'Narcos' a la murciana: la amistad del traficante y el policía que ha acabado con los dos en la cárcel
Asuntos Internos ha intervenido 2.000 euros y un Volkswagen Tiguan supuestamente regalados al mando policial encarcelado, que fue condecorado por la Cruz al Mérito Policial por su lucha contra el narcotráfico en Cartagena.
24 febrero, 2024 15:05Los datos de Pedro Andrés M. A. aparecen vinculados a cinco empresas que van desde el sector inmobiliario al agrícola, aunque su 'oficio' más conocido para la Unidad de Droga y Crimen Organizado (Udyco) era el de -supuesto- narco y confidente de la Policía Nacional. Pedro era tan deslenguado que sacaba pecho de tener una gran amistad con el inspector jefe de la Udyco en Murcia, José Guerrero, vendiéndole como su –presunto- socio en operaciones en las que a cambio de una comisión: ofrecía cobertura a bandas para meter droga en grandes cantidades por el puerto de San Pedro del Pinatar.
Algo así como la serie de Narcos en Netflix, pero con un guion mucho más murciano. El confidente Pedro es uno de los 'actores' protagonistas de la investigación declarada bajo secreto de sumario y que asume el Grupo 40 de la Unidad de Asuntos Internos de la Policía Nacional, por supuestos delitos de pertenencia a grupo criminal, contra la salud pública, cohecho y blanqueo de capitales. Este caso supone el tercer escándalo de polis corruptos en el seno de la Udyco de la Región de Murcia, la unidad que debe combatir a las mafias que se lucran con la cocaína, el hachís...
El papel de Pedro es clave en la caída a los infiernos de uno de los pilares en la lucha contra el narcotráfico: el inspector jefe de la Udyco, José Guerrero, el mismo al que en 2014, con motivo de los Santos Ángeles Custodios, el patrón de la Policía Nacional, se le impuso la Cruz al Mérito Policial con distintivo rojo por su acción en una investigación de drogas muy relevante desarrollada en Cartagena. En la comisaría de la ciudad portuaria estuvo destinado el inspector Guerrero, antes de ponerse al frente de la unidad regional de 'estupas' en las instalaciones de Sangonera la Verde.
Tal condecoración está dotada con una pensión vitalicia del 10% que se calcula a través del sueldo del grupo administrativo y trienios del condecorado, pero parece que no debió de ser suficiente para el inspector porque supuestamente se dejó comprar tanto por Pedro como por otro confidente policial: Badr E. B., un empresario y supuesto narcotraficante, de origen marroquí, muy adinerado, con una empresa de venta de vehículos, así como inmuebles en Murcia y Valencia.
El nombre de Pedro Andrés M. A. es sinónimo de dinamita policial porque en febrero de 2006 fue uno de los once detenidos, junto al jefe de Policía Local de San Pedro del Pinatar, por facilitar información y apoyo logístico a una red de narcos compuesta por ciudadanos españoles y marroquíes. Las detenciones se produjeron en una operación antidroga que llevó a cabo la Guardia Civil y que se cerró con un alijo de 4,5 toneladas de hachís en una playa de La Manga.
"Pedro es una buena pieza", tal y como resumen fuentes próximas a la investigación judicial que está declarada bajo secreto de sumario. "Unos narcos de Valencia le quieren matar porque -supuestamente- se ha quedado con dinero porque les ofrecía servicios por su amistad con la Guardia Civil para meter hachís por San Pedro del Pinatar, pidiendo 300.000 euros para mandos, pero luego se quedaba el dinero y no hacía nada".
Pero lo que llegó a oídos de la Unidad de Asuntos Internos de la Policía Nacional fue otra cosa. "El inspector Guerrero tenía buena relación con Pedro Andrés porque era su confidente en la Udyco y este se vendía diciendo que si le daban dinero, le podía dar algo a Guerrero, para que les dejase entrar kilos de coca en España porque les daría cobertura", según detallan las mismas fuentes. "Pedro Andrés se vendía -presuntamente- como facilitador y socio de Guerrero. Parece que se vanagloriaba de ello".
