Óscar 'cura' a tus plantas en su hospital-guardería de Madrid: "Incluso hemos arreglado matrimonios"
Es un servicio gratuito abierto al público, un punto de encuentro para socializar y sirve de terapia para las personas que aman la naturaleza.
1 junio, 2024 01:26"La satisfacción por el buen resultado que siente el propietario, cuando aprende a curar su planta y le enseñamos los trucos caseros para que duren más tiempo, es gratificante. Siento que la dedicación y el esfuerzo merecen la pena", comenta a EL ESPAÑOL el fitopatólogo Óscar Domínguez, uno de los responsables del único hospital de plantas de Madrid.
Se encuentra en la zona de Humera, en el municipio de Pozuelo de Alarcón, al noroeste de Madrid. Es pionero en España, y se ha creado desde el aula de educación ambiental.
Las tres hectáreas de zonas verdes están divididas por espacios. Una parte se corresponde al propio hospital, otra al área de guardería, y otra a la zona de proyectos ecológicos y desarrollo sostenible. Este proyecto promueve la diversidad y la inclusión social desde 2004.
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Este innovador proyecto, que promueve la diversidad y la inclusión social desde 2004, se sitúa muy cerca del Parque Forestal de Somosaguas, y apuesta por la vida ecológica.
Gracias a su ubicación geográfica potencia la labor del centro, y ofrece asesoramiento, diagnóstico, tratamiento y cuidado de las plantas. Pero también fomenta la socialización como una forma de terapia para las personas que participan en el proyecto.
En total, colaboran alrededor de 100 voluntarios, procedentes de varios puntos de la capital. También cuentan con la participación de algunos estudiantes de prácticas, según explica Antonio Cano, responsable del proyecto y director del aula de educación ambiental del mencionado municipio madrileño. Acuden durante la semana en diferentes horarios, y realizan diversas actividades.
Todos los miércoles por las mañanas, Óscar y Antonio, junto con 20 voluntarios, reciben a las personas que traen sus plantas para curarlas. El hospital está abierto al público general, por lo que no solo pueden optar a sus servicios los residentes en el municipio. Cuentan que, las plantas que más demandan ser atendidas son los ficus, los geranios, los helechos, el romero, las orquídeas y los bonsáis, entre otros.
"No hay que confundirlo con un vivero o una farmacia. No es solo indicar el producto que tienen que usar, lo que llamamos 'la receta', sino que se enseña a los propietarios de las plantas a cuidarlas, a saber interactuar con ellas y a reconocer las señales de los 'síntomas', sostiene Antonio, biólogo con 30 años de experiencia.
Pasos para la atención
En la recepción, el dueño de la planta se registra con el fitopatólogo, 'el médico', para pasar la consulta con la ayuda de los voluntarios, 'los enfermeros'. Investigan lo que ocurre, si tiene antecedentes o no, se revisa como están las raíces, se limpia, se enseña al propietario cómo se hace y se diagnostica si tiene alguna enfermedad o plaga.
"Después de pasar la consulta, el siguiente paso es aprender los trucos para un mejor cuidado y así los dueños tienen una herramienta efectiva para cuando estén en su casa", explica el fitopatólogo.
Como todo hospital, tienen área de ingreso, de investigación y urgencias (UVI), donde son tratados los casos más graves, que necesitan ser monitorizados y, de ser necesario, permanecer ingresados unos días. Finalmente, los que son dados 'de alta', pasan a la "sala de espera de salida", asevera Cano.
En declaraciones a EL ESPAÑOL, Cano y Domínguez cuentan, como anécdota, que hace poco se presentó un matrimonio joven que estaba en "crisis de pareja" y le ayudaron a salvar su relación.
Tenían una planta dieffenbachia, a la que habían cambiado de ubicación. Desde ese momento, la pareja tuvo desencuentros y cambios emocionales ya que, sin darse cuenta, habían roto un lado la planta, y se echaban la culpa mutuamente. "Al final la trataron, salvaron la planta y la pareja se marchó muy contenta y más unida".
La labor de los voluntarios
El equipo del hospital está conformado por adultos, jubilados y aficionados. Muchos de ellos, cuando vinieron por primera vez, fue porque querían hacer una consulta sobre su planta, y sintieron curiosidad de cómo funcionaba este centro. Quedaron enamorados del lugar, y por eso se apuntaron, ya que vieron que había varios proyectos abiertos en los que podían participar.
Es el caso de Bernardino, un voluntario nacido en Venezuela, conoció el lugar hace cuatro años buscando huertos urbanos por internet. Decidió contactar con el director del aula, Antonio, y al ver de cerca el cuidado y dedicación que tienen con las plantas, decidió empezar a participar.
