En junio de 2016, Juan Carlos y su mujer, la reina Sofía, acudían a la Academia de las Artes de San Fernando, en la calle Alcalá de Madrid, para acompañar a su amigo Simeón de Bulgaria en la presentación de su autobiografía, Un destino singular. El Rey Emérito fue el encargado de hacer la introducción en el acto, usando delicadas y bellas palabras hacia el búlgaro, compañero de su juventud, a quien protegió y trató íntimamente durante el largo exilio de Simeón en España.

Esa misma tarde, ante la pregunta de los periodistas de si el padre de Felipe VI estaba pensando escribir también la historia de su vida, él dijo: "¡Nunca voy a escribir mis memorias! ¿Para qué? ¿Para decir mentiras? La verdad no se puede contar, así que me lo guardaré [hizo un gesto como de tragarse sus secretos] y me lo llevaré allá arriba", añadió mientras señalaba al cielo.

Por eso, puede que más de uno se haya sorprendido -entre los que no está su hijo, el Rey, que sabe desde hace tiempo de la intención de su padre- cuando el pasado martes la revista francesa Point de Vue, adelantaba la próxima publicación en noviembre de la historia del rey Juan Carlos contada por él mismo. Según decía la publicación de la gala, a lo largo de más de 500 páginas, el padre de Felipe VI explica sus errores y sus malas elecciones. No oculta nada de sus arrepentimientos. Habla con el corazón abierto, como quien sabe que no le queda mucho tiempo.

Juan Carlos normaliza sus visitas a España tras casi 4 años residiendo en Abu Dabi.

Juan Carlos normaliza sus visitas a España tras casi 4 años residiendo en Abu Dabi. Europa Press

Según ha podido saber este periódico, el Emérito lleva más de dos años con ayuda de amigos y conocidos recopilando documentos. Él mismo ha grabado cintas con sus recuerdos, desde su infancia en el exilio hasta el momento actual, en el que se encuentra prácticamente en la misma situación, aunque sea en una mansión de lujo en Abu Dabi.

La escritora francesa Laurence Debray –ayudada por un periodista español– que ya ha escrito sobre el rey Juan Carlos y prepara la publicación de otro libro, ha sido la encargada de ordenar todos los escritos y testimonios, aunque será el propio rey Juan Carlos quien vaya a firmar sus memorias. Será una autobiografía en la que, según la revista Point de Vue, el exjefe del Estado reivindica su legado y, también, pide perdón por los errores cometidos. De ahí el título, Reconciliación, ya que ese parece ser es el objetivo final.

La revista francesa pone en boca del rey Juan Carlos estas frases: "Mi padre siempre me aconsejó que no escribiera memorias. Los reyes no se confían. Menos aun públicamente. Sus secretos permanecen enterrados en la oscuridad de los palacios. ¿Por qué voy a desobedecerlo hoy? ¿Por qué finalmente cambié de opinión? Porque tengo la sensación de que me están robando mi historia”.

Puede que el Emérito tuviera razón cuando le aconsejó a su hijo que no contara su versión de la historia. Puede que Juan Carlos haya hablado este misma semana con Felipe VI sobre la futura autobiografía del anterior de Jefe del Estado. Y es que hace unos días hubo una reunión "privada y familiar" en Marín, Galicia, del Emérito con su hijo, su nuera, la reina Letizia, y sus nietas, la princesa Leonor y la infanta Sofía. A lo mejor la Familiar Real le preguntó sobre Reconciliación.

Entre esas 500 páginas, se pregunta una persona a la familia Borbón, "¿va a contar las zonas oscuras de su biografía a pecho descubierto? Esta misma semana se han publicado sus fotos con Bárbara Rey, en las que se ve como se besan de forma pasional. ¿Eso lo va a contar? Sinceramente, por el bien de la reina Sofía y de su hijo, espero que sea una biografía light y desnatada. Una de esas que hacen los famosos para dejar la historia escrita como a ellos les gustaría que hubiera ocurrido".

Esta no es la primera biografía que se escribe con el permiso de Juan Carlos. En 1993, el escritor José Luis de Vilallonga publicó un libro basado en conversaciones con el exjefe del Estado titulado El Rey, que en su día ya causó polémica sobre todo por el capítulo en el que se refería al golpe de Estado del 23-F. A lo largo de los años, numerosos escritores e historiadores han escrito, con mayor o menor fortuna, biografías del rey Juan Carlos, pero ahora parece ser que es él quien tiene la última palabra.

¿Qué es lo que le ha hecho cambiar de opinión al padre de Felipe VI respecto al 2016? Al parecer, y según Point de Vue, Juan Carlos tiene la sensación de que le están "robando su historia" y en este libro quiere dar su versión, reconocer sus errores y pedir perdón por las equivocaciones que haya cometido a lo largo de su vida. Pero, ¿hablará de esas verdades que él mismo asegura que no se pueden contar? ¿Tratará esos puntos oscuros que hay en su biografía y que nunca se han aclarado? ¿Qué cosas no aparecerán en este libro que verá la luz en noviembre en Francia?

