Monseñor José Luis Lacunza, en una imagen de 2015.

Monseñor José Luis Lacunza, en una imagen de 2015.

Reportajes

Hallan con vida en Panamá al cardenal Lacunza, el navarro amigo de los indígenas que desapareció

El prelado lleva 53 años en el país, donde es un reconocido personaje por su mediación en el conflicto entre los pueblos originarios y la minería.

1 febrero, 2024 23:19

El pasado martes por la tarde, monseñor José Luis Lacunza, partió en su coche de la ciudad de David, en la provincia de Chiriquí (Panamá), a hacer unas gestiones rutinarias. El miércoles por la mañana, sin embargo, no apareció para oficiar su misa diaria y esto levantó las sospechas del personal del obispado de la diócesis de la misma ciudad, que cursó una denuncia por su desaparición ante la Fiscalía Regional. Tras dos días de angustiosa búsqueda, Lacunza ha aparecido este jueves, según ha confirmado la Conferencia Episcopal de Panamá (CEP).

Según informaciones preliminares de medios locales, se encontraba en "buenas condiciones de salud", dentro de su vehículo y algo desorientado, en un área semiboscosa del corregimiento Jaramillo. Lacunza, que cumplirá 80 años el próximo 24 de febrero, ha sido trasladado a un centro médico para evaluar su estado de salud.

La CEP no ha desvelado por el momento los motivos de la desaparición, pero sí que Lacunza ha sido encontrado en el distrito de Boquete en la provincia de Chiriquí. 

El Ministerio Público ya había abierto una investigación, enviando a seis fiscales a la provincia para ayudar en las diligencias. El procurador general, Javier Enrique Caraballo, no quiso confirmar en declaraciones a los medios los motivos de la desaparición cuando comenzó la investigación. El análisis de las cámaras de videovigilancia orientaron las pesquisas hacia Boquete.

Una cámara de seguridad registró los movimientos de Lacunza, al quien se le vio por última vez en su vehículo, un todoterreno Nissan X-Trail con matrícula 609242, en dirección a San Pablo, una localidad cercana a David.

Amigo de los indígenas

Lacunza, sacerdote agustino recoleto nacido en Pamplona en 1944, llevaba 53 años en Panamá, donde era un personaje público muy querido. Su implicación en la defensa de los derechos de los pueblos originarios y su labor desde el obispado le llevaron a ser un importante mediador entre el Gobierno y los indígenas en diferentes crisis y estallidos sociales de la historia reciente del país.

Desde su llegada a Panamá, Lacunza se interesó especialmente por la situación de los indígenas Ngäbe Buglé, residentes en su comarca. En este sentido, en 2012, fue reconocido con un doctorado honoris causa por parte de la Universidad Autónoma de Chiriquí "por demostrar capacidad para mediar en conflictos nacionales".

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En aquel momento, destacó en su papel de promoción del diálogo en un violento conflicto que estos indígenas mantenían contra diferentes explotaciones mineras e hidroeléctricas en el país. Pese al transcurrir de los años, el conflicto en el país por este tipo de actividad sigue latente: hace unos meses, por ejemplo, en octubre de 2023, hubo nuevas protestas por la renovación de otro contrato minero.

En 2015, cuando Lacunza fue nombrado cardenal por el papa Francisco, el rabino panameño Gustavo Kraselnik, dijo a La Prensa que el navarro era un "hombre de diálogo" y alguien que fomentaba "la cultura del encuentro". No obstante, su postura en la denuncia de la pobreza, el abandono de los indígenas y por la protección de la naturaleza, también le llevó a tener varios encontronazos con las autoridades.

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Su último papel destacado en este ámbito fue como participante de la Mesa de Diálogo único en el Centro de Cristo Redentor de la ciudad de Penonomé, donde actuó como facilitador y representante de la Iglesia católica. Esta mesa pretendía establecer acuerdos que beneficiasen a los indígenas en el acceso a bienes de la canasta básica o al suministro de electricidad.

Vocación temprana

Según declaró a Teinteresa.es con ocasión de su nombramiento como cardenal en 2015, Lacunza ya tenía la "ilusión a los 12 años" de "ser fraile agustino recoleto y trabajar en misión". Además, reconoció que nunca imaginó ni ser "ser obispo, ni cardenal".

Tras discernir su temprana vocación religiosa, monseñor estudió en el seminario menor de los agustinos en Arteida (Zaragoza) e ingresó en la orden el septiembre de 1967. En julio de 1969 fue ordenado sacerdote en Pamplona y, tras apenas dos años en España, fue enviado a Panamá.

Allí se licenció en Filosofía e Historia en la Universidad de Panamá, donde defendió la tesis "Fundamento Espiritual de la Edad Moderna". Desde mediados de la década de 1980, se nacionalizó panameño, país del que se reconoce y, en especial, de su provincia de Chiriquí. Cuando fue nombrado cardenal, prometió que no abandonaría esta región y que iría a Roma sólo cuando el papa se lo exigiese. "Soy chiricano", dijo en una homilía, según recoge el citado medio.

En sus 53 años en Panamá, Lacunza ha sido rector del colegio San Agustín, rector de la Universidad de Santa María La Antigua, obispo de Partenia, obispo auxiliar de Panamá, obispo de Chitré y obispo de David, cargo que ocupa desde hace 23 años.