El Yoyas, en una foto previa a su fuga de la justicia.

El Yoyas, en una foto previa a su fuga de la justicia. Europa Press

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Los 60 días del 'Yoyas' en una masía para burlar a la Policía: una bici para estar 'fit' y víveres de familiares

El prófugo llevaba años recibiendo cobertura de su círculo más cercano. Los investigadores le encontraron sucio y demacrado.

27 junio, 2024 04:47

Muchos vecinos de comarcas de la provincia de Barcelona avisaron a las autoridades porque habían creído verle. En realidad en los dos últimos meses ya nadie sabía de él. Había desaparecido hasta convertirse en una sombra. En sus casi dos años de fuga, salvo en contadas ocasiones, Carlos Navarro, alias El Yoyas, había sido un fantasma. En los últimos tiempos llevaba 60 días sin salir de la masía en la que ahora se escondía de la justicia. Hasta que fue localizado este martes.

El Yoyas, prófugo y condenado por violencia de género, permanecía encerrado sin que le diera la luz del sol, escondido como un ermitaño, convirtiendo su escondite en una madriguera inexpugnable. El lugar, una casa situada en la comarca de Anoia, cerca de Igualada (Barcelona).

En la operación, ha resultado fundamental la cooperación entre los Mossos d'Esquadra y el Grupo de Localización de Fugitivos de la Policía Nacional. Los agentes llevaban meses monitorizando los movimientos de los más allegados del prófugo, vigilando quién entraba, quién salía, qué le llevaban. Al tomar la decisión de la masía todavía no habían podido verle la cara, porque apenas salía de su interior. 

Sin embargo, los agentes habían recabado tal cantidad de indicios que el juzgado de Las Palmas, el que dictó la orden de busca y captura, accedió a la entrada y el registro. Todo apuntaba claramente a que estaba en esa vivienda.

La casa en la que se ocultaba en las últimas semanas 'El Yoyas' no pertenecía a nadie de su familia, según confirman a EL ESPAÑOL los investigadores. Sin embargo, tras largos meses de vigilancias advirtieron que las visitas eran cada vez más frecuentes, y eso les hizo establecer la hipótesis de que el fugitivo se ocultaba en ese lugar. Hasta allí se desplazaban personas de su entorno cargadas con toda clase de víveres.

Medidas de protección

Esta semana entraron por fin y confirmaron sus sospechas. Dentro los agentes hallaron a un hombre muy delgado, vestido con chándal de color negro, demacrado y melenudo. Con una falta de higiene absoluta.

La captura no ha sido sencilla ni en el último momento. 'El Yoyas' contaba en la vivienda en la que se ocultaba con un sistema de bloqueo en la puerta de acceso. Cuando Mossos y Policía Nacional han intentado entrar él ha empujado la puerta desde dentro. Al final no le ha quedado más remedio que ceder. 

En el salón todo estaba dispuesto y preparado para un largo encierro, con utensilios para hacer ejercicio, como una bicicleta estática o una cinta de correr. Había también restos de comida, un gran desorden. Las luces del hogar estaban enfocadas hacia el suelo, de forma que no pudiera apreciarse el reflejo desde fuera. 

Todas las ventanas estaban tapiadas. Así, ni un rayo de luz podía colarse en el interior. Del mismo modo, El Yoyas ideó una doble persiana interior para que la luz de la casa no pudiera observarse apreciarse desde fuera. Era prácticamente imposible comprobar si alguien estaba viviendo en su interior.
 
Dicen los investigadores que pese a no pertenecer al mundo del crimen organizado o a una banda criminal, 'El Yoyas' ha tomado más precauciones que muchos de los prófugos que se han encontrado en los últimos años. Más que Hugo Armando 'El Pollo' Carvajal, exjefe de la Inteligencia Militar de Venezuela, quien en Madrid logró ocultarse durante largos meses de quienes le buscaban, e incluso logró cambiarse de apartamento en diversas ocasiones.

"Tenía la casa preparada para estar encerrado. Ser tan meticuloso en todos los detalles lo hizo todo más complicado. Para estar tanto tiempo encerrado hay que ser muy fuerte psicológicamente, y este tipo lo ha sido", señalan desde el Grupo de Localización de Fugitivos de la Policía Nacional.

El Yoyas necesitaba una conexión con el exterior, y la familia se la proporcionaba. Ese era el hilo del que consiguieron tirar los agentes para poder poner fin a casi dos años de fuga y de encierro.

Otros escondites

Fue en abril de 2021 cuando la Audiencia de Las Palmas confirmó la condena de cinco años y ocho meses de cárcel impuesta por un juzgado de Gran Canaria a Carlos Navarro, al considerarlo culpable de un delito de maltrato habitual y cuatro de lesiones cometidos contra su exesposa, Fayna Bethencourt, en presencia de los dos hijos de ambos, así como de dos delitos leves de vejaciones y amenazas.

El Juzgado de lo Penal 5 de Las Palmas de Gran Canaria dictó un auto en el que decretaba la búsqueda y captura de Navarro para su ingreso inmediato en prisión tras desatender el requerimiento del Juzgado de paz de Vilanova del Camí (Barcelona) del 14 de noviembre de 2022 para ingresar voluntariamente en prisión.

Desde entonces la Policía le seguía el rastro. Y hacía seis meses tenían aproximadamente delimitada la zona en la que se estaba ocultando el prófugo. Sabían que la familia se había movido también por otros apartamentos, que si estaban a su nombre, pero no lograban nunca que El Yoyas saliera de su madriguera. 

Sin embargo, como 'El Yoyas' resultó de lo más escurridizo a los investigadores les queda la duda todavía de si estuvo ocultándose en otras casas diferentes. 

Es una de las más férreas hipótesis, dado que la familia le había prestado apoyo en todo momento. Hubo avisos de vecinos que declararon a las autoridades haberle visto comprando en estancos y entrando en bares. Pero ninguna foto lo pudo demostrar. Esas pistas sirvieron para delimitar la zona en la que ahora se le ha localizado.