Antonio cuenta que la idea surgió en 2004, cuando impartían en el aula de educación ambiental un curso de jardinería. Vieron que necesitaban plantas para que los alumnos pudieran ver enfermedades reales y analizarlas, como en un laboratorio, y fue entonces cuando dieron el paso de fundar el hospital.
Han pasado 19 años desde entonces, y lo que empezó como algo pequeño se ha convertido en un "espacio de integración, aprendizaje de seres vivos y terapia", refiere Cano.
Cada año reciben en el centro alrededor de 17.000 personas y unas 300 visitas de alumnos de colegios y universidades. También acogen a empresas que hacen responsabilidad corporativa y a familias en general.
"Nuestra seña de identidad, y lo que hace que sea un éxito este trabajo, es la acción. La gente aprende participando, compartiendo este amor por la naturaleza y desarrollando esta pasión. Es un centro que te genera ilusión, porque lo que haces tiene resultados y es económico. Esa es nuestra filosofía", enfatiza Óscar, fitopatólogo con más de 30 años de experiencia.
La guardería
Según apunta Cano, existe una función de guardería. "Se abre en la época de verano, cuando la gente se va de vacaciones. Si no quieren molestar a su vecino o su familia, lo pueden traer aquí y lo cuidamos hasta la vuelta del propietario, de forma gratuita", comenta sonriente Cano. "Mostramos y enseñamos que las plantas no son solo decorativas, sino que tienen una función social", añade Domínguez.
Este trabajo, en lo educativo y lo social, sirve de compañía para personas con soledad no deseada. También para los que tienen movilidad reducida, "porque necesitan estar erguidos y lo hacen con plantas verticales", explica Domínguez.
El fitopatólogo apunta que Pozuelo de Alarcón es un municipio verde, en el que "hay mucho amor por la naturaleza. Esto es un programa piloto que cualquiera lo podría hacer en su municipio". Pero para eso, añade, "se necesita compromiso ciudadano y voluntad".
Por su parte, Cano manifiesta que son proyectos de participación ciudadana que van más allá de cuidar una planta en tu casa: "Aquí son mantenidas por dos jardineros y por la propia comunidad, los voluntarios y los practicantes".
"No se mantiene con el dinero de los impuestos de los pozueleros, como algunos piensan. Si fuese así, hace años que habría cerrado. El tener este proyecto 19 años indica que siempre ha sido apoyado por la autoridad de turno. Cuidar la vida no tiene precio, está hecho con empeño", aclara Cano.
Todos los invernaderos y espacios se han hecho mediante programas de empleo, procesos formativos de albañilería, jardinería... "La Comunidad de Madrid nos ha dado lo necesario para formar este proyecto", apunta el fitólogo.
También explica que, desde su creación, "han venido distintas empresas para hacer voluntariado, con programas de responsabilidad social corporativa, para que no digan que es pagado a base de impuestos".
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Trucos para cuidar las plantas
El fitopatólogo recomienda:
1.- Tener una buena ubicación para recibir luz es una de las soluciones para mantener una planta en buen estado. Basta con pequeñas lámparas led, que no consumen mucho y ayudan a mantener la temperatura correcta. Las plantas deben recibir luz solar indirecta.
2.- No se deben regar todos los días, porque se ahogan y se pudren. Tiene que tener un buen drenaje, un desfogue por debajo.
3.- Cuando se tiene una maceta, hay que apretar mucho la tierra, dejarla lo más compacta posible, porque tiene que soltar el agua.
4.- Hay que estar atento a la planta. Hay que estar pendiente del primer síntoma, si se nota que hay algo extraño. Con solo verla unos cinco minutos al día, el propietario podrá darse cuenta de si ha cambiado de color, si se ha deteriorado la punta o si no ha soltado ninguna hoja
5.- La planta no se deprime, pero si el dueño está mal emocionalmente es probable que cambie de hábito, y eso la planta lo nota. Por ejemplo, sucede con la orquídea, que es una de las más sensibles.
6.- En verano, las plantas pueden ser atacadas por insectos. En ese caso, se recomienda rociar un insecticida natural o químico.
Otros proyectos
Dentro del extenso terreno también hay un espacio con un estanque de baño al estilo japonés, que demuestra que es posible que las plantas pueden mantener el agua perfectamente limpia. Este pequeño estanque se bombea con un sistema de energía solar.
Así se demuestra que la piscina pasa a ser un elemento de consumo, y que es posible cambiarlo por un elemento que trae biodiversidad, anfibios, insectos y es beneficioso para todos.
Con el proyecto Centro de Recursos de Educación Ambiental para la Sostenibilidad, CREAS, ganaron el premio "The Green Building Solutions Awards", en la Cumbre COP21, celebrada en París en 2015.