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Cuando desde la autopista nacional A-23, a la altura de Caudé (Aragón, 223 habitantes), se visualizan varios Airbus A380 —el avión de pasajeros más grande del mundo— todo alrededor comienza a parecer una hipérbole. Pero no lo es. Hace unos años, el lema "Teruel Existe" llevó a un partido político homónimo al Congreso de los Diputados.

No mencionaron en aquel entonces, eso sí, la fortuna que tienen los turolenses a escasos kilómetros del centro histórico de la ciudad: la plataforma de mantenimiento, reparación y revisión de aviones más grande de Europa. Prácticamente un hotel cinco estrellas para los gigantes metálicos.

Son muchos los españoles que lo desconocen, pero en la que es una de las provincias menos pobladas del país se encuentra una meca de la aviación mundial. Hasta aquí envían sus aviones compañías aéreas de todos los lugares posibles —desde Lufthansa, que es alemana; hasta Etihad Airways, de los Emiratos Árabes; o FlyScoot, de Singapur—.

Los motivos son varios y diversos. Se encuentran en Teruel aviones que necesitan ser reparados o mantenidos para superar una revisión, pero también algunos que vienen a ser almacenados durante un tiempo determinado —algo muy común, por ejemplo, durante la crisis derivada del Covid-19— o simplemente a morir.

El 'cementario' más grande

Desde la dirección del Aeropuerto evitan la palabra. Pero Teruel se ha convertido, también, en el cementerio de aviones más grande del continente. Dentro de sus límites se pueden visualizar aeronaves comerciales que han dejado de prestar servicio o, resumidamente, se les ha jubilado. Esta última práctica ha sucedido especialmente durante esta última década con los aviones cuatrimotores, debido a sus altos costes de mantenimiento pero también de combustible. Han muerto los Airbus A340 de la mayoría de las flotas del mundo, entre ellos de la española Iberia, y buena parte de los A380 que nacieron como una novedad en el mundo de la aviación por sus dos pisos completos. 

Un Airbus A380, un Boeing 747 y un Airbus A330 'descansan' en la plataforma del Aeropuerto de Teruel.

Un Airbus A380, un Boeing 747 y un Airbus A330 'descansan' en la plataforma del Aeropuerto de Teruel. Antonio García.

El Airbus A340, a la izquierda, es uno de los aviones más retirados de la última década. Iberia y la alemana Lufthansa, a quien perteneció el de la imagen, ya se han deshecho de todos sus modelos.

El Airbus A340, a la izquierda, es uno de los aviones más retirados de la última década. Iberia y la alemana Lufthansa, a quien perteneció el de la imagen, ya se han deshecho de todos sus modelos. Antonio García.

Todos estos son en Teruel, poco a poco, despiezados —reciclados en un 95%, afirman desde Tarmac Aerosave, la empresa encargado de ello—. La imagen de aviones en fila esperando a desaparecer es, básicamente, suntuosa. Algunos han comenzado su proceso, que puede tardar varios meses. Otros todavía permanecen enteros, a la espera de que sus motores sean retirados, primero. Y vaciados por dentro, después. 

Su modelo competitivo

Pero en estas instalaciones hay mucha más vida que muerte. Mucho más aire que suelo. Alejandro Ibrahim Perera (Las Palmas de Gran Canaria, 1965), director del Aeropuerto de Teruel, recibe a EL ESPAÑOL | Porfolio en las instalaciones al mismo tiempo que un Airbus A330 recién acondicionado se prepara para emprender su viaje a Belo Horizonte, Brasil. Un recorrido de más de ocho mil kilómetros a pesar de que los brasileños son popularmente conocidos como buenos gestores de aviación: en el país hay cientos de centros de mantenimiento que son comúnmente utilizados también por aerolíneas estadounidenses.

Entonces, ¿por qué venir hasta Teruel? "La razón principal es que ofrecemos un modelo de negocio muy competitivo. Los costos de mantenimiento en Teruel son significativamente más bajos que en otros lugares de Europa o incluso de América Latina. Además, tenemos mucho espacio disponible para estacionar y trabajar en los aviones. Por otro lado, el clima seco de Teruel es ideal para la preservación de aeronaves. En lugares con mayor humedad, como Brasil o algunas regiones de Europa, las aeronaves tienden a deteriorarse más rápido", explica Alejandro Ibrahim.

El Airbus A330 recién acondicionado despega rumbo a Belo Horizonte, Brasil. El despegue se coordina desde la Base Aérea de Torrejón de Ardoz, en Madrid, al carecer Teruel de torre de control.

El Airbus A330 recién acondicionado despega rumbo a Belo Horizonte, Brasil. El despegue se coordina desde la Base Aérea de Torrejón de Ardoz, en Madrid, al carecer Teruel de torre de control. Antonio García.

Además de los costos reducidos y el clima, Teruel tiene algo más. Contradictoriamente a sus conexiones con el resto de la Península Iberíca —aún se discute, por ejemplo, sobre la nueva línea de tren directo a Madrid—, la ciudad está situada en un punto estratégicodeEuropa, que permite servir a aerolíneas del viejo continente como a compañías de América y Asia. Y, cabe destacar, muy cerca también de Tolouse —donde se encuentra Airbus, actualmente la mayor fabricante del mundo—.