El rey Juan Carlos llega al aeropuerto de Vigo donde le espera su amigo, Pedro Campos, en un jet privado procedente de Abu Dabi y tras un parada en Vitoria.

El rey Juan Carlos llega al aeropuerto de Vigo donde le espera su amigo, Pedro Campos, en un jet privado procedente de Abu Dabi y tras un parada en Vitoria. Europa Press E. E.

Si echamos la vista atrás, la vida del exjefe del Estado español es perfecta para ser el argumento de una buena novela. Desde su nacimiento en Roma a consecuencia del exilio en el que se encontraban sus padres, los condes de Barcelona, hasta su situación actual en Oriente Medio, se trata de un personaje histórico que ha llenado y llenará páginas y titulares de libros y periódicos.

Han sido muchos los escándalos en los que el Emérito se ha visto envuelto y, aunque hubo una etapa en España en la que se iban tapando por el bien de la estabilidad política del país, lo cierto es que con la llegada de su hijo al trono y su era de transparencia los viejos fantasmas del pasado han vuelto, y son esos de los que Juan Carlos debería arrepentirse en sus memorias.

Un capítulo debería ser sólo para aquella fatídica noche africana de abril de 2012. Han sido varios los amigos del padre de Felipe VI que le han escuchado comentar que, si nunca hubiera hecho aquel viaje, seguiría siendo Rey o, por lo menos, seguiría viviendo tranquilamente en el Palacio de la Zarzuela. Todo se destapó cuando se rompió una cadera durante una cacería en Botsuana. Tras su viaje de vuelta a España, la Casa del Rey se vio obligada a reconocer que Juan Carlos se había marchado al país africano con la intención de cazar elefantes y que, a consecuencia de una caída por la noche en su cabaña de lujo del safari, tenía que ser operado de urgencia.

Tras la intervención en un hospital de Madrid, se vio obligado a pedir disculpas de forma pública: "Lo siento mucho, me he equivocado y no volverá a suceder". Esta fue la frase que pronunció y que no consiguió zanjar la polémica. Puede que en sus memorias explique quién le invitó a ese safari, quién iba con él y qué pasó en la pista del aeropuerto de Torrejón de Ardoz cuando el vuelo privado que lo repatrió desde África pisó suelo español y el entonces jefe de la Casa del Rey, Rafael Spottorno, no dejó bajarse en Madrid a la que entonces todavía era su amante, la alemana Corinna Larsen.

Esto provocó una de las escenas más surrealistas de aquellos tiempos. "Ella estaba histérica porque quería acompañar al entonces Rey al hospital. Spottorno se lo negó de forma rotunda. El jefe de Estado estaba ya en la ambulancia deseoso de irse al hospital porque había tenido un viaje horroroso por el dolor, por lo que no salió en su defensa, lo que hizo que ella se enfadará mucho más. Al final, aceptó seguir rumbo a Mónaco, pero jurando en arameo", cuenta a este diario una persona cercana al entonces equipo de Zarzuela.

Esta exprincesa germana y su historia de amor con Juan Carlos es otro de los episodios que promete ser de los más interesantes en Reconciliación. La amante más duradera de Juan Carlos, y que casi termina con el matrimonio de los padres de Felipe VI, conoció al Emérito en 2003, en Ciudad Real, concretamente en la finca La Garganta, propiedad del VII duque de Westminster. Las revelaciones sobre su relación y la polémica por la cacería fueron lo que precipitó su abdicación, cosa que ocurrió el dos de junio de 2014, aunque lo achacó a problemas de salud.

El rey Juan Carlos y el entonces príncipe Felipe.

El rey Juan Carlos y el entonces príncipe Felipe. Europa Press

Mantuvieron una larga relación y, tras destaparse el escándalo, la alemana, alegando que temía por su vida y la de su hijo, sacó a la luz todos los secretos sobre la misma, sobre todo cuando se destapó el escándalo de la comisión de 100 millones que recibió desde Oriente Medio por mediar a favor de España en el tren de Alta Velocidad de La Meca, de los que 65 fueron a parar a ella y a su hijo.

Puede que entre sus líneas podamos leer cómo fueron aquellos años en los que la amante del Emérito se instaló en Madrid, en la finca La Angorilla, a escasos kilómetros del Palacio de la Zarzuela, donde el entonces Rey seguía viviendo con su esposa, Sofía. Allí, con todos los gastos pagados y en pleno monte de El Pardo vivieron Corinna y su hijo, Alexander, hasta finales de abril de 2012, cuando tuvo que hacer la maleta, entre lágrimas, y abandonar la finca en la que había vivido, de forma intermitente desde 2008.

