por Madrid. Urtasun es ministro de Cultura desde el pasado 21 de noviembre. "La verdad es que me sorprendió, no me lo esperaba", se sincera en conversación con EL ESPAÑOL David Cid Colomer, diputado de Catalunya en Comú-Podem y gran amigo de Urtasun. "Siempre ha estado muy centrado en el Parlamento Europeo. Yolanda le pidió que se incorporara, pero pensaba que después volvería a Bruselas".

Mordió la manzana del Gobierno a la segunda. Hace ahora cuatro años que rechazó la cartera de Universidades, que acabó en manos de Manuel Castells, ligado a ese mismo espacio político heredero del Partido Socialista Unificado de Cataluña (PSUC) que fue Iniciativa per Catalunya.

[Devolver el Tesoro de los Quimbayas y dar contexto a las obras: el plan Urtasun para descolonizar museos]

"Es un hombre diplomático, muy cortés en las formas, empático y encantador, pero brutalmente ideológico", asegura una eurodiputada del PP consultada por este periódico. El pasado lunes volvió a combinar ambas cualidades. Urtasun anunció su intención de llevar a cabo una revisión de las colecciones de los Museos Estatales con el objetivo de "superar un marco colonial o anclado en inercias de género o etnocéntricas que han lastrado en muchas ocasiones" la visión del patrimonio, de la historia y del legado artístico de España. La polémica carburó en segundos. 

"Lo que ha dicho me deja estupefacto", expresa desde Bruselas y con genuina decepción el eurodiputado liberal Javier Nart, ex de Ciudadanos. "Es una persona que valía la pena escuchar en el Parlamento Europeo. Tenía siempre una opinión profunda, meditada, donde siempre afloraba la formación descomunal, no sólo jurídica, sino de calidad del pensamiento, de quien ha pasado una oposición en la Escuela Diplomática", estima el vehemente abogado y excorresponsal de guerra.

Ernest Urtasun, durante un mitin de Podemos previo a las elecciones generales de abril de 2019, en Madrid.

Ernest Urtasun, durante un mitin de Podemos previo a las elecciones generales de abril de 2019, en Madrid. Ricardo Rubio EP

"La comparación que hace con Bélgica es de traca, aunque es lo de menos. Estoy convencido de que quería decir que estuvo en el museo de la descolonización belga [Museo Real de África Central] y que aquí, por lo tanto, lo que había que hacer es un proceso a lo que se está haciendo en Estados Unidos, Gran Bretaña o Alemania", añade en referencia a la devolución de las piezas museísticas expoliadas.

El Museo Arqueológico Nacional, el Museo de América, el Museo Nacional de Antropología, el Museo Sorolla, el Museo Nacional de Escultura o el Museo Nacional de Arte Romano son algunos de los centros culturales que dependen directamente del Ministerio de Cultura. "Nosotros hemos heredado esa cultura colonial que, de alguna manera, tenemos que ver y gestionar", abrió la espita el pasado 30 de diciembre, durante una entrevista en la Cadena Ser donde comparó la herencia del Imperio español en América con la del rey Leopoldo II de Bélgica en el Congo.

De Sant Gervasi a Bruselas

A la semana de polémica poscolonial generada por Urtasun se unió un nuevo elemento de controversia en torno a su figura. Con raíces navarras, el ministro es nieto y sobrino nieto de falangistas naturales de Estella que combatieron en el bando nacional durante la Guerra Civil. Su abuelo paterno, Jesús Urtasun Sarasibar, fue soldado del Batallón de Montaña Arapiles número 7 y resultó herido de gravedad durante la contienda, en el frente de Guipúzcoa en junio de 1937.

Miembro de Falange Española Tradicionalista y de las JONS, tal y como consta en el Boletín Oficial del Estado, fue condecorado con la Medalla de Sufrimientos por la Patria e indemnizado con una pensión vitalicia de 12,50 pesetas mensuales de la época. Menos suerte corrió su tío abuelo Nicanor Urtasun, muerto en combate. También luchó bajo las órdenes de Franco su hermano Francisco

No obstante, se trata de un pasado que nada ha influido en la formación de Urtasun, sin reminiscencias derechistas en su discurso. Militante del PSUC durante la Transición, sus dos padres consolidaron el giro ideológico de la familia hacia posiciones ecológistas y socialistas, pero no independentistas. Visto desde todos sus primas, se trataba de una familia cuanto menos exótica para vivir en el barrio de Sant Gervasi, cuna de la clase alta barcelonesa. 

Urtasun estudió en el Liceo Francés e ingresó en los Jóvenes de Esquerra Verda a los 15 años. Allí conoció a figuras como Miguel Núñez, militante antifranquista convertido en tótem para los jóvenes de Iniciativa. "Miguel era una persona muy afable y que tenía mucha relación con la gente joven; era una de las caras visibles de lo que fue el PSUC, el gran partido antifranquista en Cataluña", rememora Cid Colomer, compañero de batallas políticas de Urtasun en aquella época.

"No viene de familia rica, no es la típica familia de Sarriá o Sant Gervasi", aclara su compañero de filas, "tiene esa imagen, pero es una familia normal, con una situación económica correcta, vale, pero sin fortunas detrás".

El salto con Moratinos

"Ernest es un tío muy reflexivo, capaz de construir consensos. Viene de una cultura política muy basada en el rigor y en el estudio, por eso, cuando toca un tema, lo analiza a fondo", continúa el exdiputado de Esquerra Unida i Alternativa Joan Herrera, once años mayor que Urtasun, pero quien siempre atisbó en él un futuro político brillante, combinado con una sólida formación académica. "Nunca dejó de lado ni una cosa ni la otra", sintetiza Herrera.

Urtasun se licenció en Economía por la Universidad Autónoma de Barcelona y realizó un postgrado en Relaciones internacionales en la Universidad de Barcelona. Su relación con la capital de la Unión Europea comenzó a los 22 años. Permaneció cuatro años. Combinó su trabajo como asistente territorial de Raül Romeva, recién aterrizado en 2004 en Bruselas como eurodiputado, con la oposición al cuerpo diplomático. En esas mismas elecciones europeas, concurrió como candidato en la lista de ICV encabezada por Romeva, sin suerte. 

Urtasun aprobó a la segunda y obtuvo la segunda mejor nota de su oposición en 2010. El ministro de Cultura habla español, catalán, inglés, francés, "es capaz de hacer un mitin en italiano", asegura Cid Colomer, y de seguir una conversación en alemán. Ese mismo año, ingresó como asesor en el gabinete del Ministerio de Asuntos Exteriores con Miguel Ángel Moratinos, primero, y después con Trinidad Jiménez. En 2012, una vez caído el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, comenzó su actividad diplomática en la Unión por el Mediterráneo. 

Dos años duró en esta organización intergubernamental. En 2014 pidió una excedencia para volverse a presentar a las elecciones europeas, esta vez, como candidato de La Izquierda Plural, coalición formada por Izquierda Unida y Los Verdes. Fueron las elecciones de la irrupción de Pablo Iglesias y Podemos, el hito que cambió la configuración de la izquierda a la izquierda del PSOE hasta nuestros días.