"Y contamos con un equipo altamente especializado y alianzas con empresas líderes en mantenimiento y desmantelamiento de aviones. Por ejemplo, trabajamos con Tarmac Aerosave, que es una de las empresas más importantes en el reciclaje de aviones, lo que nos permite ofrecer un servicio integral", continúa Alejandro.

Casi mil empleados

El doctor en Ingeniería Aeronáutica es el único director que ha tenido el aeropuerto en sus recientes 12 años de vida. Se embarcó en el proyecto sin conocer si algún día llegarían al punto en el que están ahora: 540 hectáreas de espacio —en pleno proceso de ampliación— y 700 empleados directos. Además, claro, de ser un lugar de referencia para la aviación mundial. "Estamos ampliando la plataforma de estacionamiento de aeronaves", prosigue Alejandro, esta vez a pie de pista. "Esta es ya la tercera ampliación que realizamos en el aeropuerto, y con esto podremos recibir más aviones de diferentes aerolíneas".

Desde dentro las instalaciones del aeropuerto son aún más asombrosas. La pista de aterrizaje tiene 2825 metros de largo y se integra en una plataforma de estacionamiento de 100 hectáreas. Entre los varios hangares, construidos para poder dar servicio a aviones de pasillo único —como los Airbus A320 o los Boeing 737—, pero también a aviones de fuselaje ancho, destaca uno de reciente construcción que es capaz de albergar dos Airbus A380, siendo uno de los más grandes de Europa.

Tres Boeing 777 y un Airbus A380 son almacenados. Al fondo, los hangares de Tarmac Aerosave, una empresa francesa participada por Airbus y Safran.

Tres Boeing 777 y un Airbus A380 son almacenados. Al fondo, los hangares de Tarmac Aerosave, una empresa francesa participada por Airbus y Safran. Antonio García.

Un Airbus A330 de Condor Flugdienst, con su librea 'Island', recibe mantenimiento en uno de los hangares de Tarmac.

Un Airbus A330 de Condor Flugdienst, con su librea 'Island', recibe mantenimiento en uno de los hangares de Tarmac. Antonio García.

Al final de la zona aire del aerodrómo se encuentra, además, el único banco de pruebas español privado de motores de combustible líquido, de la empresa de Elche PLD Space, a la que EL ESPAÑOL | Porfolio visitó también recientemente; y que hace de estas instalaciones turolenses el campo de pruebas de los cohetes Miura 1 y Miura 5, con los que la empresa pretende llegar al espacio despegando desde Huelva.

Museo al aire libre

El modelo de negocio del Aeropuerto de Teruel no sólo parece único sino que de hecho lo es. Una antigua base aérea militar reconvertida en aeropuerto que a priori no iba a recibir muchos pasajeros a través de vuelos comerciales y que ha encontrado su lugar en otro sitio. Son pioneros en Europa, un continente donde en la mayoría de los países jamás triunfarían aeródromos como este: el clima no es tan favorable y los costos laborales en países como Alemania o Francia son más altos que en España.

Durante la crisis económica derivada por la pandemia del Covid-19, en el Aeropuerto de Teruel registraron sus mejores números: la aviación se paralizó y se necesitaron espacios donde guardar los aviones que no iban a volar a un precio bajo y con unas condiciones climatológicas estables. 127 aviones totalmente operativos llegaron a compartir espacio en estas pistas. La mayoría ya han sido recuperados por sus operadores en un repunte de la aviación a nivel mundial.

Pero aquí nada para. Varios Airbus A350, uno de los últimos modelos del fabricante europeo, y también uno de los más cotizados en estos momentos, aguardan su momento en el Aeropuerto de Teruel, donde descansan pero también se ponen listos. Lo mismo sucede con algún que otro Airbus A380 y unos cuantos Boeing 777. Al fondo restan las joyas de la corona: la reina de los cielos, como se conoce popularmente al Boeing 747, está presente en Teruel, hasta donde varias aeronaves de este modelo de British Ariways operaron su último vuelo.

Alejandro Ibrahim camina en la pista a pies de un Airbus A380 durante su entrevista con EL ESPAÑOL.

Alejandro Ibrahim camina en la pista a pies de un Airbus A380 durante su entrevista con EL ESPAÑOL. Antonio García.

"Es uno de nuestros negocios clave. Cuando un avión llega al final de su vida útil, lo traen a Teruel para desmantelarlo. Primero, se le quitan todas las piezas reutilizables, como los asientos, el cableado, o las partes del tren de aterrizaje. Estas piezas se recertifican y se reutilizan en otros aviones. Luego, el avión se corta utilizando hilos de diamante y los materiales, como el aluminio y el cobre, se reciclan a través de gestores autorizados", sostiene Alejandro desde los pies de un A380 que ya cumplió su vida útil.

Parece claro que mientras existan los aviones, Teruel tendrá parte de ellos. La plataforma, convertida en un sueño para los fanáticos de la aviación, es un museo al aire libre —aguarda algunas reliquias como aviones presidenciales ya retirados o los diseños de míticas aerolíneas que quebraron, como la rusa Transaero—. Nadie diría que a tan sólo 18 kilómetros se encuentra la capital de provincia más despoblada de España. Pero una tierra que ha probado el vuelo caminará siempre con los ojos puestos en el cielo.