El Guardia Civil Jacobo Barchín en su silla de ruedas rumbo a la rehabilitación.

El Guardia Civil Jacobo Barchín en su silla de ruedas rumbo a la rehabilitación. Cedida

Reportajes

La lucha de Jacobo Barchín para volver a la Guardia Civil: se quedó en silla de ruedas tras un accidente

Diagnosticado con 70% de discapacidad física, las probabilidades de volver a la actividad depende del Ministerio de Defensa.

21 junio, 2024 02:50

Jacobo Barchín lucha todos los días por volver a trabajar en la Guardia Civil. Tuvo un accidente cuando iba con la bicicleta en diciembre de 2020 en Mutxamel (Alicante) y, desde entonces, no ha podido ejercer su profesión. Con una discapacidad del 70%, reclama al ministerio de Defensa volver.

Ese día por la mañana, Jacobo salió de casa a montar bicicleta, una de sus pasiones. En su camino se encontró en el arcén de la carretera con una arqueta abierta y se cayó dentro.

El lugar estaba sin señalización y sin alcantarillar. La caída le ocasionó una lesión medular en la vértebra dorsal 12. Tuvo que ser rescatado en helicóptero y llevado al Hospital General de Alicante, donde lo operaron el mismo día.

Momento del rescate en helicóptero del Guardia Civil Jacobo Barchín en Alicante.

El 23 de diciembre fue derivado al Hospital de Aguas Vivas, en Valencia, para iniciar su rehabilitación. "Siempre lo he visto optimista, aunque tuvimos que pasar Navidad y Nochevieja de forma distinta", explica Raquel, su esposa, a EL ESPAÑOL.

En enero de 2022, obtuvo el alta del ingreso pero acude sin compañía todas las mañanas a su rehabilitación. Hace un año y medio cambió su coche manual por uno automático tipo suv y compró una silla de ruedas ligera para ser independiente en sus desplazamientos.

"Vivimos en un piso de alquiler, así que no hemos modificado nada en casa. Nosotros hemos aprendido a organizarnos. Jacobo camina con ayuda de un andador y ha mostrado un gran avance", relata Raquel.

Del Ejército a Guardia Civil

Jacobo es natural de San Clemente, en Cuenca y desde pequeño quería ser guardia civil. La primera vez que lo intentó fue en 2010. Por un tema de reducción de plazas entonces no lo consiguió, así que, decidió entrar al Ejército de Tierra, donde permaneció de 2011 a 2015 en la base militar El Goloso, en Madrid.

Cuatro años después logró su sueño, se presentó nuevamente y obtuvo la plaza de Guardia Civil. Trabajaba en el área de Seguridad Ciudadana, patrullando las calles. Seguro de su objetivo y que su lugar era ese.

"Su vocación ha sido siempre servir a los ciudadanos y mientras estuvo en el hospital también estudiaba. Ha hecho cursos de Especialista en Ciberbulling, Ciberterrorismo, Delitos de Odio y Discriminación, porque su discapacidad no es intelectual", aclara Raquel.

Raquel y el Guardia Civil en el día de su boda.

Raquel y el Guardia Civil en el día de su boda. Cedida

Raquel y Jacobo se conocieron hace 12 años en Albacete y en julio de 2023 contrajeron matrimonio. Fue una boda muy emotiva. Él con su traje de guardia civil ayudado con un andador. "Siempre voy a estar al lado de mi marido apoyándole en lo que haga falta", expresa la esposa.

Volver a trabajar

Cuando se cumplió un año y medio del accidente, Jacobo fue a un tribunal médico en Valencia por primera vez. A los examinadores les sorprendió lo bien que iba la recuperación, y le prometieron que iban a hacer todo lo posible para que le reconocieran 'Apto con limitaciones' y pudiera volver a trabajar en el Cuerpo.

Raquel asegura que: "La lesión de Jacobo es solo medular, a la altura de la cintura. Puede usar el ordenador, escribir, hablar, porque la parte cognitiva está al 100%. Nunca se ha planteado renunciar a esta causa y yo lo acompaño en su lucha".

Casi a los 18 meses después del accidente lo llamaron del Tribunal Militar de Valencia para que se presentara. En esa ocasión, la médica que lo vio dijo que Jacobo era una persona capacitada para poder trabajar y lo iban a ayudar, porque había sido muy valiente, pero que era necesario tener reconocido el grado de discapacidad.

Después de esa conversación, empezaron con los trámites y seis meses después se personó al mismo Tribunal a presentar el documento. Tal fue su sorpresa cuando le dijeron que con un 70% de discapacidad física no podía volver a trabajar en la Guardia Civil.

Raquel recuerda que le recomendaron a su marido que busque una asociación para que no se aburra por las tardes y se mantenga entretenido, pero volver al Cuerpo era imposible. Palabras que le sentaron como un puñal a la pareja.

Las alegaciones

En julio del 2023, Jacobo presentó las alegaciones porque no estaba de acuerdo y lo consideraba una discriminación. Cuatro meses después, lo volvieron a llamar para que se acercase al Tribunal Médico Gómez Ulla, en Madrid.

El Guardia Civil Jacobo Barchín y su esposa Raquel.

El Guardia Civil Jacobo Barchín y su esposa Raquel. Cedida

Hace seis meses acudieron nuevamente al tribunal de Madrid y lo derivaron a una traumatóloga y una neuróloga para una valoración de su estado de salud. El resultado de esas pruebas arrojaron que sí estaba capacitado para trabajar que lo iban a proponer para un 'Apto con limitaciones'.

Según cuenta su esposa Raquel a EL ESPAÑOL, hace unas semanas recibieron el 'acta', donde indica que 'no es apto' y le han subido el grado de discapacidad a 76%. De esa manera, quedaría justificado su paso a retiro y lo proponían para una incapacidad permanente.

Apoyo jurídico

Jacobo no se da por vencido y esta vez, de la mano de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) de Alicante y su servicio jurídico. El letrado Alberto Manuel Mollá está llevando su caso para revertir la situación, porque lo consideran una discriminación.

El Guardia Civil Jacobo Barchín en sus ejercicios de rehabilitación.

Según explica el letrado a este periódico, la Guardia Civil no contempla la posibilidad que un miembro pueda trabajar en silla de ruedas y la defensa propone que se respete su derecho a la inclusión laboral. Hace una semana se presentaron las últimas alegaciones y están a la espera de la decisión del Ministerio de Defensa.

Hasta el momento solo se sabe del caso de una mujer que trabaja en silla de ruedas en una oficina realizando funciones administrativas, la soldado Isabel Fernández, del Ejército de Tierra, en la academia de infantería de Toledo, declarada ‘Apta con Limitaciones’ (AL).