La relación con el padre de Felipe VI comenzó en 2003 y se afianzó al año siguiente, cuando Ingrid (nombre en clave de la alemana para la central de inteligencia española) se encargó de organizar la luna de miel de los príncipes de Asturias tras su boda, en mayo de 2004. En ese capítulo de su vida tendría que narrar los supuestos planes de boda que tuvieron y el enfado mayúsculo de Corinna cuando su amante le comunicó que había decidido abdicar a favor de su hijo Felipe.

Junto a ella siempre nos quedará otra polémica imagen que ha dejado al Emérito por los suelos: la que se ve a Juan Carlos disfrutando de una barbacoa con gorra y bañador fosforito en los jardines de La Angorilla. "Aquella foto fue tremenda. Para Sofía fue casi peor que enterarse de todo lo demás, lo de verle allí, en modo padre de familia…", explica la misma fuente.

El episodio en el manuscrito referente a las mujeres de su vida debe ser muy amplio, ya que Corinna no ha sido la única que ha pasado por la vida de Juan Carlos además de la reina Sofía. La española Marta Gayá merece tantas líneas en la biografía del Emérito como la alemana. Su relación con el padre de Felipe VI fue larga y pública durante sus veraneos en Mallorca, llegando al punto de hablar en 1992 con el entonces presidente del Gobierno, Felipe González, sobre un posible divorcio real y una boda con la decoradora, hecho que nunca llegó a producirse.

"En la isla lo sabía todo el mundo. Ella iba a las recepciones, el Rey salía con su moto y el casco para ir a buscarla a casa. Luego se veían en Suiza y en Londres cada vez que tenía un hueco en la agenda. Para mí, fue el verdadero amor de Juan Carlos, o eso es, al menos, lo que siempre hemos pensado los que lo vivimos de cerca".

Corinna Larsen en 2014.

Corinna Larsen en 2014. Europa Press

Su relación siguió muchos años como una simple amistad, hasta el punto de que Arturo Fasana, el testaferro suizo de Juan Carlos, sacó un millón de euros en metálico de la cuenta de la Fundación Lucum para dárselo a Marta Gayá sin dejar rastro. Los fondos fueron ingresados también en efectivo por ventanilla en una cuenta de la excompañera sentimental del ex monarca en la banca Mirabaud de Ginebra. Hecho que igual el emérito quiere dejar clara su versión en su autobiografía.

Esta misma semana, una revista holandesa, publicaba las fotos de Juan Carlos besando a Bárbara Rey y hay quien asegura que tuvo un affaire con Sara Montiel. El caso es que en un libro firmado por Amadeo Martínez se aseguraba que el emérito es el hombre de las 5.000 amantes.

Puede que, en sus grabaciones para la francesa Laurence Debray, el exjefe del Estado haya explicado las comisiones que se llevó por su gestión del AVE a La Meca, las tarjetas black, los millones en Jersey o las Nocheviejas en Los Ángeles acompañado por Abdul Rahman El Assir, un conocido traficante de armas con orden de busca y captura en España, con el que comparte muchas jornadas en su casa de Emiratos Árabes Unidas (EAU) o con el que acude al tenis o la Fórmula 1 sin ningún tipo de pudor.

Sin duda, otro de los capítulos más interesantes de Reconciliación será el que cuente la bronca que se produjo entre padre e hijo en marzo de 2020, lo que motivó que el rey Felipe VI renunciara, de forma pública, a la herencia que "personalmente le pudiera corresponder" de Juan Carlos. Así dejaba de percibir la asignación fijada en los presupuestos de la Casa del Rey. No obstante, el Código Civil prohíbe renunciar a una herencia si antes no hay un fallecimiento, así la renuncia del Rey es simbólica y cuando llegue el momento tendrá que hacerla efectiva.

Sus dos hijas serán sin duda dos figuras importantes en la publicación que preparar la editorial Stock, propiedad de Hachette. La infanta Elena y la infanta Cristina son dos de las mayores preocupaciones que tiene Juan Carlos, hasta el punto de haber creado una fundación pensando en el futuro de las dos hermanas de Felipe VI. Pendiente de ellas siempre y de sus nietos, el Emérito fue clave en la presión que ejerció sobre Iñaki Urdangarin, al que consideró siempre poca cosa para la hija de un Rey. El caso Nóos y su gestión sería un buen argumento para ser parte del libro.

Si pudiéramos expresar un deseo de lo que querríamos leer entre sus páginas, nos encantaría descubrir la verdad sobre su relación con la reina Letizia. Muchas fuentes aseguran que nunca le gustó y que en un primer momento se negó a la boda de la periodista divorciada con su hijo y que Felipe VI le puso entre la espada y la pared.

"Pero si se llama Reconciliación es probable que no diga ni una sola palabra sobre esto, al no ser que quiera que su hijo no vuelva a dirigirle la palabra nunca", sentencia la misma fuente. Con todas las versiones de los hechos que Juan Carlos debería aclarar en su libro, es posible que 500 páginas se nos queden muy cortas. Sabemos el título, conocemos el autor, que será el propio Emérito, pero nos falta saber la dedicatoria, ¿tal vez a la Reina Sofía?