El punto de entrada de la droga era el idílico puerto de San Pedro del Pinatar. Precisamente, las mismas instalaciones portuarias que en 2006 estuvieron en la diana de la Guardia Civil por la organización a la que intervinieron 4,5 toneladas de hachís y en la que figuraba el famoso empresario: Pedro Andrés. En esta ocasión, en base a las diligencias del Juzgado de Instrucción número 7 de Murcia, las operaciones versarían supuestamente sobre tráfico de cocaína porque uno de los delitos que se instruye es el de tráfico de drogas de grave daño para salud.
El Grupo 40 de Asuntos Internos abrió una investigación que incluyó la instalación de balizas en vehículos y pinchazos telefónicos. Parece ser que arrestaron al inspector jefe Guerrero tirando del hilo de Pedro Andrés M. A. y el marroquí Badr E. B.: los dos supuestos confidentes del jefe de la Udyco en Murcia. También investigaron el patrimonio del mando policial, de su mujer y de su hija. EL ESPAÑOL ha confirmado que detectaron que la familia tenía un Volkswagen Tiguan: un vehículo regalado -en apariencia- por uno de los dos supuestos narcos citados anteriormente.
Las pesquisas se iniciaron en julio de 2023 y este martes llegaron a su clímax con la detención del inspector José Guerrero, de su esposa, su hija y su exyerno, así como de los empresarios y supuestos narcos-confidentes: Pedro Andrés y Badr. Uno de los registros se llevó a cabo en el domicilio familiar del mando policial que tiene en San Javier y donde se intervinieron 2.000 euros, así como todos los dispositivos electrónicos: ordenadores, móviles y tabletas. Todo ello, según otras fuentes judiciales, para buscar conversaciones o archivos "de interés para la investigación".
Uno de los ocho registros practicados afectó a un inmueble en Molina de Segura y otro en Ronda Sur en Murcia, propiedad del empresario Badr E. B. y donde los agentes se llevaron una sorpresa: solo estaba la limpiadora. El presunto narco estaba de viaje y próximamente se personará en los juzgados. En los registros, según ha confirmado este diario, se buscaban drogas, armas, munición, incluso criptomonedas y criptodivisas: "Se autoriza la incautación de monedas virtuales que se encontrasen".
Los arrestos se extendieron a Madrid donde cayó un albanés que regenta un negocio. Además, está en busca y captura un ciudadano colombiano. La sede que tiene la Unidad de Droga y Crimen Organizado (Udyco) en la pedanía murciana de Sangonera la Verde se inspeccionó al milímetro por Asuntos Internos. "Ha sido un jarro de agua fría la detención del inspector Guerrero", comenta un policía nacional que conoce personalmente a este mando. "Nadie se lo esperaba".
En el Cuerpo Nacional le tenían tanto cariño al inspector jefe de la Udyco, José Guerrero, tras décadas de servicio, que hasta llegó a hacer de padre en el anuncio que grabó para la UCAM: Saúl Craviotto, el policía nacional destinado en la Comisaría de Gijón y que es el máximo medallista olímpico de la historia de España con nada menos que cinco metales, un hito deportivo que el piragüista comparte con David Calque.
El juzgado de Instrucción número de 7 de Murcia ordenó este jueves el ingreso en prisión del empresario, confidente policial y supuesto narco Pedro Andrés, así como del jefe de la Udyco, José Guerrero. "Parece ser que el inspector tenía contactos con narcotraficantes y recibía 'donativos' por mirar para otro lado", tal y como corrobora otra fuente próxima a la investigación. "Al inspector le pagaron facturas en talleres de vehículos, le dieron un Tiguan que conducía su mujer y a su hija le intervinieron una furgoneta de la empresa donde trabaja".
Llueve sobre mojado
El ingreso en la cárcel del jefe de la Udyco ha caído como una bomba en la Jefatura Superior de Policía de Murcia. A la vista de que José Guerrero fue designado para sustituir en el cargo al anterior responsable de los 'estupas: Juan José Llamas, al que la Audiencia Provincial de Murcia condenó a seis años de cárcel y una multa de 6.240 euros por un delito de tráfico de drogas.
Esa sentencia de la Audiencia también condenaba a su antecesor en la Udyco: Francisco Moreno, a un año y medio de cárcel y multa de 3.000 euros, por otro delito de tráfico de drogas, a quince meses de prisión y una multa de 960 euros, por cohecho, así como otros quince meses a la sombra y una multa de 400 euros, por falsedad. El encarcelamiento del inspector Guerrero evidencia que llueve sobre mojado en la unidad de 'estupas'.